08 junio 2008

Persiguiendo Sueños


Muere lentamente
quién no arriesga lo cierto por lo incierto
persiguiendo un sueño
Pablo Neruda

Cuando no tiene uno certeza sobre el futuro puede tener dos reacciones: sentir miedo o sentirse aventurero. La primera reacción proviene claramente de la desconfianza, de ese pánico humano ante lo desconocido. La segunda nace de la seguridad de uno ante sus posibilidades, de la certeza y convicción de uno mismo ante las circunstancias, de la supremacía de uno mismo ante los obstáculos.

En cualquier caso, el futuro es incierto; y uno jamás sabrá si ha hecho bien o no eligiendo uno de los senderos que se abren, porque como ya se sabe, escoger es renunciar; y uno será incapaz de conocer lo que hubiera deparado aquello que renunció más allá de una especulación.

También es cierto que es más duro el arrepentimiento ante la pasividad que ante la actividad. Cuando uno deja pasar una oportunidad se lamenta mucho más que cuando erró en la elección.

Queda por tanto una vez más manifiesta la falta de libertad, ya que ante un dilema, uno no puede elegir ambas opciones, por mucho que quiera. Las circunstancias y las consecuencias son las que nos llevarán a elegir una vez más el camino a seguir.

Sin embargo, hay una circunstancia que puede sobreponerse al resto de éstas: la voluntad. Uno cuando quiere algo es capaz de todo por ese algo. El deseo, la voluntad, despiertan en nosotros una actitud rebelde ante el resto de factores.

“Muere lentamente quién no arriesga lo cierto por lo incierto para persiguiendo un sueño” cantaba el poeta. Perseguir un sueño puede ser en ocasiones una locura; pero siempre será una dulce locura.

No hay comentarios: