27 diciembre 2008

Distintos Amaneceres


¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.
Rabindranath Tagore

Cada parte del día tiene su encanto. Si nos levantamos para ver amanecer, comprobamos como el sol se va despertando a la par que nosotros, como mientras nosotros vamos abriendo nuestra mente y sentimos como nuestra mente va despertando poco a poco hasta conseguir la plenitud de la conciencia, el astro rey aparece desde el horizonte.

El medio día supone el cénit del sol y el apogeo de nuestra conciencia. Ya estamos despiertos, estamos plenos, estamos dispuestas a encontrarnos el sol de frente y disfrutar de su calor. Después de comer, la siesta se hace irremediable. Y conforme va cayendo la tarde, nuestro cuerpo va relajándose hasta ver el sol perderse y la noche llegar.

Nos acostumbramos a darle un color a cada parte del día. Las mañanas siempre tendrán una característica especial para nosotros, igual que las tardes, igual que las noches. Todas estas partes estarán plagadas de sensaciones y recuerdos, mezcladas tal vez con un poco de rutina. Por eso, cuando vivimos partes del día con unas sensaciones que no son las habituales en esas horas, nos choca.

¿O acaso no es distinto el amanecer recién levantado o sin haber dormido? Y es que cuando pasamos la noche entera sin dormir, la mañana no sabe de una manera diferente. Más que como el comienzo del día pensamos que se nos ha acabado la noche. Por un momento nos sentimos más nocturnos que diurnos. Lo que para todos es el comienzo, para los que no han dormido es el final.

Y miramos en una mezcla de admiración y extrañeza a aquellos que acuden a sus puestos de trabajo, aquellos que madrugan tanto, que se levantan con el sol en vez de huir de él. Mirada por supuesto correspondida en extrañeza y ya no sé si admiración o sana envidia. Y podemos llegar a sentirnos incluso privilegiados. Entonces pienso que llegará un día en el que seamos nosotros los que miremos mientras vamos a nuestros trabajos cómo otros cierran la noche y nos ceden el día y que, tal vez, ellos hayan clausurado unas tantas noches también.

Leer más

19 diciembre 2008

Democracia Española


Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia.
Theodore Roosevelt

Desde que tengo uso de razón y asisto a la escuela me han explicado la democracia española como el mejor de los sistemas. Me han explicado la Constitución (siempre el mismo título que versa sobre deberes y derechos) por activa y por pasiva y he hecho tantos murales con el Tribunal Constitucional y la famosa foto de los padres de la Constitución como años he estado en la educación primera y secundaria.

Todo maravilloso. Cada seis de diciembre todos nos hemos enorgullecido de ser demócratas, ser españoles y de poder votar. Me han explicado desde infante que España tiene un sistema representativo, donde el pueblo – qué gran palabra – elige a sus representantes los velan por nuestros intereses.

Leyendo esto así tal cual le dan ganas a uno de sentirse demócrata, de sentirse español y de sentirse salvaguardado por esos cuántos que me defienden – a mí y a todos – todos los días en el Parlamento.

Pero todo el mundo – hasta yo- crece. Y conforme uno va y va creciendo va descubriendo ciertos “agujeros” en esta maravillosa democracia que nos han vendido y que cada vez me huele más a chamuscado.

Nos venden el sufragio universal como el mayor de los logros –que lo es aunque seamos verdaderos expertos en desprestigiarlo – y nos remarcan la capacidad de votar a nuestros gobernantes cada vez que pueden. Lo que se les olvida contar es que nos dan a elegir para gobernar entre “basura” y “estiércol”. ¡Vamos! Que no votamos a nuestros representantes, votamos al partido donde militan nuestros representantes y que supeditan todas y cada una de las votaciones del partido. Y quien se salga de la disciplina de partido, multa al canto. ¡Qué viva la democracia!

La prueba de que no votamos a nuestros representantes y que el Parlamento viene a ser un poco fraude pueden hacerla ustedes. Pregunte los nombres de los candidatos al Congreso por su provincia (sus supuestos representantes) a cada uno de los votantes, y con suerte lee sabrán decir el primero si es que le dicen alguno.

Este sistema de partidos tendría mi perdón si al menos dentro de los mismos existiera democracia. Pero es que no la hay. Nada más tienen que ver ustedes el último congreso del Partido Popular celebrado en Valencia, donde para presentarse uno necesita el no sé cuanto por cierto de los avales. Avales que el candidato “único” - ¿no les suena esto? – recoge avales por todo el partido a diestro y siniestro. Vergonzoso.

Vale. Que elegimos al presidente directamente que viene a ser el líder del partido. Pues juguemos a eso. Juguemos a unas elecciones presidenciales, y hagamos por otro lado unas legislativas, donde evaluemos uno a uno a los congresistas y senadores, y analicemos lo que votan y dejan de votar. A ver si es verdad que defienden la tierra. Pero no se puede. La “disciplina de partido” impide que cada diputado vote lo que crea, en favor de lo que vote el partido.

EEUU será lo que sea. Pero el partido republicano en el Parlamento americano tumbó plan de rescate de Bush – su propio partido. Cualquier día el partido en el Congreso rechaza la moción del presidente de su propio partido. Cualquier día…

La democracia será el menos malo de los sistemas. Pero es que aquí en España no hay democracia. Por eso es asqueroso cuando a nuestros “políticos” se les llena la boca de democracia. Y una vez. Y otra vez. Y democracia por aquí. Y democracia por allí. Y precisamente que no la hay, se molestan en hacernos creer que sí. Porque si la hubiera, todos los sabríamos, todos la sentiríamos como tal. Sería palpable, sería visible y nadie dudaría de que la hubiera o no. Y es que una mentira repetida mil veces acaba por convertirse en verdad.

Leer más

18 diciembre 2008

Inteligencia


El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.
Henry F. Amiel

Tal vez una de las definiciones más complicadas sea la de inteligencia. Tal vez debido a la amplitud de su significado sea casi imposible dar una definición única acerca de ella. Es bastante probable que el término se nos quede corto y pueda resultar ambiguo. La RAE entiende por inteligencia la capacidad de de resolver problemas y a la de la comprensión.

Sobre el primero de los temas he de decir qué es algo relativo. Un ordenador es capaz de resolver sudokus a mucha más velocidad que un ser humano mediante un algoritmo de búsqueda. ¿Es entonces un ordenador inteligente? No. Por lo menos no por resolver sudokus, ya que se trata de simples operaciones matemáticas.

Podremos decir entonces que inteligente el que ha programado o diseñado el algoritmo. Y entonces ¿somos nosotros inteligentes, o lo es quién nos ha “diseñado”?

Hablaremos entonces del tema de comprensión. Somos inteligentes porque somos capaces de comprender un mensaje y comunicarnos con interlocutores similares a nosotros. No sé si alguien ha tenido la ocasión de usar el servicio de atención al cliente de Vodafone. Se trata de una máquina que pregunta sobre lo que deseas, es capaz de comprenderte y además te da instrucciones de lo que debes hacer para solventar tu duda. ¿Es acaso inteligente? Desde luego que no.

Lo que si hace (a día de hoy) diferente al hombre de cualquier máquina es la metáfora y la ironía. Ver el sentido oculto de las cosas es algo a día de hoy exclusivo de seres humanos, y en ocasiones de sólo algunos. Puede pasar que leamos prosas o poemas y seamos incapaces de percibir su verdadero mensaje.

Gracias a mis estudios he tratado en más o menos profundidad el tema de la inteligencia artificial. Prácticamente todo se reduce a algoritmos y operaciones matemáticas y probabilísticas. La diferencia entre una máquina y un ser humano puede residir en la secuencialidad del procesamiento del ordenador, y el paralelismo de la mente; y en el momento en que la computación paralela prospere, tal vez se consigan grandes avances.

Si se consiguiera hacer una máquina que fuera capaz de mantener una conversación con su interlocutor, seguiríamos teniendo otra diferencia con respecto a las máquinas, y tal vez sea una parte de la inteligencia que siempre se pase por alto por la vinculación de ésta a la razón: los sentimientos.

No tengo claro si los sentimientos hacen al ser humano o el ser humano hace los sentimientos. No sé si los sentimientos son parte de la mente humana que crea estos sentimientos como medio de auto-control o son producto del exceso de inteligencia. No sé si son parte de un diseño escrupuloso o productos de un tremendo azar. Pero desde luego ambas versiones tienen sentido.

El ser humano sigue siendo un misterio inmenso. Cada vez que encontramos una respuesta, surgen diez nuevas preguntas. Sea producto del azar o de un diseño increíblemente perfecto, el ser humano sigue siendo apasionante en todos sus aspectos.

Leer más

12 diciembre 2008

La Vida Como Misterio


La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido.
Anónimo

Cada día más, el hombre mira más a la cara a Dios. Lo tutea con más frecuencia. A lo largo de la Historia, se le ha reservado a Dios el misterio de la vida y la capacidad de otorgar la muerte, dejando al ser humano un papel meramente pasivo, observador y sumiso respecto a ésta. Hoy, sin embargo, el hombre es capaz de crear vida e intenta disponer la hora de la muerte.

La eutanasia, el suicidio asistido, la muerte digna o como quiera que lo quieran llamar está abriéndose un hueco en el debate social. Apelando a la máxima expresión del liberalismo y tendiendo quizás al libertinaje, el hombre reclama lo que es suyo: su vida. Hace esta reclamación en un contexto egoísta, suponiendo que la vida de uno no afecta más que al individuo e ignorante de su marco social, sus relaciones de afecto extendidas y los sentimientos de sus allegados.

La vida y la muerte han sido siempre tarea de la Naturaleza y de los dioses; cubriéndolas siempre con un halo de misterio. Misterio, que como todos los demás, le otorga cierto encanto.

Algo se vuelve vulgar cuando el encanto del misterio desaparece, cuando todo el mundo tiene acceso a él. Es algo parecido a las leyes de la oferta y la demanda de la economía: cuantas menos personas poseen un secreto, alguna información o algún poder; más deseado se vuelve, más interesante y más se engrandece su valor.
La muerte siempre ha estado al alcance de la mano. Todo el mundo tiene fácil el suicidio. Pero la Naturaleza ha sido sabia y ha escondido la muerte detrás del dolor, haciendo al hombre huir de éste y por tanto alejándolo inconscientemente de la muerte. El progreso ha hecho que la muerte se desvincule cada vez más del dolor, haciéndola pues en ocasiones, incluso apetecible.

Lo único que separa ahora al ser humano a la muerte es la conciencia, la ética, los valores. Desgraciadamente, cada día tenemos más acceso al avance, la tecnología y el progreso, lo que hace que los valores se degraden. El honor y la dignidad cada día son más secundarios, por ser innecesarios. El placer y el bienestar alimentan nuestras necesidades y no encontramos razón para la abstinencia. El exceso de placer y bienestar producen la vulgarización de éste, apartándolo del lujo y acercándolo a lo habitual. Y es que mientras nos vaya bien, el resto da igual.

Tal vez la muerte sea un tema demasiado serio como para dejar que esté al alcance de todos y degradarla de valores. Démosle el misterio y el encanto que posee.

