12 septiembre 2008

Perfeccionistas y Soñadores


La gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribir o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico
Julio Cortázar

Normalmente después de escribir mi entrada, busco una frase que vaya acorde con lo que en ese mismo texto he intentado transmitir. Hoy, sin embargo, sucede al revés. He leído (más bien releído) la frase en el libro que estoy leyendo (Rayuela de Cortázar) y me ha invitado a la reflexión.

Ciertamente, hay quién pretende ser el mejor en aquel tema del que está formando parte. Son esas personas, podría añadir a la cita de Cortázar, que nunca pisan el césped o que siempre cruzan por un paso de peatones. Son gente ordenada, correcta, perfeccionista donde los haya. Cumpliendo siempre las reglas. Buscado y encontrando en su ética y comportamiento la satisfacción, el regocijo y la tranquilidad.

Personas deontológicas, que hacen del deber su devoción, que siguen de manera impecable los caminos trazados por otros, que siempre colorean sin salirse del dibujo, que trazan a la perfección su línea recta. Gente que encuentra en las cosas bien hechas, en la lógica y en el orden su seguridad y alegría.

Y por otro lado andan las personas que no saben seguir el camino de otros, menos perfectas; pero capaces de inventar el suyo, capaces de salirse de la línea de lo corriente y de lo habitual para llegar a lo excéntrico, lo suyo, lo propio.

Son todos aquellos que disfrutan más con el misterio de un poema que con la perfección de una fórmula. Que hacen lo que sienten, que viven su vida como una novela, llena de colores y de cosas inverosímiles. Narradores de sus propias vidas, que deciden cuando acaba un verso y empieza una nueva estrofa.

Son aquellos que buscan la magia en cada rincón. Amantes de los imposibles. Son todos esos que encuentra el regocijo en sentir que, hagan lo que hagan, lo hace porque así lo desean, que son ellos los que se gobiernan y que ante nadie responden.

Y de este último grupo de personas habla Cortázar. De aquellos que no deben citarse para encontrarse, de aquellos que valoran más lo escrito que la caligrafía, de aquellos que aunque la forma del tubo no se quede perfecta, lávanse los dientes igual.

De cierta manera recuerda esta cita al poema de Pablo Neruda “Muere lentamente”, que ya no sé si he puesto alguna vez en el blog, pero que desde luego significa mucho para mí. Lectura recomendada, desde luego.

1 comentario:

Jesús Lens dijo...

Quillo, que no te teneía enlazado!!! A mí tb me gusta lo de las citas. Sirve para contextualizar. Y cuando tengas dudas, escribe tú una frase sentenciosa y se la aplicas a Confucio ;-)

Un abrazo.