02 septiembre 2007

Vivir y Sobrevivir


La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.
Gabriel García Márquez

Aunque una palabra contenga a la otra, sobrevivir y vivir tienen connotaciones bastante diferentes. Y aunque la primera sea positivo en un momento concreto, se vuelve negativa cuando comienza a ser una constante, y se antepone constantemente a la segunda.

Sobrevivir es lo que hace la persona cuando salva la vida ante un peligro inminente, cuando consigue mantenerse con vida, cuando, a pesar de todo vive. Vivir sin embargo es saborear la vida, disfrutar de ella.

Vivir no necesariamente implica ser feliz, pero sí ser parte activa en la vida de cada uno. Vivir implica saborear cada comida sintiendo cierto placer, respirar aire y sonreír, caminar haciendo camino, sacarle el juego a cada instante que la vida nos proporciona. Aprender de cada momento, y sentir cada minuto como si fuera el último.

La supervivencia no obstante es bien distinta. No es caminar, es vagar. Es comer porque el organismo lo necesita, no porque sintamos devoción hacia la comida; duermes, ríes y hablas, porque tiene que ser así, no porque sintamos el deseo de nada. La supervivencia prolongada mata el deseo de todo. Y en vez de disfrutar con cada minuto que pasa, lamentamos que ese minuto ya pasado no haya sido el último.

Todos tenemos ciertas épocas en las que nos limitamos a sobrevivir, ya sea por miedo a la muerte, por rutina, por amor a las personas que nos rodean; pero en ningún caso es por nosotros mismos. También solemos hacerlo por ese rayo de esperanza, esperanza que muchas veces no sabemos de dónde asoma.

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