Dediquémonos a la vida y dejemos a la Naturaleza que sea ella la que disponga de la muerte. La muerte será digna si la persona en cuestión ha estado durante su vida envuelta de dignidad.

Leer más

06 diciembre 2008

Pensar con Sueño


Muerte es todo lo que vemos despiertos; sueño lo que vemos dormidos.
Heráclito de Efeso

Al final de un largo día, ya sea de trabajo o de ocio, todo nuestro esfuerzo mental y todos nuestros deseos van orientados a un objetivo: dormir. Sentimos como poco a poco el peso del día va posándose sobre nuestros párpados, a los cuales les cuesta cada vez un poco más mantenerse ávidos y despiertos.

Es en esta etapa, en la que deseamos dormir, en la que ya nos empezamos a encontrar torpes: la memoria a corto plazo empieza a fallar, tenemos despistes inusuales, nuestros reflejos empeoran, nuestro razonamiento es un tanto pobre y espeso, etc.

Sin embargo, es con ese sueño, con ese pesar en los ojos, cuando nos sentimos de una forma única. Con el sueño se acentúa nuestra melancolía. Nos sentimos a su vez muchos más agudos en cuanto a sentimientos: sentimos, sufrimos y nos alegramos con mucha más facilidad y rapidez. El sueño nos provoca una neblina mental capaz de sacar de nuestros subconscientes elementos revestidos de ostensible belleza.

Hay quien dice que el estar borracho y tener sueño son la misma sensación. En realidad se parecen. La parte racional se debilita con el sueño, haciendo toda sensación mucho más intensa, como sucede cuando hemos bebido. También es cierto que el sueño nos provoca cierta lucidez mental, razonamos de una manera clara y sencilla, de forma elegante y casi sin esfuerzo. Esto siempre que este sueño no sea excesivo y nos impide casi el habla o nos restrinja la conciencia.

Tal vez puede ser una buena idea dedicarse al alma con sueño. Esto puede ser mediante pensamiento: reflexionando, dialogando acerca de metafísica u otro tema filosófico; o bien mediante el arte: dejando que sea la mente de manera semiautomática quién complete la obra.

Desde luego, el sueño produce puntos de vista diferentes. Y tal vez sea buena idea explotarlos, antes de que seamos demasiado conscientes y los pasemos por alto.

Leer más

04 diciembre 2008

Actitud ante la Muerte


Estoy de acuerdo en que las sociedades decreten abolir la pena de muerte; pero que empiecen por abolirla los asesinos.
Jean Baptiste Alphonse Karr

Se está consiguiendo, cada vez más, que la gente vaya teniendo una cierta sensibilidad ante cualquier tipo de violencia. Somos todos, o al menos la mayoría, contrarios a la pena de muerte; y vivimos los españoles en un país donde se ha extinguido. Vivimos ahora rodeados de una serie de campañas contra el maltrato, sensibilizando a la sociedad, instando a que se denuncien los casos de violencia y abusos propios y ajenos.

Somos también partícipes de una campaña en contra del maltrato animal. Luchamos por una “dignidad” mínima de los animales. Nos reenviamos corres electrónicos en contra de las pieles por lo que es necesario para producirlas: la muerte de uno o varios animales. En definitiva, mantenemos constantes luchas en pro de la vida, de cualquier tipo de vida, ya sea vegetal, animal o humana.

Cada vez andamos más concienciados, más seguros, de que la vida es lo más sagrado que tenemos, por eso de ser estrictamente lo único que tenemos. Todos sentimos un estremecimiento al ver la muerte, incluso a veces nombrarla nos produce cierto malestar. Nadie se mantiene indiferente cuando presencia el atropello de un perro o la simple visualización de un cadáver.

Sin embargo, todo esta apología por la vida, todo este respeto a los animales, a la vida, en contra de la violencia y del maltrato contrasta con lo que pasó ayer tarde. Un hombre fue asesinado; y sus compañeros de cartas continuaron plácidos su partida, como si nada hubiera pasado ¿Cómo, nosotros, que sentimos lástima incluso por los animales de granja, podemos sentir indiferencia, ya no por el asesinato (que no muerte) de una persona cercana a nosotros? No digo ya de algún anónimo, que también sería sorprendente si esta persona es asesinada a unos metros de nosotros.

Hay ciertas cosas que me cuesta comprender, ciertas cosas a las que no acabo de acostumbrar, que rayan en el sentido común. Y sólo me sé dar dos explicaciones: o que estos compañeros de cartas de la víctima son unos completos desalmados, o que en el País Vasco impera por completo la dictadura del terror.

Leer más

01 diciembre 2008

La Medición del Tiempo


La conciencia del tiempo, bajo su forma más pura, es el aburrimiento, es decir, la conciencia de un intervalo que nada atraviesa o que nada puede llenar.
Louis Lavelle

¿Alguien se imagina la vida sin tiempo? O mejor planteada la pregunta, ¿la vida sin la medición del tiempo, sin relojes? Desde luego, y más hoy en día, la vida sería un caos. La medición del tiempo ha sido otra de las tantas obsesiones de la Humanidad a lo largo de la historia. Hay hasta teorías que creen que el Stonehenge es un reloj, ¿cuántos años hace de su construcción?

Pues eso amigos, que otro condicionante de nuestras vidas es el tiempo. Todo lo tenemos estructurado, medido y marcado dentro de unos límites horarios, dentro de una temporalidad y de unas fechas. El calendario es imprescindible en nuestras vidas.

Pero lo preocupante no es que sea sólo por necesario (por ejemplo horarios de trabajo, medios de transporte, etc), si no que nosotros mismos sentimos coacción psicológica por el reloj. Según la hora que sea nos podemos permitir hacer unos u otras cosas. Aunque tengamos un sueño atroz, si miramos el reloj y vemos que es pronto aún para acostarnos, nos resistimos a hacerlo. Y al revés sucede a veces también: que cuanto más tarde vemos que es, más sueño nos parece padecer.

La medición del tiempo ha sido un producto básico para el progreso, procurando el desarrollo del hábito y de lo habitual. Aunque es tema de otra entrada, que importante es también para el mundo el establecimiento de hábitos y pautas para los procesos. Pero como ya he dicho, eso será otro día.

Leer más

25 noviembre 2008

El Consuelo de un Porqué


Frío e insípido es el consuelo cuando no va envuelto en algún remedio.
Platón

Hay personas que tenemos un curioso defecto: no nos conformamos con los hechos y siempre queremos saber algo más que consideramos fundamental: el por qué. Bien sabemos que no cambiarán las cosas, que lo que haya sido seguirá siendo, mas sentimos una intensa necesidad bien de sufrimiento, bien de aprender de lo cometido.

El hecho de querer saber la estructura de las consecuencias de los acontecimientos no demuestra sino una resignación ante la realidad. Pero no una resignación pasiva como sufre la mayoría de las personas; si no una activa, un deseo de cambiar el pasado, de arreglar lo roto y de enderezar lo torcido.

Pero sucede también que el hecho de saber demasiado, el hecho de sobrepasar el umbral del conocimiento necesario y básico acontece consigo una serie de desagradables noticias. Mas no por eso se desanima el intelecto para la próxima inquisición; sino que la próxima vez lo tomará como un examen sobre lo ya acontecido una vez.

Y es que, como ya digo, somos así de inútiles. Incapaces de vivir lo que la vida nos proporciona. Vivir los hechos y no los porqués, que son los que muchas veces traen los verdaderos quebraderos de cabeza. Aceptar, resignarse y continuar no basta; es necesario analizar, filosofar, discurrir y por último aprender. Comprender. Entender la esencia de lo que verdaderamente somos, que no es otra cosa sino lo que hacemos.

Por tanto amigos, buscamos los porqués de las cosas en busca de un consuelo, de un razonamiento certero que nos alivie el fracaso. Y nos consuela el porqué porque en él buscamos un eslabón que falla, un trozo de la maquinaria que no estaba lo suficientemente bien encajada, porque de ese porqué, de ese fallo, buscamos al responsable de todo lo que ocurra. Maldecimos ese porqué y nos engañamos creyendo que ese era el problema, cuando el realidad el problema es el hecho en sí. Es, sin duda, una forma más de mirar hacia otro lado, de eximir responsabilidades, de obtener consuelo.

Leer más

22 noviembre 2008

La Llamaban Libertad


El hombre nunca ha encontrado una definición para la palabra libertad.
Abraham Lincoln

Está ahora, y desde hace ya algún tiempo, muy en la boca de estos pseudo demócratas y pseudo progresistas la palabra libertad. Si hubiera un campo en la filosofía que pudiera resultar el más amplio, éste sería un serio candidato; ya que podríamos escribir cientos y cientos de hojas acerca del tema y todavía quedarían flecos sueltos.

La historia de la Humanidad ha sido una continua lucha en pro de la libertad. La abolición de la esclavitud o el sufragio universal han sido uno de los grandes logros, de los cuales podemos concluir que somos un poco más libres; pero bien me temo que la palabra libertad jamás podrá ser definida correctamente por la sencilla razón de que alberga demasiados campos y grados.

La palabra libertad se queda muy corta. Habría que inventar más palabras para que definieran distintos grados de libertad. Porque la libertad sólo puede ser comprendida y evaluado en un contexto, en un marco, y por tanto, de manera relativa. Podemos, por ejemplo, sentirnos libres para decidir si ir a Madrid o Barcelona, elegir cuál es nuestro equipo de fútbol favorito o de qué color vestiremos hoy; pero sin embargo podemos sentirnos reprimidos ante la incapacidad de volar.

Por tanto, amigos míos, la libertad puede estar más cerca del sentimiento que de la razón. No se trata tanto de ser libres como de sentirnos libres. La libertad es algo subjetivo, algo personal, algo que cada uno aprecia para sí mismo. Podemos ser esclavos de una rutina y sentirnos dichosos de libertad. Ser libres representa la armonía entre el deseo y la capacidad, entre el querer y el poder. Sólo siéntese uno esclavo u oprimido cuando desea decir o hacer algo, y algún obstáculo lo impide.

Leer más

18 noviembre 2008

Divide y Vencerás


Cuanto más se dividen los obstáculos son más fáciles de vencer.
Concepción Arenal

Ya los romanos utilizaban en sus antiguas estrategias de guerra la división del enemigo para así debilitar la fuerza de éste y hacer favorable la batalla. Y es que, como ya dice la sabiduría popular, la unión hace la fuerza; y por consiguiente, la desunión, la debilidad.

Y esta división es lo que andan buscando aquellos que lo único que pretenden en campar a sus anchas por el mundo del poder y la política. Para ello invierten tantas energías en campañas de división entre españoles, entre izquierda y derecha, entre buenos y malos, entre ellos y nosotros. Y nosotros, el conjunto de los ciudadanos me refiero, caemos en la sutil trampa que nos preparan, caemos en nuestra desunión.

Ya por los años de la II República se manejaba esta terminología, esta distinción de las dos Españas. Y no contentos con la distinción y separación, se han dedicado a promover el odio entre estas divisiones, de tal manera que aumenten los prejuicios de manera desorbitada de los unos contra los otros.

