21 enero 2007

Grandes cambios

vidagon

Los grandes incendios nacen de las chispas pequeñas.
Cardenal Richelieu

No siempre son los grandes acontecimientos los que cambian una vida o el curso de alguna historia. A veces, son las sutilezas y los detalles lo que hacen totalmente distinto “lo que pasó” al “lo que podía haber pasado”. Son las pequeñas cosas, los pequeños días a días los que forjan una vida, aunque sean los grandes sucesos los que perduren en el recuerdo y en la historia.

Estos grandes hitos, no son más que la consecuencia de una serie de pequeños hechos, que unidos entre sí, desembocan en un cambio brusco, de conceptos y percepción, a nivel general.

Por ejemplo pongo a los campeones del mundo de baloncesto de este pasado verano. Es el primer ejemplo que se me ha ocurrido, no lo pongo por nada concreto. El día después de haber ganado el oro, ¿cambió radicalmente sus vidas? Mucho me temo que no, que seguiría con la misma rutina establecida, alguna entrevista que otra más, y alguna otra celebración, pero son tal realmente distintas sus vidas a las de haber perdido? Yo creo que no.

Adonde quiero llegar con este ejemplo, es a lo que he intentado explicar al comienzo de esta entrada. Los grandes eventos, los grandes días, no son más que un culmen a la serie de días anteriores en los que una vida va cambiando. Nadie cambia de la noche a la mañana, todo ha de ser paulatino, progresivo.

Y en eso me hallo yo, en el día después de un gran día, que no viene a ser sino el resumen o la celebración del último mes. No viene a ser sino la puesta de una fecha y de un nombre a una serie de detalles que llevan aconteciendo más de un día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una pena que con entradas tan buenas solo te dejen comentarios como el de la entrada anterior; asiq ya t escribo yo q aunque no sea muy brillante y menos a estas horas hablamos del mismo tema.

¿Prefieres arrepentirte de lo que hiciste o de lo que nunca te atreviste a hacer? Ahi está ese pekeño o gran paso que puede cambiarlo todo y todo empieza con ese pekeño paso.

Un besazo cielo y suerte siempre