29 abril 2007

Palabras


Palabras, palabras, palabras.
William Shakespeare

¿Qué son las palabras? No son más qué ráfagas de aire pronunciadas y emitidas con una cierta entonación. En el fondo, una palabra no es más que una brisa de aire, tan insignificante como una pestaña o tan pesada como el plomo.

¿Qué hace a las palabras especiales? Realmente, una palabra no es nada por sí sola. Necesita ser parte de un mensaje concreto y completo, en un cierto contexto y con una cierta intención. Pasa con las palabras algo parecido a con las personas. Una palabra es similar a un individuo: tiene su significado propio, y existe por sí sola; cada una es un ente diferente a las demás, y se pueden agrupar en categorías, pero cada una sigue siendo en sí misma independiente a las demás. Un mensaje, es equivalente a un grupo social, a un estamento, o a cualquier colectivo de individuos. Son realmente el colectivo el que tiene fuerza y poder, no el individuo.

Pero las palabras, o grupos de palabras, también tienen el poder o las capacidades que uno esté dispuesto a darle. Una frase en un momento concreto puede no significar nada o significar todo. Una misma frase puede ser parte de un chiste, o de un parte de guerra. ¿Quién mide la importancia de las palabras? Pues realmente lo hace el individuo, la persona en sí le da importancia a unas palabras frente a otras ya sea por que el interlocutor sea una u otra persona, lo que en un momento concreto queramos escuchar, o incluso del estado de ánimo de esa persona, tanto el que escucha como el que pronuncia (tono de voz).

Y con todo esto, las palabras tienen aún más entresijos. Sus significados son variables según el contexto. Las metáforas son la verdadera maravilla del lenguaje. Es realmente alucinante como transforman el significado, como portan un segundo mensaje entrelíneas que no todo el mundo es capaz de asimilar.

Nada hay escrito sobre significados de las palabras, porque lo que una palabra pueda significar por sí sola, puede ser modificado totalmente en un contexto concreto, en una metáfora concreta, o con una ironía concreta. El mundo de las palabras siempre será un gran misterio, quizás ese sea su encanto.

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27 abril 2007

Sobre el poder


El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo.
George Orwell

Hace ya leí el libro 1984. Un libro que más que una novela resulta ser un ensayo político, realmente interesante de donde se pueden sacar grandes conclusiones. Coincidiendo con mi cada vez más afición a la política y a las ciencias sociales y humanas en general, adjunto aquí un fragmento del libro de George Orwell, que como menos, invita a la reflexión.

“Ahora te diré la respuesta a mi pregunta. Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder. No la riqueza ni el lujo, ni la longevidad ni la felicidad; sólo el poder, el poder puro. Ahora comprenderás lo que significa el poder puro. Somos diferentes de todas las oligarquías del pasado porque sabemos lo que estamos haciendo. Todos los demás, incluso los que se parecían a nosotros, eran cobardes o hipócritas. Los nazis alemanes y los comunistas rusos se acercaban mucho a nosotros por sus métodos, pero nunca tuvieron el valor de reconocer sus propios motivos. Pretendían, y quizás lo creían sinceramente, que se habían apoderado de los mandos contra su voluntad y para un tiempo limitado y que a la vuelta de la esquina, como quien dice, habría un paraíso donde todos los seres humanos serían libres e iguales. Nosotros no somos así. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura. El objeto de la persecución no es más que la persecución misma. La tortura sólo tiene como finalidad la misma tortura. Y el objeto del poder no es más que el poder.”

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25 abril 2007

Sobre la música


En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.
Arthur Schopenhauer

La música, uno de los artes del ser humano, y quizás uno de los más sublimes. Hoy creo que he comprendido porque la música se considera arte: porque llena y eleva el alma.

La música, como sucede con todos los artes, tiene la capacidad de transmitir una sensación, de transmitir un estado de ánimo, de comunicar sensaciones, de comunicar sentimientos; y lo mejor de todo, es que no dice palabra, deja que la melodía sea el único canal de comunicación.

Hoy he visto que las sensaciones son universales. Una melodía triste transmite tristeza a todo el que la escuche. A algunos más, a otros menos; pero siempre tristeza, siempre acaba llenando el alma de ese sentimiento, y provocando empatía o emergiendo recuerdos. Es una de las virtudes del arte, la universalidad, la descripción del alma; y la música lo consigue. Cuando la melodía suena grave y triste, el alma se siente grave y triste; o al menos, comprendemos esa gravedad y esa tristeza. Y no se trata de algo que hayamos aprendido, es algo innato. La tristeza es igual aquí que en cualquier parte del mundo, y cada arte tiene una forma de canalizarlo.

Realmente la música influye en el alma, en el estado de ánimo, en nuestro día a día. Tiene el don de marcar el paso del corazón, el ritmo de la conciencia. Nos orienta hacia la alegría o el llanto según se entone una u otra melodía. Nos convierte. Nos transforma.

Es más, la música es fácilmente asociable a un tipo de persona. Las personas que escuchan una determinada música, tienen personalidades parecidas, gustos parecidos. Y llega un momento en el que no se sabe si son las personas las que crean la música, o es la música la que crea las personas.

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24 abril 2007

Qué es mi blog


No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
Oscar Wilde

Llevo ya más de seis meses escribiendo este blog, y a veces me pregunto si realmente tiene utilidad. Ya no sólo si la gente lo lee, lo deja de leer, tengo más visitas, tengo menos, quién lo visita lo lee de verdad, y demás cuestiones de índole similar.


El problema de si sirve es para conmigo. ¿Qué gano yo realmente escribiendo? Desde un punto de vista práctico, este blog no sirve para nada. No persigue ningún objetivo, por lo tanto, ninguno alcanza. Este blog, como si de arte se tratara, es realmente inútil; pero a mi me ayuda.

Me ayuda a analizar mi vida. Hace que tenga que parar a definir cómo me encuentro, o cómo se encuentra el mundo en el que vivo. Me hace plantearme dudas existenciales y posibles soluciones. Me hace teorizar sobre la vida, aunque la práctica siempre resulta un poco más costosa, y a veces no tenga mucho que ver con lo que he escrito. Me hace ordenar ideas, canalizar sentimientos e ideas, plasmar mi vida en palabras y entregársela a aquel que quiera leer.

Este blog se ha desviado enteramente de lo que yo había programado. Mi idea original era un blog mucho más político, con cabida a algunas entradas personales, literarias o filosóficas. Pero ha resultado ser al revés: un blog puramente metafísico, para en ocasiones, encargarse de la política. Y creo que mejor así.

Un blog no es un diario. No en el sentido clásico del mismo, donde se narran cosas concretas y hechos concretos. Este blog es un diario de ideas, sensaciones y percepciones, así como apetencias. Pocos hechos de mi vida se narran en él de forma directa. Incontables de forma indirecta.

Gracias a todos los lectores que invierten su tiempo en leer mis líneas.

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21 abril 2007

Tiempo


No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo.
San Agustín

Siempre ha sido una de las mayores obsesiones de los hombres. Protagonista en incontables obras de ciencia – ficción narrando cómo por fin, el hombre se hizo dueño de él, y lo manejó a su antojo, hacia delante y hacia atrás.

El tiempo es y será uno de los grandes enigmas del ser humano, a la vez que el ser humano será esclavo de éste. No podemos prescindir de él. Él nos envuelve, nos condiciona, nos engaña, nos envejece, nos perfecciona. Él es quién todo lo sabe. Omnipresente y omnipotente.

Yo formo parte de esa misma Humanidad que lleva siglos maravillado con el enigma del tiempo. El tiempo no se mide contando el que has empleado desempeñando una actividad. El tiempo se mide contando el que has desperdiciado haciendo nada.

Tiempo hay para todo, y para todos. Una vida es más que suficiente. Pero hay que saber administrar y organizarlo. Hay que emplearlo siempre en algo que nos sea productivo, no podemos dejarlo escapar; porque irremediablemente, el tiempo que se ha ido jamás volverá. Hay continuamente que hacer, que dedicarlo a algo. Aunque sea en descansar, pero hemos de saber que estamos descansando. No podemos no saber que estamos haciendo con él, porque irremediablemente, un día nos habrá vencido y nos arrepentiremos de no haberle correspondido en su justo momento. Pero aún estamos a tiempo. No dejemos que se vaya en vano, no dejemos de saborear cada instante de nuestras vida.

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19 abril 2007

Certeza


Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo.
Aristóteles

Tener plena certeza sobre algo no es fácil de lograr. Tendemos a creernos las cosas sin más porque necesitamos cierta seguridad para mirar hacia delante, necesitamos fe en las cosas que hacemos, creemos y amamos porque no podemos pasarnos los días mirando hacia el suelo en busca de agujeros.

¿Pero quién nos garantiza que las cosas sean realmente cómo nosotros creemos que son? ¿Quién nos dice que las personas son lo que dicen ser y no son más que espejismo? Podemos recurrir a la intuición, a los prejuicios o, como ya he dicho antes, a la fe. Pero nadie nos asegura que las cosas son lo que parecen.

Como bien dijo Descartes ya “cogito, ergo sum”, dejando esa como única certeza sobre su existencia. Y algo así sucede. ¿Quién garantiza que tras un rostro noble haya a su vez una noble persona y no un demonio? ¿Quién puede asegurar con toda certeza que detrás de una acción amable no se esconde el interés? Desgraciadamente, nadie.

Tendemos a subestimar a la gente, verla incapaz de determinadas cosas basándonos únicamente en la conducta de dos o tres días. Es inevitable tener prejuicios, ya sean positivos o negativos. Pero como bien dijo Wilde, todo el mundo lleva dentro el cielo y el infierno, todo el mundo es capaz de todo, por muy imposible que parezca. Las circunstancias son parte de las personas también, no las dejemos a un lado.

No podremos llegar nunca a conocer a una persona al cien por cien. Conoceremos sus tendencias, basándonos en las ya realizadas, pero siempre quedará un pequeño intervalo de incertidumbre sobre su pensamiento, sobre su pasado y sobre su futuro. Todo el mundo tiene secretos. Todo el mundo tiene algo que ocultar. No siempre las personas son quienes dicen ser.

Para alcanzar la certeza sobre alguien o algo, es necesario dudar. Sólo quién ha dudado y se ha preguntado constantemente puede llegar a discurrir algo en claro. Creer en las cosas o personas sin más no está de moda, es más que necesaria una demostración. Y aun con ella, es más que probable que la duda perdure.

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18 abril 2007

Decir No


Sólo quién sabe decir No, puede decir Sí
Anónimo

Decir no, a menudo, se convierte en algo tan importante, y a veces incluso más, que decir sí. Sin embargo, no apruebo a aquellos que niegan por sistema, que dicen “no” por ser el antónimo de “sí”, al igual que dicen “sí”, cuando se proclama “no”. Tampoco simpatizo con aquellos que del sí a todos, sin razonar, sin mirar más allá del simple monosílabo.

Creo, por tanto, que el saber estar a favor o en contra de algo es más importante que simpatizar con alguien. Cuando uno ha de decidir sobre si hacer o decir, o por el contrario, quedar o callar, no ha de hacerlo a la ligera, pero ha de razonarlo, y una vez concluido, acatar esa decisión.

También es cierto que depositamos nuestra confianza en alguien, y hacemos sus decisiones nuestras, o las aceptamos y posteriormente nos dedicamos a defenderlas como si fueran nuestras, buscando argumentos a veces donde no los hay, o en sitios erróneos, porque la idea original no andaba por ese camino. Así se desacreditan también las ideas, con malas defensas, o con excesivo fanatismo ideológico.