Consiguieron pues la división de los españoles entre unos y otros. Tal fue la división que ésta derivó en una guerra, una guerra entre hermanos, de rencillas entre parroquianos, entre vecinos del mismo pueblo; donde los odios personales se impusieron a las ideologías. Odios que mantenían a todos ocupados en vigilar al vecino que no veíamos como otros andaban por los barrios del poder. Y tanto anduvieron, que les duró cuarenta años. Desde luego les salió rentable el negocio.

Llegó después la transición. Y España volvió a ser una. Se unió en torno a una Constitución. Y esta unión ha sido la que más próspera ha hecho a España jamás.

Sin embargo, poco a poco, y viendo que la unión entre los ciudadanos hacía más consistente el sistema, más democrática España, reinventaron la división, el odio, la guerra de las dos Españas. Y con ese mismo argumento, con esa misma guerra, con esas misma heridas; hoy nos vienen a la luz pública personajes que sólo pretenden la desunión de los españoles para llegar al poder o para conservarse en él. Y otra vez se repite lo mismo: los prejuicios para con el partido contrario (ojo, que no hablo de ideología sino de partido), el fanatismo, el odio de los unos contra los otros.

Y es que aunque los ansiosos de poder pudieran expulsar del país a todos aquellos que llaman sus enemigos, la cosa no cambiaría: buscarían otro elemento de desunión, otro elemento de odio entre hermanos, otra polémica con tal de tener a la gente en continua lucha y mientras ellos hacer en el poder (legitimados por el odio hacia el enemigo) lo que se les antoja.

Digo legitimados por el odio hacia el enemigo porque muchísimos votos de cada partido son para que no gobierne el otro, en vez de a favor de uno. Y lo único que consiguen es que se tienda al bipartidismo y por tanto al retroceso democrático, a la desaparición de la diversidad ideológica, a la escasez de alternativas.

Y todo esto está permitido debido a la desunión que profesan, al odio al enemigo, al adversario, provocando desunión. Y caemos en su trampa y ni nos damos cuenta.

Visto lo visto sólo tengo algo que pedir a mis lectores: que no nos dejemos dividir, que no nos dejemos vencer.

Leer más

15 noviembre 2008

Mirar Hacia Otro Lado


Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller

Estamos hartos de leer periódicos y ver informativos televisivos donde nos cuentan las miserias humanas. Leemos o escuchamos, y después de la recepción de información, sentimos un ligero alivio al saber que el tema no va con nosotros. Lamentamos, a veces, la fortuna de los protagonistas del suceso, y acto seguido miramos para otro lado.

No hay una conciencia ciudadana de lucha por lo justo. Somos unos auténticos conformistas, unos egoístas por omisión, unos pasotas, unos borregos.

Estamos hartos también de ver toda clase de abusos a nuestro alrededor, de comprobar que la codicia humana no tiene límites y que el dinero prima siempre por encima de las personas. Y no nos disgustamos, o quizás sí. Pero en cualquier caso no movemos un dedo ni alzamos la voz para que esa injusticia o abuso no siga sucediendo.

¿Y eso por qué? Porque vivimos bien. Porque pensamos que eso no nos va a pasar a nosotros, que eso no tiene nada que ver con nosotros. Pero lo cierto es que todos somos susceptibles de alguna desgracia; y si generalizamos esa indiferencia hacia los demás en sus problemas, esa misma indiferencia recibiremos cuando seamos nosotros los desgraciados.

Si nos miráramos por dentro, nos daríamos cuenta de que somos unos cobardes que no somos capaces de hacernos oír ante las injusticias. Pero es que tampoco lo hacemos, porque sabemos que no recibiremos respaldo de nuestros compañeros y vecinos. Y es un círculo vicioso que nunca acaba; pero que lo único que consigue es que el poder, la administración y las autoridades puedan hacer con nosotros los que le de la gana, y encima se lo permitamos.

Reflexionemos un poco sobre lo que la unión puede hacer. Y no ha de ser una unión explícita. No. Simplemente que el sentido común y el sentido de la justicia sean nuestros eslabones. Si tuviéramos el coraje de denunciar lo injusto, cada uno por separado, al final formaríamos un grupo numerosísimo de descontentos; y no el silencio que respondemos ahora.

El poema que he dejado hoy como frase se refiere a lo que pasó en la Alemania nazi. Denuncia de manera magistral cómo el silencio y la pasividad de unos y de otros permitieron las atrocidades. Si hubiera sido un poco solidarios, quizás otro gallo hubiera cantado.

Leer más

11 noviembre 2008

Un Día Cualquiera


Sin esperanza se encuentra lo inesperado.
Heráclito de Efeso

Te levantas un buen día. Un día cualquiera. Uno de tantos otros, con la salvedad de que es fiesta, pero sin nada de especial, sin ningún plan que despierte un entusiasmo fuera de lo normal. Te levantas porque en algún momento del día tienes que levantarte. Desayunas, estudias, ves un rato la tele y haces el vago otro tanto. Recuerdas que has quedado, a eso de las siete de la tarde, como otros tantos días.

Pero resulta que hay una salvedad, hoy quedamos para preparar una fiesta, y quedamos con la dueña de la casa, a quien ni conocemos. Precisamente ese el objetivo de quedar, conocernos un poco antes de invadir una casa ajena, y ya intentar encontrar un denominador común en los gustos para la hora de elegir las bebidas y los juegos o cualquier cosa que vayamos a hacer.

La dueña es la amiga de unas amigas. La conocemos, o al menos yo, de vista; de haber coincidido en algún cumpleaños o cualquier otro evento de mayor escala. Sé su nombre, su cara; y el de algunas amigas que también están invitadas a la fiesta. Por lo menos conocemos gente nueva, nuevos aires –pienso- aunque a veces las mezclas pueden resultar heterogéneas. Pero bueno, es una fiesta, y el alcohol siempre echa una mano a la hora de la socialización.

Llega la hora y estamos todos en el lugar. Nos vamos a un bar, pedimos nuestras consumiciones y empezamos a hablar un poco de quiénes vamos a ir, qué vamos a comprar y cómo tenemos pensando que transcurra la noche.

La conversación con nuestra anfitriona resulta fácil y agradable, ya que se muestra entusiasta ante nuestras propuestas. Se va animando la conversación. Reímos, comentamos y planificamos. Cruzamos alguna mirada, alguna sonrisa. ¿Cómo no había hablado nunca antes con ella? Poco a poco vamos concretando y se van vaciando nuestros vasos.

Proponen, una vez ya aclarado el tema de la fiesta, ir a otro lado; por no acabar lo noche ahí. Me parece perfecto. Es pronto para volver a casa y acabo de descubrir unos ojos y una sonrisa que me inquietan más de la cuenta, ¿qué me pasa? Es extraño, pero siento una especie de adicción: necesito mirar, necesito ver. Y me siento bien cuando las miradas se cruzan.

Una vez allí empiezo a buscarla de reojo. Está con sus amigas, que también son las mías. Nunca pierde la sonrisa. Parece tan feliz, tan entusiasta, tan llena de energía. Y encima es guapa. Pero su belleza es especial… no es una belleza comercial, ni sensual. Es una belleza simple y jovial, alegre, llena de luz. No es una belleza espectacular, es una belleza inocente. Y me gusta.

El azar, ella o yo, quiere que nos quedemos a solas. Hablamos de los estudios, del colegio, de nuestras amigas… de banalidades; pero es que toda relación empieza con banalidades y según pasa el tiempo los temas y el interés evolucionan lentamente. Se va. Vuelve con sus amigas. Y yo me quedo donde estaba pensando.

Se hace tarde y hemos de irnos. Ella se va dirección opuesta a la nuestra. Les pregunto a mis amigas por ella. Les digo qué hemos hablado, y a la vez pienso todo lo que me queda por hablar. Les pido su dirección de correo, y una vez en casa la agrego al programa de mensajería instantánea, esperando que no se moleste por el atrevimiento.

Es tarde. Me acuesto ya ignorante de mi futuro. Cierro los ojos con el recuerdo de su sonrisa en mi cabeza. Por primera desde hacía mucho tiempo vuelvo a tener interés en que llegue el día siguiente. Sus ojos me siguen mirando. Yo me voy quedando dormido. Y por fin, un día más, un día cualquiera, termina…

Leer más

07 noviembre 2008

Conformismo e Inquietudes


La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido.
Anónimo

El siglo XX ha significado sin duda alguna un aumento exponencial tanto en calidad de vida como en progreso de los ciudadanos del mundo, en concreto de los ciudadanos occidentales. Este progreso ha venido propiciado por el desarrollo de las tecnologías de la información así como de un considerable progreso en la ciencia en todos sus disciplinas.

Este progreso tan profundo en la ciencia y la tecnología ha dado lugar, probablemente, a que otros aspectos del ser humano queden relegados a un segundo plano, como puede ser la ética, la autorrealización, las creencias o los principios.

Ha llegado un punto en el que creemos ser dueños y conocedores de todo. Hemos llegado a creer que nada necesitamos salvo un trabajo, una casa y el alimento que nos sostiene como elementos básicos, y algún que otro capricho en el ámbito del placer. Nos sentimos tan sumamente bien que hemos caído en un conformismo constante, relegando las inquietudes y las metas a elementos de la historia.

Hemos vivido sumamente bien durante años, creyendo que todo andaba bien porque satisfacíamos nuestras necesidades. No hemos querido mirar más allá de nuestra nariz, ni hemos querido ser hormigas de fábula, previendo el futuro; es más, hemos sido cigarras despilfarradoras e insolentes.

Hemos hecho de las inquietudes un hobby o una rareza. Nos hemos dormido en la mansedumbre que provoca la tele-basura. Hemos caído en el conformismo absoluto, en el borreguismo más feroz a causa de nuestro bienestar.

Y debe sobrevenirnos el paro y las dificultades económicas para darnos cuenta de que no todo es tan perfecto, cuando se veía a leguas que no podríamos estar toda la vida vendiendo pisos. Siempre fue más importante la codicia que el deber.

Hemos visto a un Gobierno que una legislatura entera no ha movido ni un dedo en prevenirse, en guardarse las espaldas. Y mientras tanto nosotros mirábamos para otro lado, porque nos iba bien.

Sin embargo, debemos de tomar conciencia que siempre quedará mucho por hacer, siempre habrá algo que mejorar, y siempre se podrá pulir algún detalle. Caer en la soberbia de la ilusión de que todo lo sabemos, que todo lo tenemos y que todo es perfecto no es sino adelantar nuestro perecimiento, como bien la historia vuelve a demostrar.

Leer más

04 noviembre 2008

La Complejidad de lo Evidente


Como los sentimientos, la evidencia se demuestra, pero no se proclama.
Juan Teba

Es curioso que el cerebro humano haya desarrolado la capacidad de complicarlo todo. Conforme vamos adquiriendo nuevos conocimientos y nuevas capacidades vamos relegando en estas la responsabilidad de proporcionar soluciones apartando la simpleza de nuestra camino y de nuestras herramientas más a mano.

