02 enero 2008

Lo esencial


Lo esencial es invisible a los ojos
Antoine Saint-Exupéry

Tomando como referencia el texto de la anterior entrada, aquella reflexión de Miguel de Unamuno en la que se preguntaba qué eres lo realmente importante en la vida, yo voy a hacer mi propia reflexión, que sin duda se parecerá a tantas otras anteriores.


Así pues, empiezo yo también preguntando ¿qué es realmente lo importante? Todo esto depende, claro, de la persona y sus prioridades; pero hay algunas cosas que son comunes a todos los hombres, y que sólo somos capaces de ver cuando carecemos de ellas.

Podemos pensar, a priori, que lo importante es una viviendo, un trabajo o dinero, pero ¿podemos sentirnos vivos y dichosos únicamente con lo material? Sin duda, no. La verdadera felicidad, la verdadera dicha y gracia se encuentra en uno mismo, en los sentimientos.

Lo realmente útil, lo que realmente merece la pena en la vida, es lo que nos hace sentir personas, seres humanos, y lo que nos aleja de los animales: los sentimientos. El hecho de sentir es la prueba evidente de que somos personas. El amor y la amistad son sentimientos; y son éstos dos ejemplos de lo que realmente nos hace felices o nos apena. Lo material no tiene sentido sino para ayudar e impulsar los sentimientos. El arte mismo es un sentimiento plasmado, una sensación, una emoción. Amamos el arte porque nos hace sentir, despierta en nosotros belleza y otros sentimientos.

Toda nuestra vida está basada en sentimientos. Y si no, ¿qué son entonces los recuerdos?

2 comentarios:

Ank-Su-Ra dijo...

Qué hacer, qué decir cuando uno encuentra estas reflexiones. qué más decir, concretamente. que hariamos sin sentimientos? sin pensamientos? sin recuerdos? no vivimos solo de cosas materiales. un beso, por ejemplo, no seria nada sin todo lo que encierra. sería solamente un gesto físico sin importancia.

todo importa y las bases, como columnas inamovibles de marmol, nos mantienen.

un beso, "informalósofo"

MyKe dijo...

No es el tener una vivienda, si no un hogar con el que llenar de sentimientos, o de momentos entrañables. No es solo el trabajar por conseguir el dinero que te da de comer, si no con el que compartes vivencias con conocidos, o el sentirte útil en esta sociedad, integrado dentro de la cadena laboral al servicio del resto.