Las decisiones y las ideas han de ser en última instancia nuestras, prestadas o no. Aunque simpaticemos con una persona o una idea, debemos tener claro por qué simpatizamos, qué encontramos en esa idea o esa acción favorable hacia nuestra persona o entorno, y que no. Y en caso de que fuera de nuestro desagradado, hay que ser lo suficientemente seguro y contundente para saber decir “no”.

Copio además un texto que leí en un espacio de una prima mía. El autor del texto lo desconozco. Como resumen, y como ya he puesto en la cita del principio, “Y sólo quién sabe decir No, puede decir Sí”

No, es No y hay una sola manera de decirlo. No.
Sin admiración, sin interrogantes, ni puntos suspensivos.

No, se dice de una sola manera.
Es corto rápido, monocorde, sobrio y escueto.

No, se dice una sola vez. Con la misma entonación.

Un No que necesita de una larga caminata
o una reflexión en el jardín no es No.

Un No que necesita de explicaciones justificadoras, no es No.

No, tiene brevedad.

No, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas,
ni puede dejar de ser.

No, aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba.

No, es el fin de un libro,
sin más capítulos ni segundas partes.

No, no se dice por carta, ni se dice con silencios,
ni en voz baja,ni gritando, ni con la cabeza gacha,
ni mirando hacia otro lado,
ni con símbolos devueltos, ni con pena,
aún menos con satisfacción.

No, es No.

Cuándo el No es No,
se mirará a los ojos
y el No se descolgará naturalmente de los labios.
La voz del No, no es trémula,
vacilante, ni agresiva, no deja lugar a dudas.

Ese No, no es una negación del pasado,
es una corrección al futuro.

Y sólo quién sabe decir No, puede decir Si


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17 abril 2007

Entusiasmo


Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.
Albert Schweitzer

Sin duda el entusiasmo es un bien preciado en nuestras vidas, un factor fundamental en nuestro día a día, un ingrediente imprescindible en nuestras actividades y nuestros quehaceres.

Las cosas varían mucho entre hacer las cosas con gana o desgana, en hacerlas por vocación a obligación. El entusiasmo es una parte del motor del mundo, es parte de la parte positiva de dicho motor; ya que el mundo en el que vivimos no sólo se mueve por amor y alegría, si no más bien por todo lo contrario, pero ese es otro tema.

Es necesario el entusiasmo en la vida. Y es algo qué es fácil echar de menos así como perder. Todo parece diferente cuando se hace con o sin entusiasmo. Parece, de hecho, que se realiza otra actividad, se convierte en un suplicio lo que puede llegar a resultar placentero.

Y es por tanto importante la labor de entusiasmar, de levantar ánimos, de conmover a las personas, de revolver si corazones y sus almas. Y es a la vez difícil, porque antes de entusiasmar a nadie debes sentir tú mismo ese entusiasmo, debes vivir el entusiasmo. Pero sin duda, una de las grandes virtudes de los líderes, ya sean en el ámbito que sean, es su fabulosa capacidad de entusiasmar, de dibujar de forma más fácil aquello que se quiera emprender o más bonita aquella idea que se quiera inculcar. Entusiasmar es una parte inherente al liderazgo.

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15 abril 2007

Diez Palabras


Toda palabra dicha despierta una idea contraria
Johann Wolfang Goethe

Ojeando por Internet vi un blog que estaba intentando decidir cuáles son las diez palabras más bellas del castellano, no por su significado, sino exclusivamente por su forma, su sonido y su música. La página es http://yuyuhereiam.blogspot.com .

Mis diez palabras más bellas del castellano son:

Horizonte
Crepúsculo
Melancolía.
Anhelo.
Misericordia.
Lúgubre.
Áptero.
Tenue.
Carmesí.
Azahar.