Es muy dado, sobre todo en las ciencias, emplear las herramientas más potentes que sabemos, por ejemplo derivación e integración, en problemas que con un poco de paciencia se obtienen con simples ecuaciones.

Y este método es aplicable a otras disciplinas de la vida. Obviamos la lógica evidente en favor de otra mucho más maquiavélica y retorcida. Buscamos motivos dónde no los hay. Pasa como con nuestra imaginación, que cuando desea ver algo, por ejemplo cuando alguien teme encontrarse a alguien en la oscuridad, al final lo consigue, creyendo ver fantasmas en esa oscuridad.

Y es que la mente tiende siempre a agudizar su ingenio, a exhibir sus capacidades. No se conforma con la suma si puede multiplicar; no se conforma con los axiomas simples si puede que haya otra lógica más compleja. Repudiamos lo simple porque sobrestimamos nuestro esfuerzo; porque preferimos sacar a relucir nuestro trabajo ante lo costoso que conformarnos con lo simple de una solución.

Por eso tantas veces tenemos las respuestas que buscamos delante nuestra sin ningún tipo de maquillaje, tal cuales son, y nos empeñamos en creerlas falsas y trazar otro argumento más sinuoso.

Leer más

03 noviembre 2008

El Lugar de Nacimiento


Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.
Federico García Lorca

Sin duda un acto involuntario entre los involuntarios es nacer, al menos desde la perspectiva subjetiva, es decir, en primera persona. Nadie nos ha preguntado jamás si deseábamos nacer, si deseábamos existir; y sin embargo lo hacemos, por voluntad de unos padres, y sin posibilidad ni de reproche ni de enmienda; al menos desde un punto de vista ético tradicional (por eso del no suicidio como normal moral) y natural (por eso del instinto de supervivencia).

Una vez se ha nacido, por tanto, no se tiene remedio. Se ha de contentar o resignar uno con lo que tiene. Ha de resolver sus propios dilemas, labrar un futuro y elegir una senda por la que ha de acontecer su vida. Y así, en base de lo que uno vaya escogiendo (y por tanto de lo que uno vaya renunciando) su vida girará en torno a unas u otras cosas, y se llegará a un sitio u otro.

Pero no sólo de nosotros depende nuestra vida. Depende mucho más de lo que somos incapaces de cambiar que de lo que sí. No podemos elegir nuestros padres, ni nuestra cultura, ni nuestra infancia más tierna. Tampoco podemos elegir nuestro país, ni nuestra familia. Debemos aceptarla y con más o menos habilidad y destreza, encauzarla por nuestros apetitos e intereses.

Y es ahí donde reside la verdadera proeza de los hombres: construir una vida, un proyecto de vida, a partir de una base que puede ser totalmente contraria a lo que hubiéramos escogido.

Pero qué injusta es realmente la vida. Determina el dolor o el sufrimiento de una persona sin más criterio que el azar, que la familia, que de donde nazcamos. No nos mira a los ojos, ni nos hacen una prueba psico-técnica; ni nos mira nuestro expediente académico, ni nuestros antecedentes penales o delictivos. Da igual el carácter de cada uno, la bondad o la nobleza. El punto de partida quedará siempre determinado por la suerte o el infortunio.

Y después de tanto lidiar con nuestro destino, con nuestro azar o con nuestras circunstancias (distintos nombres de una misma causa); después de haber sobrevivido, haber sufrido y padecido una vida que nadie nos ha preguntado si queríamos o no vivir, llega la muerte, la inevitable muerte. Y puede que ésta llegue cuando más cariño le habíamos cogido a nuestra existencia, cuando habíamos aprendido a soportar el dolor y a superar los baches de la vida, el mismo azar nos devuelve al mismo sitio de dónde veníamos: la nada.

Leer más

26 octubre 2008

El Camino no Trazado


Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo.
Publio Siro

Vemos a veces que gente de nuestro entorno está involucrada en proyectos que, para nosotros, no van a ningún lado. El hecho de hacerse socio de un club de categorías inferiores de cualquier deporte, ingresar en alguna ONG recién fundada o, por qué no, participar en un partido de ámbito local, o incluso nacional, de poco calado puede parecer a miras de los demás una locura o una pérdida de tiempo.

Y es bastante probable que así quede al final, que después de un sinfín de esfuerzos, el equipo permanezca en tercera división, que la ONG no haya conseguido concluir ningún proyecto, o que el partido no sume más de cuarenta afiliados. ¿Y por qué lo hacemos entonces?

En primer lugar hemos de tener una dosis suficiente de esperanza e ilusión. Un breve atisbo de luz que haga que, dentro de la imposibilidad del mismo, vislumbremos un ápice de posibilidades, que consiga visionar un futuro donde el objetivo haya sido cumplido.

Y en segundo, y probablemente más importante, lugar está la necesidad de activismo, la necesidad de uno de involucrarse en sus ideas de manera activa, de convertirse en protagonista de una ideología o de un proyecto abstracto.

Desde luego es más cómodo señalar desde la barrera o la grada a aquellos que corren el riesgo de caer en el ridículo o en la impotencia, acomodarse a lo que ya hay, formar parte de uno de los dos clubes grandes; pero también es cierto que es mucho más edificante y reconfortante construir piedra a piedra la morada de nuestras ilusiones.

Y es por eso mismo que hay quién se atreve a salirse de lo fácil, de lo común, de lo de todos, para querer construir su propio sueño, su propia idea. Y corre mucho riesgo de caer en saco roto, de esforzarse en nada, pero la plenitud e ilusión que esa persona consigue mientras labra su futuro es inigualable al éxito de alcanzar la meta por el camino marcado.

Y desde luego el culmen sería alcanzar la meta por el camino que nosotros mismos nos hemos marcado, campo a través, por donde nadie antes ha pasado. ¿Y qué tiene de malo intentarlo?

Leer más

22 octubre 2008

Días Especiales


Después de todo, mañana es otro día.
Margaret Mitchel

Hoy puede parecer un día cualquiera. Con sus veinticuatro horas, su mañana, su tarde y su noche. Incluso ha llovido, y tal vez por eso para algunos sea tan más especial que otros. Y habrá quizás quién tenga un examen (es poco probable por la fecha que es, pero quién sabe), o alguna entrega, o una cita con el médico; pero es muy probable que para la mayoría de los habitantes de este planeta hoy se simplemente, un miércoles veintidós de octubre, día de san Heraclio y María Salomé.

Pero hay personas que hoy, veintidós de octubre, nunca sea un día usual, normal o rutinario. El hecho de haber nacido este día marca por completo el calendario para el resto de tu vida. Cuando en el almanaque buscas fiestas, buscas a ver cuando caen los puentes y los festivos, buscas también tu día, el día de tu nacimiento, el día de tu cumpleaños, y para ti es un día tan especial como el día de Navidad o el de Reyes. Días fijos por los siglos.

Y es que siendo bastante rigurosos, una persona queda influida hasta por el día en que nace; por cómo celebra sus cumpleaños debido al tiempo o debido a si son vacaciones, días lectivos o fiestas de guardar.

No puede mirar uno su cumpleaños con indiferencia. No puede dejar de tenerle cariño al mes que le ha puesto fecha al aniversario. Son meses y días, que para el resto son como otro cualquiera, pero que en el interior de cada uno son especiales.

Tal vez todo esto sea debido a los recuerdos felices que guardamos de la infancia, a la ilusión por que llegue el día en que uno es el rey, el que manda, el que dispone, al que le ponen su plato favorito, el que parte la tarta, el que sopla, el que decide a qué se juega, al que todos miran cuando se entona el “cumpleaños feliz”, al que todos felicitan, al que se le tiene más estima simple y llanamente por coincidir con el día en que uno nació.

Quizás todo quede y por eso este día siga siendo especial, de distinta manera pero especial, el resto de nuestras vidas.

Leer más

19 octubre 2008

Placeres


No existe el placer allí donde no existe más que él.
Gilbert Keith Chesterton

Hay, y ha habido, múltiples corrientes filosóficas a lo largo de la historia. Cada una de ellas, ha intentado a su manera dar una explicación o ha intentad ordenar el fin de la existencia humana, intentando crear en cada persona un modelo de conducta con el cuál su realización o su paso por la vida sea provechosa.

Una de estas corrientes fue la de Epicuro y la de su famoso jardín: el hedonismo. Resumiendo mal y pronto, la doctrina que promulgaba este hombre se basaba en el placer,

El placer es sin duda un plato apetecible y una filosofía fácil. El disfrute de la vida, de cada uno de los instantes que trascurren en esta, puede ser una meta vital. Pero, ¿qué es el placer? El placer va ligado fundamentalmente a lo físico, a lo sensorial; podemos decir que se trata de un goce a través de los sentidos, un disfrute del cuerpo.

El placer por excelencia es el relativo al sexo, aunque todo lo que tenga relación con saciar los sentidos puede contemplarse de la misma manera. El comer, el beber, descansa e incluso un masaje son ejemplos de placeres.

Pero el placer es algo más que una actividad: el placer debe llevar consigo un momento oportuno, una circunstancia propicia. Comer cuando uno está saciado no conlleva un placer, y sin embargo hacerlo cuando estamos hambrientos nos supone la sensación más agradable del mundo.

Podemos concluir entonces que el placer es la satisfacción de un deseo, y no un hecho en sí. Si deseamos beber y bebemos, sentimos placer; cuando andamos tremendamente cansados y nos tumbamos en una cama, sentimos igualmente placer. El placer es toda realización (en el sentido de realización personal) de los sentidos.

Por otro lado, si este disfrute es intelectual hablaremos de auto-realización, de satisfacción o de alegría, pero para que llegue a ser un placer, debe haber pasado por el mundo de los sentidos.

Leer más

14 octubre 2008

Admiración y Voluntad


No existe gran talento sin gran voluntad.
Honoré de Balzac

Nos han contado desde pequeños las vidas de los grandes personajes de la Humanidad, las hazañas de los héroes y la vida ejemplar de los santos. Todo ellos no ha resultado siempre admirable, y esa admiración no es sino nuestra propia limitación a realizar hazañas similares. En otras palabras: sólo admiramos lo que creemos costoso o necesario de esfuerzo.

La admiración es en cierta manera una forma de compadecer; de reconocer de buen grado el valor del otro. Cuando admiramos a alguien, reconocemos a la vez nuestra incapacidad o nuestra pereza, nuestra falta de desea, nuestro abandono a igualar el hito que hizo de esa persona alguien admirable.

Sin embargo, si viéramos posibles en nosotros esa consecución de esos grandes actos, ocurrirían una de dos cosas: o bien nuestra voluntad se pondría manos a la obra en busca del objetivo o la hazaña; o bien la envidia nos cegaría de tal manera que no podríamos reconocer en esa persona su valor, intentado minimizar su logro, intentando desprestigiarlo.

Hablaré de lo primero dejando lo segundo para otro día.

Y es que la voluntad es lo que hace realmente posibles los sueños. Es el querer, el deseo, el que hace que las cosas más inverosímiles se tuerzan reales; y que ningún obstáculo se interpongan en el camino.

