No puede el hombre sentirse a gusto sin su propia aprobación.
Tan importante como la compañía y la actividad es el sentirse uno a gusto consigo mismo. Este factor, el factor “a gusto”, es un factor fundamental en el disfrute de cualquier cosa. Se trata de una conformidad con nosotros mismos y con lo que nos rodea que nos hace capaces de aprovechar y disfrutar todo aquello que realicemos.
¿Qué es necesario para estar a gusto? Podríamos escribir todo un ensayo acerca de este tema; aunque el pilar fundamental, claro está, es una conciencia limpia. Sin esta conciencia limpia es francamente difícil que podamos estar tranquilos y podamos disfrutar del entorno e incluso de nosotros mismos.
¿Y para con los demás, qué necesitamos? Comprensión, entre otras cosas. La comprensión de quién nos rodea hacia nosotros mismos es fundamental. El hecho de que las personas que las que interactuamos nos encuentren y nos vean como nosotros queremos vernos es algo básico para estar a gusto.
Es necesaria una vocación, o mejor dicho, una ausencia de obligación ante la consecución de algo. Todo lo que hagamos ha de hacerse porque nos parece bien, o al menos, no nos disgusta, porque en ese caso, estaremos disconformes y no conseguiremos encontrar la armonía.
Esto último va emparejado con el hecho de cumplir unas expectativas, unos planes que uno prevé. En caso de estar siguiéndolos de forma más o menos rigurosa se sentirá que se está disfrutando, que uno cumple lo que prevé y por tanto a gusto.
Cuando alguien se encuentra a disgusto se produce porque no encuentra su rol; no siente que tenga que estar donde está, hacer lo que esté haciendo o hablar lo que esté hablando. El hecho de sentirse a disgusto se produce cuando la realidad difiere del concepto que uno había forjado previamente en la cabeza con respecto a unas personas o unas actividades.
El hecho de sentirse defraudado con unas expectativas es realmente lo que hace a uno sentirse a disgusto o en disonancia con un grupo, con una actividad. Sentirse en el lugar acertado, sentir que uno aporta es algo fundamental para encontrar el bienestar en grupo.
Mark Twain
Tan importante como la compañía y la actividad es el sentirse uno a gusto consigo mismo. Este factor, el factor “a gusto”, es un factor fundamental en el disfrute de cualquier cosa. Se trata de una conformidad con nosotros mismos y con lo que nos rodea que nos hace capaces de aprovechar y disfrutar todo aquello que realicemos.
¿Qué es necesario para estar a gusto? Podríamos escribir todo un ensayo acerca de este tema; aunque el pilar fundamental, claro está, es una conciencia limpia. Sin esta conciencia limpia es francamente difícil que podamos estar tranquilos y podamos disfrutar del entorno e incluso de nosotros mismos.
¿Y para con los demás, qué necesitamos? Comprensión, entre otras cosas. La comprensión de quién nos rodea hacia nosotros mismos es fundamental. El hecho de que las personas que las que interactuamos nos encuentren y nos vean como nosotros queremos vernos es algo básico para estar a gusto.
Es necesaria una vocación, o mejor dicho, una ausencia de obligación ante la consecución de algo. Todo lo que hagamos ha de hacerse porque nos parece bien, o al menos, no nos disgusta, porque en ese caso, estaremos disconformes y no conseguiremos encontrar la armonía.
Esto último va emparejado con el hecho de cumplir unas expectativas, unos planes que uno prevé. En caso de estar siguiéndolos de forma más o menos rigurosa se sentirá que se está disfrutando, que uno cumple lo que prevé y por tanto a gusto.
Cuando alguien se encuentra a disgusto se produce porque no encuentra su rol; no siente que tenga que estar donde está, hacer lo que esté haciendo o hablar lo que esté hablando. El hecho de sentirse a disgusto se produce cuando la realidad difiere del concepto que uno había forjado previamente en la cabeza con respecto a unas personas o unas actividades.
El hecho de sentirse defraudado con unas expectativas es realmente lo que hace a uno sentirse a disgusto o en disonancia con un grupo, con una actividad. Sentirse en el lugar acertado, sentir que uno aporta es algo fundamental para encontrar el bienestar en grupo.
2 comentarios:
entonces,
si tengo mi rol y mi lugar en un grupo, tengo que estar a gusto?
pues... no. no cuando estar a gusto no solo depende de uno mismo.
"encontrar el lugar" lleva implícito sentir que uno lo ha encontrado, por tanto, conforme con lo que desempeña.
Lógicamente si uno no siente que ese es su sitio, difícilmente va a encontrarse agusto.
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