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11 abril 2007

Jugar bajo presión


Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.
Friedrich Hebbel

Es más que evidente, que un partido de liga no es lo mismo que una final; ni que un primer cuarto, no es comparable con el último minuto de un cuarto. La presión hace que no seamos iguales ante las mismas situaciones, hace que reaccionemos de distintas formas según los diferentes momentos.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué es más difícil jugar presión? Básicamente el problema se debe a la importancia y la trascendencia de cualesquiera que sean las cosas que hagamos. En una final nos jugamos un campeonato, y cada canasta, cada pase o cada pérdida pueden acarrear la consecución o no de éste; mientras que en un partido de liga o en un entrenamiento, los errores no tienen tanta importancia y el perdonarnos a nosotros mismos resulta bastante más fácil.

Y de la misma manera sucede en la vida. Cuando algo realmente nos importa, cuando sentimos que podemos perder o ganar algo que realmente queremos, es cuando peor sabemos actuar, cuando los nervios acuden, y cuando las acciones y las palabras a veces empiezan a perder su lógica. Es imprescindible estar tranquilo cuando las cosas son realmente importantes, pero qué difícil es conservar la calma en estas situaciones.

Pienso a veces, que para hacer las cosas realmente bien, debemos quitarle la importancia, debemos restarle toda trascendencia. Autoengañarnos, o cambiar nuestra escala de valores y restarle a todo mil puntos. Así es como se conseguiría hacer las cosas de un modo más racional y correcto.

Cierto es también que la esencia de la vida se basa en gran parte en el amor hacia las cosas y las personas, y que es ese amor la que realmente procura la felicidad de uno mismo; que no el bienestar, que se consigue simplemente no sufriendo. Pero la completitud de las personas se alcanza con las sensaciones, y las sensaciones son fruto de una importancia y un amor hacia lo que hacemos.

Recurriendo una vez más a Aristóteles, en el centro se halla la virtud. El equilibrio en la vida es la mejor solución.

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09 abril 2007

Incertidumbre


La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Mario Vargas Llosa

Ciertamente tenemos una severa necesidad de saber, una curiosidad y tanto excesiva y a veces enfermiza. El saber puede ser peligroso e incluso dañino; pero el no saber puede ser devastador.

Cierto es que la ignorancia procura la felicidad, perola ignorancia incluye el no saber que hay algo que saber. Cuando esa ignorancia nos abandona y acude a nosotros la duda con esa insistencia, apretando el corazón y el alma de forma tan violenta e incesante; es cuando realmente necesitamos saber. Da igual la respuesta, da igual un sí o un no: pero necesitamos saber si es sí o si es no.

Es una necesidad existencial casi, una necesidad que condiciona el resto de tu vida. Sientes como un vacío, un hueco que hay que rellenar con una respuesta para actuar de uno u otra forma. La incertidumbre puede llegar a ser peor que cualquier respuesta. Es la angustia la que mata, es el miedo el que ahoga; no el dolor en sí. Una respuesta negativa puede ser aceptada con más o menos dolor y sufrimiento, pero el no tener una constancia, el no poder agarrarnos a una realidad que nos proteja es realmente aterrador. Todo se puede olvidar y asumir, pero cuando no se tiene nada que asumir u olvidar, cuando todo son dudas, todo es miedo, todo es incertidumbre.

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08 abril 2007

Sueños


La incertidumbre es lo que nos cautiva. La bruma hace que las cosas sean maravillosas
Oscar Wilde

Es inherente al ser humano el soñar. Por lo menos en aquel que se sienta vivo, se siente vivo porque sus sueños siguen vivos, porque sus anhelos han sobrevivido al fracaso y al destiempo. ¿Qué sentido tiene la vida sin sueños?

El problema a veces de soñar llega cuando cumples los sueños. Es entonces cuando llega el vacío, cuando nos encontramos perdidos, cuando no sabemos qué hacer con ellos, cuando uno descubre que la idea era simplemente bella como idea. Hay ciertas cosas que son infinitamente más bellas como pensamiento que como sensación. Quizás por eso ame tanto al pensamiento, porque me gusta tanto o más disfrutar recordando o planeando que realizando las cosas en sí. Ciertamente me planteo si vivo para poder luego recordar.