Cuando alguien nos cuenta alguna faceta extraordinaria de su vida, por ejemplo, la cantidad de horas que dedica al estudio o a algún proyecto personal, a nosotros nos puede parecer exagerada, admirable. Y sin embargo para esa persona, si ha disfrutado y deseado realmente eso, no ha supuesto tanto esfuerzo como a nosotros puede parecernos. La voluntad aligera la carga del esfuerzo. El querer algo hace su consecución mucho más liviana y accesible. Porque la voluntad es la fe en uno mismo, y la fe, como ya anuncia la Biblia, puede mover montañas.

Leer más

11 octubre 2008

Las Personalidades de la Persona


Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.
Mark Twain

Hay quienes pasan una amplia parte de su tiempo luchando por la integridad ética de su persona, buscando la consecuencia de sus actos y elaborando un patrón de conducta el cual llevar a rajatabla. Son personas a las cuales el honor y la dignidad ocupan un lugar más elevado que el resultado en su escala de preferencias.

Pero por mucho que intentemos ser la misma persona, concentrar nuestra personalidad en un punto y ser iguales en todos los ámbitos de nuestras vidas, es un objetivo claramente concreto. Querámoslo o no, tenemos tantas personalidades como ámbitos en nuestra vida. No podemos ser iguales ante nuestros amigos que ante nuestro jefe. No podemos presentar la misma naturalidad, ni si quiera el mismo lenguaje.

Una persona lleva dentro un sinfín de personas, o al menos de personalidades. Según el rol que ocupemos podemos o no desempeñar unos papeles o comportarnos de un modo concreto. No somos iguales cuando hacemos el papel de hijo que cuando desempeñamos el de amigo. Es inevitable.

Y por esta sencilla razón cada persona puede representar un misterio para nosotros. No conocemos más que la parte que se nos muestra de cada persona, y ese leve conocimiento de la persona es con la que enjuiciamos a alguien; pero tal vez esconda mucho detrás. Quizás con nuestros más allegados si podamos obtener varias perspectivas y conocerlos mejor, porque los vemos en distintas circunstancias de su vida, y por ende en distintos roles y escenarios.

Un profesor, por ejemplo, ante sus alumnos se muestra serio y formal; y ese es el único criterio de sus alumnos para enjuiciarlo, ¿pero quién sabe cómo es en su casa salvo quién conviva con él? Puede ser un bromista incansable. E igual le pasará a sus compañeros de vivienda: puede que les cueste situarlo en sus aulas al ver su carácter en el hogar.

Por tanto, estoy convencido de que cada persona podría ser el protagonista de la novela perfecta siempre que se escoja un buen narrador.

Leer más

09 octubre 2008

Otoño


El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.
George Sand

Y parece que ya es otoño de verdad. Al haber estado fuera durante dos semanas me he perdido los cielos nubosos y las primeras lluvias, y para mi estas son las primeras que acontecen en este otoño en mi tierra.

Y es que el otoño tiene un aroma especial, una esencia perdida en el aire. Es una estación transitoria, del calor estival al frío invernal. Empezamos a usar los jerséis y las trencas; a dormir acurrucados, a sentir el frío al destaparnos y salir de la cama, al abrir la ventana.

Los días se nos acortan. El sol se va cada vez antes, y aunque lleve haciéndolo durante meses, parece que es ahora cuando nos hemos dado cuenta, cuando lo echamos de menos a causa del frío. Y será aún más intenso cuando cambien la hora.

Y es que las mismas calles cambian. Se visten con el marrón de las hojas, se pelan los árboles y el viento las recorre. Aparecen las primeras castañas, recurrimos de nuevo a las sopas, a las enaguas y a los braseros.

Y lo que nos parece ahora tan agradable, o al menos bucólico o romántico; acabará hartándonos en unas semanas, y estaremos ansiando por fin la primavera; y una vez ésta llegue y transcurran unas semanas, echaremos de menos el frío y el otoño.

Y así nos sucederemos en la vida: queriendo lo que no tenemos y añorando lo que tuvimos. Por suerte, en esto de las estaciones, siempre hay un volver a empezar.

Leer más

05 octubre 2008

De Vuelta del Norte


Asturias, si yo pudiera…
Si yo supiera cantarte…
Pedro Garfias

Todo lo que tiene un principio tiene un final. Y así sucede también con los viajes, incluso aquellos que parecen interminables cuando se empiezan. Incluso trescientos y unos cuantos kilómetros más acaban por andarse. Así como se suben las montañas, se divisan horizontes y se atraviesan los valles. Al final el camino se acaba y uno regresa al hogar.

Han sido sin duda unos días repletos de experiencias, de ideas y de inspiración; que intentaré poco a poco ir plasmando el este blog. Aunque no he sido del todo fiel a mis propósitos y mi cuaderno quedó bastante incompleto, el alma y la memoria tienen una tinta imborrable que perdura a lo largo del tiempo y que es capaz de evocarse tiempo después.

La reflexión es un buen entretenimiento entre pueblo y pueblo; y como no fueron pocos los que atravesé, vuelvo con nuevas ideas y nuevos proyecto; que espero que no caigan en el mismo saco roto de siempre.

Como resumen general diré que Asturias es preciosa. Bosques, valles y montañas componen su paisaje, adornados algunos de ellos con una infinidad de vacas y de hermosas casitas dignas de cualquier sueño que se precie. El agua es otro elemento importantísimo del paisaje, del oído y del gusto; que aunque ésta sea a priori insípida, el paladar sabe reconocer el agua pura de la impura.

Sin duda, recomiendo la ruta Oviedo – Santiago; y advierto a la vez de la dureza de la misma. Pero creedme que merece la pena.

PD: Gracias a todos por los comentarios; disculpad las ausencias en vuestros respectivos blogs (en los cuales procuraré ponerme al día) y espero volver a veros por aquí.

Leer más

19 septiembre 2008

Camino de Santiago


Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Antonio Machado

Este año, al igual que sucediera hace tres, parto hacia norte para recorrerme el camino de Santiago. Pero esta vez será diferente por varios motivos: la compañía, la ruta, la climatología. Llevo, esta vez sí, un cuaderno para apuntar las distintas vivencias y los distintos pareceres de las múltiples etapas.

Espero que el cansancio no haga demasiada mella, y que los paisajes no desilusionen. Espero también poder disfrutar del románico asturiano, y de la Asturias profunda, al igual que de la Galicia. De la España profunda al fin y al cabo, recorrer aldeas y bosques a pie, caminar bajo la lluvia y poder narrarlo todo fielmente.

Volveré ya entrado el mes de octubre, y por tanto no podré hacer una “entrada celebración” en mi aniversario de dos años como blogger. Espero que este tercer año en la andanza sea igual o mejor que los anteriores y que en mis letras se pueda percibir mi evolución, que espero que la haya.

Tampoco podré participar en los “liblogs”, ya que me encontraré fuera para el jueves marcado por el grupo para escribir. Espero en octubre haberme leído el correspondiente libro, sino acumularé dos desilusiones consecutivas. No obstante, leeré las entradas a mi vuelta.

Llevo un libro al viaje: un libro de cuentos de Wilde (el gran Oscar Wilde) que espero no desilusione. También contaré si lo acabo o no, y que me ha parecido.

Me despido pues hasta octubre. Sean buenos sin mí.

Leer más

14 septiembre 2008

Estilos


En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.
Oscar Wilde

Es recriminado muchas veces, sobre todo lo he escuchado en grupos de música, que todas las obras, canciones, son iguales. Ciertamente son parecidas, y se parecen aún más cuando es uno el compositor, y se ve, de manera involuntaria claramente el mismo patrón para las distintas composiciones.

Y es que cada persona lleva dentro su propio estilo, su propia manera de hacer las cosas, que difícilmente es moldeable o mutable, y que permite la distinción de un autor unívocamente con su obra.

Es probable que si Mozart hubiera nacido en el siglo diecinueve, su obra no hubiera brillado como lo hizo en el Siglo de las Luces. Y es que probablemente Mozart tuviera un don especial para con lo que se llevaba en su época, para la música ordenada y racional, y no fuera tan avispado para el sentimiento que lleva impregnado el romanticismo.

Y tal vez no, tal vez un genio sea un genio independientemente de la época en la que nazca. Tal vez un genio sepa adaptarse a su tiempo, y no tenga una relación tan estrecha con la obra que le haya correspondido con la época.

Yo sin embargo creo, que al igual que un libro tiene distinto significado según cuando se lea, una persona tiene predilección por un estilo, y es ese estilo el que sabe explotar, y el que lo hace grande. Tal vez por eso muchos poetas no sirvan para la prosa y viceversa.

Habrá quién pinte mejor un atardecer o un mediodía de un mismo paisaje según se quiera expresar una u otra cosa. Habrá quién sepa exprimir mejor las tenues luces del ocaso y quienes de la plenitud del sol obtengan los mejores colores. Cada cual entiende las mismas cosas de manera diferente, y esa forma de entenderlas es el molde con que da forma a su estilo.

Leer más

12 septiembre 2008

Perfeccionistas y Soñadores


La gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribir o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico
Julio Cortázar

Normalmente después de escribir mi entrada, busco una frase que vaya acorde con lo que en ese mismo texto he intentado transmitir. Hoy, sin embargo, sucede al revés. He leído (más bien releído) la frase en el libro que estoy leyendo (Rayuela de Cortázar) y me ha invitado a la reflexión.

Ciertamente, hay quién pretende ser el mejor en aquel tema del que está formando parte. Son esas personas, podría añadir a la cita de Cortázar, que nunca pisan el césped o que siempre cruzan por un paso de peatones. Son gente ordenada, correcta, perfeccionista donde los haya. Cumpliendo siempre las reglas. Buscado y encontrando en su ética y comportamiento la satisfacción, el regocijo y la tranquilidad.

Personas deontológicas, que hacen del deber su devoción, que siguen de manera impecable los caminos trazados por otros, que siempre colorean sin salirse del dibujo, que trazan a la perfección su línea recta. Gente que encuentra en las cosas bien hechas, en la lógica y en el orden su seguridad y alegría.

Y por otro lado andan las personas que no saben seguir el camino de otros, menos perfectas; pero capaces de inventar el suyo, capaces de salirse de la línea de lo corriente y de lo habitual para llegar a lo excéntrico, lo suyo, lo propio.

Son todos aquellos que disfrutan más con el misterio de un poema que con la perfección de una fórmula. Que hacen lo que sienten, que viven su vida como una novela, llena de colores y de cosas inverosímiles. Narradores de sus propias vidas, que deciden cuando acaba un verso y empieza una nueva estrofa.

Son aquellos que buscan la magia en cada rincón. Amantes de los imposibles. Son todos esos que encuentra el regocijo en sentir que, hagan lo que hagan, lo hace porque así lo desean, que son ellos los que se gobiernan y que ante nadie responden.

Y de este último grupo de personas habla Cortázar. De aquellos que no deben citarse para encontrarse, de aquellos que valoran más lo escrito que la caligrafía, de aquellos que aunque la forma del tubo no se quede perfecta, lávanse los dientes igual.

De cierta manera recuerda esta cita al poema de Pablo Neruda “Muere lentamente”, que ya no sé si he puesto alguna vez en el blog, pero que desde luego significa mucho para mí. Lectura recomendada, desde luego.

