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11 mayo 2017

El Humano Sentimiento de Pertenencia

Ese sentimiento de pertenencia a algún lugar me parece que es una cosa natural del hombre
José Mújica 

El ser humano tiene una serie de caracteres inherentes que no puede obviar. Algunas de estos están estrechamente relacionado con lo físico, como las del comer o beber, pero otras de ellas son de carácter espiritual o psicológico, como puede ser el sentimiento de trascendencia o la imagen de sí mismo.

La necesidad de pertenencia es uno esos caracteres espirituales (no físicos). Lo que el hombre experimenta a través de la pertenencia genera atracción. Casi drogodependencia. Uno se siente abrigado, respetado, partícipe; y aleja de nosotros la soledad, esa fatal sensación. La pertenencia navega por dos vertientes: por un lado, que los problemas que aquejan o sufre un individuo no son tan problemas si los comparte, si los “comuniza”, porque de una manera u otra se diluye el pesar y la responsabilidad; de otro lado, las alegrías se multiplican si son en colectivo, como si la suma sentimientos de cada uno de los individuos todo un grupo fuera experimentado por cada uno de sus miembros.

Pertenecer es en cierta manera trascender: abandonar el individuo en pro de algo superior. Es rellenar los vacíos de la existencia con otros individuos. La pertenencia concede parte del sentido vital del individuo y en ese no saberse solos se vuelcan muchas esperanzas, anhelos y energías, a la vez que se reciben de éste. La pertenencia, siempre que esta sea sana, hace más liviana la vida y conduce al individuo a través de ella.

La pertenencia otorga identidad. Más allá de una definición objetiva según a qué se pertenezca, nos transforma en cierta manera: nos nutre de quienes nos rodeamos, al igual que el grupo se nutre de sus individuos. Pertenecer nos define. Cada pertenencia nos transmite inconscientemente valores, forma de ser, comportamientos, lenguajes y actitudes.

Aristóteles lo advirtió cuando describió al hombre como un ser social. ¿Puede acaso alguien sentir plenitud en la soledad del individuo? No significa que toda pertenencia sea plena, pero sí que la plenitud necesita que exista cierto grado de pertenencia a uno o varios grupos. O, al menos, que el individuo así lo sienta, se sienta partícipe, porque no debemos olvidar que el sentimiento de pertenencia no deja de ser algo intangible casi completamente subjetivo.

Es por todo lo descrito que no sorprenden los fenómenos como el nacionalismo o las sectas, capaces de canalizar y explotar de manera considerable este sentimiento. Puede comprobarse con los ejemplos citados que no todo son virtudes en los grupos. Muchos de ellos son capaces de extinguir al individuo. Aunque esa reflexión lo dejaremos ya para otra entrada.

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15 abril 2016

El Mercenario Laboral y la Lealtad a la Empresa

Es difícil dar una definición de la lealtad, pero quizás nos acercaremos a ella si la llamamos el sentimiento que nos guía en presencia de una obligación no definida.
Gilbert Keith Chesterton

Muchas de mis reflexiones en este blog vienen auspiciadas por lecturas de cosas que, normalmente, tampoco guardan una relación directa con lo que escribo, pero es suficiente para sembrar una semilla que dé como fruto una recensión sobre algo homólogo (en el sentido más etimológico de la palabra). Es el caso de lo que viene a continuación.


Leyendo sobre las guerras entre Roma y Cartago reparo en la figura del mercenario, sobre todo en relación con el soldado nativo de las ciudades en pugna en esa guerra. El mercenario no conoce más allá del dinero, y su implicación en la guerra es tan sólo a cambio de un beneficio económico claro. El otro, por su parte, además del codicioso objetivo del saqueo de la guerra, mantiene en su fuero interno una especie de lealtad con su patria: se siente parte de esa patria y la victoria y la derrota es algo más que dinero.

El gran logro del nacionalismo, posiblemente, fue el conseguir el alistamiento voluntario de soldados en las levas, la inclusión de la ideología de la nación en las mentes de los pobladores de las mismas. El nacionalismo les dió sentido de trascendencia a los ciudadanos (o súbditos) de las diferentes naciones (sentido de la trascendencia sobre el que espero volver en alguna entrada próxima).

¿No es fascinante cómo el sentido de pertenencia a algo superior puede hacer que el rendimiento del sujeto en cuestión se multiplique?

Mi corta experiencia (más como observador que como sujeto) en el mundo laboral me hace ver que la rotación del trabajador es alta, y que los cambios de éstos son motivados en su mayoría por el dinero. Básicamente, el trabajador de hoy es el mercenario de ayer, sobre todo en ámbitos laborales en los que hay una gran oferta de trabajo.

Tal vez lo que vaya a decir vaya un poco contra mis propios intereses como trabajador, pero me es inevitable hacer la reflexión ¿No podría ser una buena estrategia de recursos humanos fomentar el sentimiento de permanencia de los trabajadores a las empresas? ¿No podrían aumentar la rentabilidad de estos, su eficiencia, y por qué no, su felicidad?

Es cierto que hay una especie de tendencia hacia modelos más “humanos” dentro de las empresas, pero creo que aún estamos muy lejos de sentir a la empresa parte de nosotros mismos, al menos, no con la intensidad de la familia, la nación o incluso el equipo de fútbol o el partido político.

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