Sin embargo, también llega a ser un problema cuando los sueños se ven lejanos e inalcanzables. Es un problema cuando simplemente ves un ligero resplandor a lo lejos, una esperanza casi apagada. Tener sueños imposibles sin asumirlos como imposibles pueden llegar a convertirse en una ausencia de sueños, en una vida gris y sin sabor.

Yo veo los sueños como algo colocado en lo alto de una estantería. Yo creo que puedo llegar a alcanzarlo con el simple hecho de elevar el brazo, pero no lo elevo por si realmente descubro que no alcanzo. En el fondo, convierto mis sueños en mentiras piadosas hacia mi mismo, sin llegar a comprobar nunca si están a mi alcance o no.

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05 abril 2007

La Avaricia


La avaricia lo pierde todo por quererlo todo.
Jean de la Fontaine

La avaricia en este caso no rompió el saco, sino que desbordó el río. Así es, el Ebro está desbordándose de manera increíble por Zaragoza. Y aunque no deje de ser una desgracia, se les está muy bien aplicado el cuento a todos aquellos que lloraban ante la posibilidad del Plan Hidrológico Nacional.

Aquel plan, que suponía una muestra inequívoca entre lo que la Constitución española contempla como solidaridad entre Comunidades Autónomas, fue rechazado en parte por un sector egoísta catalán y aragonés, y otra por parte de la oposición de entonces empeñada en llevar la contraria sistemáticamente. Y que demostrado cuando a día de hoy la maravillosa propuesta que planteaba el partido que hoy Gobierna no solventa los grandes problemas que Murcia y Almería presentan.

Pero así somos en este país, eternamente enfrentados por el hecho de estar enfrentados, y eternamente localistas y egoístas para con el resto. Pero como ya decía el refrán: quién siembra vientos recoge tempestades

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02 abril 2007

La Gran Mentira


Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña.
Adolf Hitler

Ayer se publicaba en el diario “El Mundo” un artículo que daba un revés definitivo a la versión oficial que se ha dado sobre el 11- M. Los explosivos que explotaron en uno de los trenes se corresponde con los explosivos que cargaban etarras en la famosa “caravana de la muerte”: una furgoneta cargada entera de explosivos.

Y ahora bien, si acabara por demostrarse (que se hará) la gran mentira a la que nos ha tenido sometida el Gobierno y su grupo mediático, ¿quién pagará las consecuencias de aquellos tres días entre el 11 y el 14 de marzo? ¿Quién cargará con el vuelco de unas elecciones, con las acusaciones de asesinos a miembros del entonces gobierno de la nación? ¿Quién devolverá a España estos tres años de despropósitos?

Bien dijo Ibarra en su día, que si se demostraba cualquier vinculación del PSOE con el 11M desaparecería el partido. Y espero que así sea, porque a día de hoy es mucho más probable que el PSOE tenga más que ver en el 11M que los supuestos suicidas de Leganés.

¿Cómo se puede pagar el daño que se le ha hecho a España? ¿Quién rehace 192 vidas asesinadas por dar un golpe de estado mediático? Sinceramente no se me ocurre ningún castigo ejemplar. Soy casi partidario de recurrir a la Biblia para aplicar el “ojo por ojo”, porque el odio y el desprecio que siento por todas esas personas que a sabiendas han manipulado la investigación del atentado más grande de Europa por tal de estar aferrados al sillón del poder no va a desaparecer en unos cuantos años.

Todos estos tres años han sido una pura mentira, una farsa. No debería estar Zapatero sentado donde está. No debería estar España tan debilitada. No debería existir esta tensión entre españoles tan pronunciada. España no debería estar así.

Pero la culpa no es sólo suya. La culpa es de todos los españoles que en aquel 14 de marzo votaron a un partido mentiroso, ruin y rastrero; a sabiendo de cómo funciona, a sabiendas del GAL, de Filesa, de Roldán, y de todos sus maravillosos escándalos de corrupción. No entiendo como la gente es tan fácil de engañar, como las palabras vacías hacen tanta mella en los corazones.

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