Leer más

09 septiembre 2008

De lo Inerte a lo Vivo


Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.
Fernando Pessoa

Rememorando mis años de escolar; y más por la curiosidad y por el entusiasmo que conlleva emprender una actividad conjuntamente con alguien, mezclado con una ligera dosis de aburrimiento, he recreado el “experimento” aquel que se solía hacer en primaria de plantar una legumbre, concretamente, un garbanzo.

Después de un par de días en remojo (en su correspondiente frasquito de postre lácteo y apoyado sobre un algodón humedecido) mi garbanzo, uno de los tres que he colocado, ha brotado.

Me resulta totalmente fascinante como algo totalmente inerte como es un garbanza en un plástico dispuesto para ser consumido puede generar un pequeño brote de vida. Es tan asombrosa la pequeña diferencia entre la vida y la muerte (en este caso viceversa) que no puedo evitar la reflexión.

¿Qué hace que algo pase de estar muerto a estar vivo? ¿El agua? Y si es el agua, ¿no es asombroso que el agua genere vida? Seguramente algún biólogo pueda darme una explicación más o menos precisa de qué le ha pasado a mi garbanzo (y lo agradecería, desde luego); pero desde mi ignorancia no queda sino la fascinación ante el fenómeno.

¿Qué mueve las células en busca de nueva vida, de un nuevo organismo? ¿Hay algo que las motiva? ¿Está todo eso diseñado o es puramente fruto del azar? Si es el azar, ¿cómo puede hacer algo tan netamente perfecto? Y si es un diseño ¿quién lo ha diseñado? ¿Y por qué?

Una vez más concluyo la entrada con más preguntas que respuestas; intrigado por el paso muerte-vida, por los secretos de la naturaleza y cautivado por una pequeña legumbre que me ha despertado el entusiasmo y la curiosidad.

Leer más

07 septiembre 2008

Nuevos Propósitos


Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.
Aldous Huxley

Septiembre, o el mes de los propósitos. Junto con enero, por eso de ser año nuevo, debe ser el mes con más intención de cambio de una persona que haya a lo largo del año. Somos totalmente cuadrados, y las cifras sin quererlo nos dominan. Debemos esperar a que empiece de nuevo algo para intentar ser un poco mejores, ¿o alguien se propone un cambio radical el día 17 de marzo?

Tenemos suerte de que el año vuelva a tener los mismos meses, y cada mes empiecen en día uno; porque si no tardaríamos mucho más, o nos daría más pereza, el empezar una especie de nueva vida, el cambiar nuestros hábitos o simplemente el intentar ser mejores haciendo aquello que creemos que nos aporta algo, pero que sin embargo, nunca nos hemos decidido hacer.

Y digo yo, si ese algo no lo hemos hecho antes, quizás sea porque no sea tan vocacional, o porque simplemente no nos apetece, ¿por qué nos forzamos a que nos apetezca?

Un nuevo dilema razón-corazón se nos presenta. Nuestra cabeza nos imprime las ganas de leer, aprender inglés, hacer ejercicios o salir a pasear. Y nuestro cuerpo, nuestra pereza, nos invita a tumbarnos en el sofá y ver los días pasar sin agobio, obligación ni esfuerzo mental alguno.

Y es que siempre nos acordamos de lo que teníamos que haber hecho cuando ya es tarde. Nos acordamos de leer cuando no tenemos tiempo para leer, después de habernos tirados la mar de días aburridos en el sofá, esperando que el teléfono sonara para concertar algún plan. ¡Y será por la cantidad de libros que tenemos pendientes!

Queda claro que la pereza llama a la pereza, y el tiempo libre a no hacer nada. La rutina, o mejor dicho el hábito, es lo que nos motiva en parte. Muchas veces, por tal de huir de nuestras obligaciones recurrimos a los hobbies más peregrinos y a todo eso que nos impiden hacer las obligaciones. Nos dedicamos a fantasear sobre los libros que vamos a leer (por seguir con el ejemplo), los idiomas que vamos a aprender y lo fuertes que vamos a estar este año, mientras escurrimos el bulto de las obligaciones. ¡Hagamos todo eso que fantaseamos ahora que tenemos tiempo!

Leer más

06 septiembre 2008

Cargo de Conciencia


El alma desordenada lleva en su culpa la pena.
San Agustín

Todo tiene solución salvo la muerte, dice el dicho. Sí y no, digo yo. Cierto es que la muerte sea totalmente inevitable (a menos a día de hoy y sin tener en cuenta los relatos cristianos); pero no es cierto que sea lo único inevitable o carente de solución.

El pasado, como todo acto o circunstancia realizada en un periodo anterior al actual tampoco tiene solución. El pasado es pasado. Fijo, estático, firme. Podrá maquillarse mediante palabras, mentiras o cuentos. Podrá evitarse, esconderse o volatilizarse; pero siempre quedará ahí como algo que pasó, y que habrá pasado por siempre jamás.

Lo que una vez hicimos lo habremos hecho siempre. Y por mucho que nos pese la culpa (sin duda material más pesado que el plomo) el pasado seguirá siendo el mismo. Y por mucho que intentemos enmendar, todo lo que consigamos no será más que eso, una enmienda, un retal cosido a posteriori.

Sin duda alguna el cargo de conciencia, el sentimiento de culpa, es una de las peores sensaciones existentes, si no la más. El hecho de no poder mentir, porque a los únicos que jamás podremos engañar será a nosotros mismos, hace imposible el maquillaje y la atenuación. Sentir que el pasado es inamovible es algo desagradable.

Hay veces que varias personas son cómplices en una farsa para intentar suavizar el pasado. Son cómplices de una mentira, de un consuelo, que aunque saben no real aceptan como válido. Pero hay otras en que nadie se ofrece voluntario a fingir por el bienestar psicológico del que se siente culpable.

La conciencia es el juez más severo que jamás encontraremos. No perdona lo que otros perdonan, no atenúa lo que otros relajan. No admite chantaje ni soborno. No se doblega. No finge perdón.

Y la cárcel de este tribunal no es otra que la angustia de saber que el pasado seguirá siendo el mismo hasta que acude el olvido en su rescate. La culpa es la única penitencia válida para los errores de antaño.

Leer más

05 septiembre 2008

Expertos y Especialización


Un experto es un hombre que ha dejado de pensar: sabe.
Frank Lloyd Wright

La verdad es que no acostumbro a dejar tanto espacio temporal entre una entrada y otra, pero las circunstancias han impedido que haya tenido tiempo para sentarme delante del ordenador y escribir. Tampoco es que haya tenido una necesidad imperiosa de escribir, ningún tema que me tenga el cerebro ocupado lo suficiente como para apartar los apuntes y dedicarme al pensamiento.

Lo cierto es que no soy muy partidaria de la dedicación exclusiva. Me gusta más la variedad, la diversidad; me gusta más un menú de degustación que una hinchada de un plato concreto (aunque he de reconocer que si es mi plato favorito me lo pienso). En la variedad está el gusto, que decían.

La vida laboral, y por desgracia cada vez más la educativa, actual está orientada a una continua especialización, a la perfección en una materia concreta, al “expertismo”. Por suerte o por desgracia, los humanistas e ilustrados están siendo relegados a lecciones de historia y a utopías.

Tal vez sea porque cada vez hay un conocimiento más amplio, en el que es necesario ahondar para poder conocer con precisión un tema; o tal vez sea un fallo de la perspectiva de la educación, cada vez más pragmática, olvidando que el saber nunca sobra, y que todo lo sabido puede aplicarse en materias insospechadas.

Se nota también en el estudio universitario, donde las carreras de ciencias (ciencias puras me refiero) están cayendo en detrimento de las técnicas, ingenierías y demás. Como lo teórico, lo puramente inteligible pierde frente lo práctico y palpable.

El saber nunca está de más pienso yo; y el hecho de conocer algo más que lo necesario siempre te da ventaja sobre el resto. El conocimiento es algo que no siempre se sabe dónde y cómo se va a emplear. Y como no ocupa lugar, nunca está de más tenerlo.

Leer más

25 agosto 2008

Lazos de Sangre


El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.
Fernando Sánchez Dragó

Puede que le pase a más de uno que tenga primos o tíos que no haya visto jamás en su vida. No obstante, estas personas no dejan de ser familia tuya, gente de la misma sangre, que se dice.

La sangre ha sido a lo largo de la Historia una razón extra para tomar una actitud hacia cierta persona. Los reyes han heredado a sus hijos, y si no a sus hermanos; y a las malas a cualquier otra persona que llevara consigo un parecido genético.

También ha sido fuera de nobleza un nexo importante. El hecho de que tus padres te presentaran a esa persona como un familiar tuyo, hacía que ese alguien fuera visto por ti de manera diferente, como con más respeto, con una especie de admiración y condescendencia.

Sin embargo, si miramos desde un punto de vista más racional llegamos a la conclusión de que la sangre no tiene por qué significar nada. Hoy en día un padre (lazo más cercano junto con el de la madre) puede ser la persona a la que su hijo más estime en este mundo, del que más formación, educación y protección reciba.

Y a la vez, en ese mismo mundo, nos encontramos con su homólogo antagonista. Padres que abandonan a sus hijos, que los maltratan, que comercian con ellos un divorcio. Gente cuyo hijo no es más que una posesión, una carga.

¿Y qué es entonces la sangre? Una mera anécdota. Algo puramente circunstancial. Porque lo que hace querer a alguien no siempre emana del parentesco, sino de la voluntad y del tiempo y de las actividades que compartan.

Así, unos padres que desean tener un niño están dispuestos a hipotecar parte de su vida por él, a dedicar su tiempo y su esfuerzo. Pero quien “se encuentra” con un hijo, quien no deseaba su nacimiento lo repudiará y puede que hasta lo odie por haberle usurpado parte de su tiempo.

Y de igual manera sucede con el resto de familiares. Quieres más a aquel con quien más te relaciones; y sueles relacionarte con quienes tus padres se relacionan, al menos en el periodo de la infancia. Tus hijos se relacionarán con quién tu te relaciones; y así, la cadena continúa hacia abajo de generación en generación.

Y siempre prima el tiempo (y las actividades que desempeñemos, de la misma manera que sucede con la amistad) que pasamos con la persona, frente al lazo de sangre o parentesco, que lo más que puede concederte es una predisposición positiva a la hora de relacionarte con dicha persona.

Leer más

20 agosto 2008

Tragedia, Vida y Azar


La vida es una especie de juego de azar, donde todo el mundo piensa que el de al lado sabe qué esta pasando.
Barbara Probst Solomon

“Por fin vacaciones. Por fin esos días en la playa, alejados de cualquier estrés. Los ahorros de todo el año invertidos en nuestro descanso estival, alejados de todo, sin más preocupación que la de si tomar el sol boca-arriba o boca-abajo. Y ya nos vamos. Ya despega…”

Seguramente algún pasajero del avión que hace pocas horas acaba de estrellarse al despegar desde el aeropuerto de Madrid tenía estos pensamientos en la cabeza. Y es que la muerte nos acecha todos los días y no somos conscientes de ello.

¿Cuántos aviones despegan y aterrizan todos los días en Barajas? ¿Cuántos años llevan haciéndolo? ¿Cuántos kilómetros llevaría hechos el avión hoy siniestrado? Y es que la vida y la muerte están separadas por una delgadísima capa que puede ser rota fácilmente por el azar.

Cuando suceden estas tragedias nos acordamos de todas las veces que hemos cogido un avión; y somos incapaces de sentir un leve escalofrío, un ligero reparo a volver a coger otro avión. Traemos al consciente el riesgo que supone viajar en avión; riesgo que había quedado relegado a la rutina, que había sido marcado como ínfimo.

¿Qué pensará la persona, en caso de que lo haya, que no haya cogido ese vuelo porque estaba completo, o porque le surgió otro más barato a otra hora? Debe sentir que ha vuelto a nacer, que ha sido tocado por la providencia, que Dios, el azar, o por lo que quiera que se rija el mundo, ha sido condescendiente con él.

Probablemente esa persona sufra un repentino misticismo, una repentina vuelta a la vida, a la valoración de ésta y a la conciencia de lo cerca que le pasó la muerte. Sea Dios, o sea lo que fuere, la muerte nos roza todos los días y ni nos damos cuenta. Sólo cuando pasan estas tragedias tan cerca es cuando vemos la realidad. Pero ¿quién no ha cogido un avión en su vida? Pues pudo haber sido él.

Precisamente por eso debemos agradecer nuestra supervivencia de la mejor manera posible: viviendo intensamente cada día y alegrarnos de estar vivos.

Leer más

18 agosto 2008

Espíritu Olímpico


En el nombre de todos los competidores prometo que participaré en estos juegos olímpicos, respetando y obedeciendo las reglas que los rigen, en el verdadero espíritu de la deportividad, para la gloria del deporte y la honra de nuestros equipos
Credo olímpico

Parece que la delegación española en Pekín coge vuelo. Después de unos ocho primeros días donde ha costado conseguir medallas, donde los cuartos puestos han rozado medalla; por fin conseguimos metales.

Y es que el trabajo, el esfuerzo y el espíritu que muchos deportistas llevan acumulado hasta estos juegos debían de ser recompensados tarde o temprano. Cierto es también que muchos de los deportistas participantes en estos juegos se dejan la piel igual o más que los condecorados, pese a volverse de vacío a sus países de origen. Y es que sólo hay tres premios por prueba y no se puede dar premio a todo.

Lo que yo imagino que ha de ser una sensación incomparable es ser campeón olímpico, colgarte el oro y escuchar emocionado el himno de tu país. Ha de ser una experiencia comparable con muy pocas. Y me parece a mi también, que tiene mucha más emoción ganar un torneo o una prueba en solitario que en equipo, porque considero que el espíritu de las olimpiadas es en elegir al mejor, en la lucha uno contra otro, más que a los mejores.

Por eso siempre tendrá mucho más valor una medalla en la maratón, o en los cincuenta metros mariposa que en baloncesto o en fútbol. Y eso les pasa también a los deportes, sobre todo a los grandes. Miremos al grande entre los grandes: el fútbol. El prestigio de un oro olímpico jamás podrá ser comparado con el de un mundial o eurocopa.

Y de la misma forma me parece al revés; que un oro olímpico en los cien lisos jamás podrá compararse con un campeonato del mundo o de Europa. Supongo que cuestión de puntos de vista.

Leer más

13 agosto 2008

Sensaciones y Recuerdos


El recuerdo es el perfume del alma.
George Sand

Le pasa al pasado que en ocasiones se nos convierte en presente a través de sutiles destellos de recuerdos: una canción, una fotografía… Nuestra mente almacena en alguna parte de nosotros recuerdos que nosotros creíamos olvidados, o al menos, que no tenemos presentes día a día.

Por seguir con el ejemplo, cuando estamos en un bar cualquiera, o en el coche y ponemos la radio, y escuchamos una canción concreta; evocamos esos recuerdos, despertamos aquel estado de ánimo en el que fue grabada en nosotros.

Lo que nuestro cerebro almacena, o mejor dicho, lo que evoca, son las sensaciones, las emociones, aquello que sentimos, que experimentamos por dentro; mucho más allá de los hechos en sí.

Dos personas van a un mismo partido de fútbol. Una de ellas es un niño de ocho años que es la primera vez que va a ver a su equipo favorito. La otra, un hombre, su padre, de cuarenta años, abonado al club desde hace más de veinte. Van a ver un partido de la jornada quince de liga, contra un equipo modesto. ¿Tendrá el padre el mismo recuerdo el partido que el niño?

Desde luego que no. El niño será un cúmulo de ilusión y emoción, de ver por fin a su equipo favorito un partido de fútbol. Su primera vez. Y es esa emoción, y esa ilusión la que se guardan. Y el niño vivirá el partido de una manera intensa, aunque sea el partido más aburrido de la historia.

Su padre, sin embargo, sí que sufriría ese aburrimiento. Harto de ver partidos, de ver ganar, de ver perder y de ver empatar. Si por algo recuerda ese partido es por la emoción de llevar a su hijo al partido, por nada más.

Y este ejemplo es extrapolable a otros muchos ámbitos de la vida, donde para la mayoría de las personas son vulgaridades, para nosotros puede ser la cosa más increíble del mundo, o la más dolorosa si fuera el caso. Por eso, la muerte, por ejemplo, afecta de distinta manera a unos y a otros. Pero de eso hablaremos otro día.

Leer más

11 agosto 2008

Futuro inminente


Hemos preparado a los hombres para pensar en el futuro como una tierra prometida que alcanzan los héroes, no como lo que cualquiera alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga.
Clive Staples Lewis

¿Qué quieres hacer cuando acabes la carrera? Esta puede ser tranquilamente la pregunta que más se me formula cuando comento a alguien que estoy próximo a finalizar mis estudios universitarios; y esta misma pregunta es la que me vengo haciendo yo probablemente desde que los comencé.

Son muchos los cambios de rumbo que uno planteo a lo largo de cinco años. Uno, ilusionado en el comienzo, como en todos los comienzos, y vencido por la rutina al final; incapaz de mostrar ni un ápice de interés en muchos temas y siempre insuperable el entusiasmo del principio.

Francamente no sé responder a esa respuesta. Por querer hacer me gustaría hacer algo totalmente distinto, algo relacionado más con las letras, con las humanidades tal vez. Creo haber descubierto en mi mismo la supremacía de las letras sobre las cifras, aunque mucho me temo que esto sólo se deba al hecho de haber pasado los último años de mi vida bajo el yugo de las cifras y haber recurrido únicamente a las letras por amor a éstas mismo, como parte de n hobby y de una afición. Pero estoy totalmente convencido que echaría de menos las ciencias y los números, la exactitud y precisión de éstas frente a la ambigüedad y divagación de las otras.

Y uno va divagando entre letras o ciencias, en España o en el extranjero, grupo de tarde o de mañana; cuando aparece una posibilidad en forma de beca; de aquel programa de prácticas que uno se apuntó una vez, pero que no ha echado cuentas más; y aparece ante ti, una posibilidad de futuro que no habías considerado.

La cuestión es que sin quererlo de ninguna manera, uno va haciendo su camino, contemplando en el horizonte otras veredas más como un sueño rebelde que como una posibilidad. Y siempre contempla un número finito de sendas, siempre divisando las mismas posibilidades. Y es precisamente, cuando uno anda deslumbrado por el horizonte cuando se encuentra ante sus pies con una posibilidad, que aunque conociéndola, nunca la había metido en la urna con bolas, nunca habría apostado por ella.

Y es que la vida sucede así, creyendo uno que sabe todo, que conoce todos los caminos. Sin embargo, es la vida con su propia inercia la que nos hace ver que sus posibilidades son infinitas y su futuro impredecible.

Leer más

05 agosto 2008

Estar a gusto


No puede el hombre sentirse a gusto sin su propia aprobación.
Mark Twain

Tan importante como la compañía y la actividad es el sentirse uno a gusto consigo mismo. Este factor, el factor “a gusto”, es un factor fundamental en el disfrute de cualquier cosa. Se trata de una conformidad con nosotros mismos y con lo que nos rodea que nos hace capaces de aprovechar y disfrutar todo aquello que realicemos.

¿Qué es necesario para estar a gusto? Podríamos escribir todo un ensayo acerca de este tema; aunque el pilar fundamental, claro está, es una conciencia limpia. Sin esta conciencia limpia es francamente difícil que podamos estar tranquilos y podamos disfrutar del entorno e incluso de nosotros mismos.

¿Y para con los demás, qué necesitamos? Comprensión, entre otras cosas. La comprensión de quién nos rodea hacia nosotros mismos es fundamental. El hecho de que las personas que las que interactuamos nos encuentren y nos vean como nosotros queremos vernos es algo básico para estar a gusto.

Es necesaria una vocación, o mejor dicho, una ausencia de obligación ante la consecución de algo. Todo lo que hagamos ha de hacerse porque nos parece bien, o al menos, no nos disgusta, porque en ese caso, estaremos disconformes y no conseguiremos encontrar la armonía.

Esto último va emparejado con el hecho de cumplir unas expectativas, unos planes que uno prevé. En caso de estar siguiéndolos de forma más o menos rigurosa se sentirá que se está disfrutando, que uno cumple lo que prevé y por tanto a gusto.

Cuando alguien se encuentra a disgusto se produce porque no encuentra su rol; no siente que tenga que estar donde está, hacer lo que esté haciendo o hablar lo que esté hablando. El hecho de sentirse a disgusto se produce cuando la realidad difiere del concepto que uno había forjado previamente en la cabeza con respecto a unas personas o unas actividades.

El hecho de sentirse defraudado con unas expectativas es realmente lo que hace a uno sentirse a disgusto o en disonancia con un grupo, con una actividad. Sentirse en el lugar acertado, sentir que uno aporta es algo fundamental para encontrar el bienestar en grupo.

Leer más

01 agosto 2008

Lógica y Sentido Común


Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.
Albert Einstein

El verano es tal vez la época en la que más tiempo disponga uno para leer; ya que ni tiene que estudiar tanto como durante el curso, ni hay la misma cantidad de gente en la ciudad para inventar planes y tardes o mañanas de ocio como durante el invierno, Y aunque los hubiera (planes), el día tiene veinticuatro horas, que ahora sí, podemos dedicar con total atención a nosotros.

Leyendo uno de esos libros que uno compra una vez muy entusiasmado pero que luego aparca y relega indefinidamente, estuve pensando sobre el problema de las matemáticas, concretamente en una de sus hijas, la lógica.

El problema que acontece a la lógica, con respecto a la aplicación a la vida cotidiana, es que ésta, intentado ser absoluta e irrevocable, se apoya en el lenguaje, totalmente versátil, cargado de metáforas y significados implícitos. Las matemáticas hablan por ejemplo de “para todo número”, y eso, transformado en un lenguaje vulgar, se traduciría como “para casi todo número”. El lenguaje, el ser humano en definitiva, no es tan absoluto ni tan exacto como las matemáticas y sus ramas pretenden.

Y de este problema entre el lenguaje entendido por el ser humano, y el lenguaje universal, exacto, surgen muchas de las paradojas de la lógica, como por ejemplo esta:

- Papá, ¿es cierto que los padres siempre saben más que los hijos?
- Claro, hijo
- Entonces, ¿quién inventó la máquina de vapor?
- Watt
- ¿Y por qué no la inventó su padre?

En este ejemplo, se presupone, para cualquier lector, que el axioma es cierto pero hasta cierto punto, en tanto que el niño siga siendo niño y no sea adulto, donde se presupone, se da por hecho, se sabe, que un padre no tiene por qué saber más que su hijo. Este axioma será cierto siempre y cuando el niño sea un niño; es decir, el hijo sea lo suficientemente pequeño. Y todos lo entendemos así. Pero claro, ¿cómo plasmar todo eso en una formulación matemática? Es francamente difícil.

El problema puede engendrar también de las cláusulas “siempre”, “nunca”, “para todo”, etc. Cláusulas necesarias en la lógica y en las matemáticas pero ciertamente obsoletas respecto al ser humano y su entorno y sociedad: seres de continuos cambios.

Para poder llegar a comprender como comprenden el ser humano, se necesita algo que, a día de hoy, las matemática ni lo exacto pueden proporcionar: el sentid común. El sentido común es la parte implícita en los humanos, es eso que diferencia a un robot de un humano, es esa parte del cerebro que razona a través de una lógica diferente y que casualmente es común a los individuos de una misma cultura. Hasta que no se pueda implantar el sentido común, ajeno muchas veces a la lógica, no podrán desarrollarse réplicas del ser humano perfectas.

Leer más

27 julio 2008

Vacaciones


Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.
Elbert Hubbard

Aunque todo el mundo esté ansiándolas, no todo el mundo sabe luego disfrutarlas y en ocasiones ni tan siquiera qué hacer con ellos. Me refiero a las vacaciones, esa etapa de descanso que según los gustos y apetencias se emplean para fines muy distintos, que comprenden desde una intensa agenda turística hasta una “hibernación”.

Tendemos hacer infinitos planes para cuando lleguen las vacaciones, como sucede con el principio de curso. Queremos leer lo que no hemos podido leer, aprender lo que no hemos podido aprender, celebrar lo que no hemos podido de celebrar; y así, un sinfín de quehaceres pendientes durante todo el año que postergamos para las vacaciones.

Pero lo que realmente ocurre es que, cuando estamos de vacaciones, perdemos ese ritmo de trabajo, ese ritmo de actividad, de estrés, de interés. Y al final, todo se queda en una sarta de proyectos incompletos.

El ser humano necesita una continua actividad para poder seguir emprendiendo. En el momento en que se para de golpe con la rutina, con los quehaceres, se detiene el interés en favor de la pereza más absoluta.

Para realizar eso infinitos planes que siempre preparamos con ilusión es necesario mantener un ritmo, obligarnos a unos horarios; porque sino, nunca será buena hora para empezar, siempre querremos estar tirados en el sofá un par de días más antes de iniciar aquello que tanto deseábamos.

Cierto es también que el descanso es necesario. Después de todo un año de actividad intensa, el cuerpo y la mente necesitan descansar, disiparse de cualquier actividad. Quien tiene unas vacaciones muy amplias tiene tiempo para todo (siempre que se planifique medianamente bien); y el que no, ha de elegir entre el descanso o esos pequeños placeres sólo disponibles ante tiempo libre. Todo un dilema. Aunque por norma general siempre prima la pereza, ya que “ya lo haré cuando tenga más tiempo”.

Lo que el hombre necesita generalmente no es tiempo, sino ganas. Para tener esas ganas es necesario un ritmo de actividad, una serie de obligaciones o actividades que estimulen la mente; y partir desde el reposo total hacia una actividad grande es francamente difícil. El cuerpo se acomoda rápidamente al descanso, a la paz. Tal vez por eso, sea precisamente en vacaciones, cuando menos propósitos, acumulados durante el año, llevamos a cabo.

Leer más

22 julio 2008

Cataluña


El que no sale nunca de su tierra está lleno de prejuicios.
Carlo Goldoni

Por fin en casa. Después de una semana por Cataluña vengo con ganas de parar en casa y poder dormir hasta que el cuerpo me lo pide, sin que ningún monasterio ni ningún museo me estén esperando.

He de reconocer que la visita al noreste de España ha sido realmente grata. Monumentalmente Cataluña es increíble. Tiene una cantidad ingente de pueblos, monasterios e iglesias. Predominan por allí, como cabía de esperar el gótico y románico; donde su plenitud se alcance, tal vez, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, donde se recogen obras muy significativas del románico español (ahora no recuerdo nombres, vengo un poco saturado de santos y santas).

El paisaje es también precioso. Estuve por el parque natural de la Garrotxa, y realmente tiene unos parajes increíbles. Sucede igual con la Costa Brava. Sus acantilados, sus bosques junto al mar y el serpenteo de la costa, entre otros tantos elementos, hacen de este paisaje algo único.

Y por último, sobre las personas, he de reconocer que ha sido la más grata sorpresa de todas. Yo esperaba encontrar allí una horda de banderas nacionalistas, catalanes que se negaran a usar el castellano y otro sin fin de barbaridades; pero he podido comprobar con mis ojos, que ese nacionalismo aferrado e intransigente es fruto de los políticos. Cierta era que hubiera banderas en algunos balcones, pero en proporción a lo que he visto, son una completa minoría; muy ruidosa, pero minoría al fin y al cabo. La gente, por tanto, muy amable y hospitalaria; para mi, la gran sorpresa del viaje.

La forma de trabajar de los catalanes es súper eficiente. Por lo menos, en los aspectos que he podido contrastar (básicamente hostelería e información de turismo). Su dedicación es total, al menos aparentemente, y su atención deslumbrante.

Al bajar en el aeropuerto de Granada he querido confirmar mi teoría y me he acercado a la oficina que tiene la diputación de Granada allí. He solicitado información sobre la provincia. La señorita, se ha dedicado a darme dos folletos y un mapa, y ya está; como si cobraran las palabras. Alí sin embargo, todo pueblo tenía ya trazada una ruta que visitar, un ruta recomendada; y la persona que te atendía te comentaba dicha ruta y otros lugares de interés, aunque en el mapa viniera totalmente claro. No sé, serán formas distintas de entender el negocio.

Sobre la lengua, sí, es cierto que todo está en catalán; salvo el Barcelona, donde las cosas están en los dos idiomas. Sobre las banderas en los ayuntamientos… pues no se cumple la ley de banderas, no; sobre too en los pueblos. Como antes, en Barcelona todas las banderas conviven en perfecta armonía.

Otra gran sorpresa del viaje ha sido Barcelona. Ciudad increíble, increíble. Enorme como ella sola, con avenidas amplísimas, y todas preciosas. Su trazado ortogonal da pie a la exageración de las avenidas. Limpia, ordenada, moderna, gótica… tal vez a ciudad más completa que haya conocido (tampoco soy un trotamundos, lo sé) capaz de mezclar lo nuevo y lo viejo de una forma apabullante. Y en la vida había visto tanto puente de autovía junto. Una autentica obra de ingeniería.

Sin duda el viaje ha merecido la pena. Tanto arte junto hace despertar en uno sus inquietudes artísticas, incluso en las que uno es más desacertado. A ver si este verano consigo hacer aquello que siempre propongo.

Leer más

12 julio 2008

Vistas al mar


Para aprender a rezar no hay como viajar por mar.
Proverbio inglés

Llevo casi una semana sin escribir por aquí. Se debe a que he estado una semana recibiendo un cursillo en Almuñécar y no he tenido acceso a Internet desde allí como para escribir una entrada.

Para los que somos muy de interior y que no disponemos de vacaciones estivales en la costa, el mar nos impacta bastante. Ya no sólo el mar como cantidad ingente de agua que no alcanza fin, sino el mar como sistema de vida, como cultura.

Cierto es que el mar no deja indiferente a nadie; y es más, a muchos poetas, donde quizás el más representativo sea Alberti, ha influida de manera especial. El mar (la mar para los que gozan siempre de su compañía) provoca paz. El simple hecho de respirar el aire salino, la monotonía de las olas, el ruido de las gaviotas ya provoca en el espíritu una serenidad implacable.

Tuve la suerte de visitar la casa de un conocido desde cuya terraza se divisaba la bahía donde se asienta la Herradura. Sin duda, una de las vistas contempladas por mi mismo (que no es de fotografía) que jamás haya visto.

¿Qué suponen unas buenas vistas? Bienestar. El hecho de contemplar algo agradable, algo bello, supone ante todo bienestar. La belleza nos tranquiliza, nos relaja, nos agrada. Influye en el alma, en el espíritu. La percepción sensorial ataca de manera directa a nuestras emociones y sensaciones. Así, al igual que la música puede provocar en nosotros sentimiento totalmente adversos dependiendo de la música que escuchemos; y al igual que para descargar adrenalina no podemos escuchar una balada ni para relajarnos una canción de heavy metal; para relajarnos ayuda de forma considerable lo que la vista perciba; acompañado siempre por el resto de sentidos.

Al bienestar del alma se llega con la tranquilidad de los sentidos y con la calma espiritual, como puede ser la ausencia de preocupaciones o de cargo de conciencia. Y el descanso del alma llega pues con el bienestar de la misma.

Leer más

06 julio 2008

Conversiones


Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas claras.
Louis Pasteur

Toda persona a lo largo de su vida sufre una evolución, tanto en aspecto físico, como en pensamiento; aunque dentro de esa evolución, siempre se mantiene una esencia, una identidad. Se mantiene en el pensamiento igual que un rostro sigue identificando a una persona a lo largo de su vida.

Hay ideas que se mantienen fijas toda la vida. Más que ideas, principios, conductas, actitudes. Quizás las ideas sobre algo concreto vayan evolucionando, mutando y cambiando; pero el punto de vista siempre es el mismo. Punto de visto no me refiero a la interpretación o a la idea, sino el proyector que proyecta la idea. En un símil, las ideas son los rollos de película que va cambiando y la persona la máquina cinematográfica.

Y es tal vez el que más se ha aferrado a una idea, el más obstinado, el más defensor de una inmutabilidad en los principios, de una perennidad en el pensamiento, defensor del pensamiento único, el que más radical hace el cambio.

Será por eso que dicen que los conversos sean los peores. Y tal vez sea así. Antiguamente, cuando alguien cambiaba de religión, éste se convertía más exigente con los ritos, mucho más prácticamente que el cristiano viejo. Esto podía deberse a dos cosas: o ha caído en la cuenta de su craso error y necesita enmendar su pasado, o bien necesita la aprobación del sector original de la idea.

Pues bien, esto mismo sucede con las personas cuando cambian de ideas por otras contrapuestas: que radicalizan su comportamiento. Y el motivo puede seguir siendo el mismo que el de los antiguos conversos; o el reconocimiento del error, o la necesidad de aceptación por sus antiguos contrapuntos ideológicos y ahora nuevos compañeros de pensamiento.

Leer más