13 enero 2008

Aprobar y Aprender


Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede.
John Stuart Mill

Es cuando uno más ahonda en el saber cuando más cuenta se da de todo lo que le queda por saber. Es quizás comparable a cuando uno empieza un largo camino, y es más consciente de lo que le queda al empezar a andar que antes de la partida.

Cada día que pasa creo más en dos cosas: no estoy estudiando una carrera como debe estudiarse una carrera, sin sumergirme en los libros y conocimientos, sin saborear cada una de las asignaturas; y otra, que creo no estar haciendo la carrera adecuada para con mis intereses e inquietudes intelectuales.

Sucede con la carrera como con los libros, que los leemos por leer; sin apetencia, sin ganas, sin sacarle el jugo que se le puede sacar a un libro, sin bucear por sus líneas y sacar de las entrelíneas los mensajes ocultos y el verdadero saber, conocimiento y experiencia ajena.

Estudiamos para aprobar no para saber. Estudiamos por una nota y no por la obtención de conocimiento. Y lo triste es que esto suceda en la educación superior y más que voluntaria.

Pero quizás los alumnos no seamos los únicos culpables. Es más, nosotros jugamos al juego que los que ya estaban antes aquí nos proponen jugar. Ocasionalmente los profesores muestran más desinterés por ti que tú por ellos. Incluso ellos mismos sacan sus temarios totalmente hechos, totalmente masticados, para solamente tener que estudiarlos para un examen y olvidarlos nada más traspasar el umbral de la puerta del aula. No nos enseñan a estudiar ni a saber ni a aprender. Nos enseñan a aprobar.

Quizás aún no seamos conscientes de este hecho. Tal vez ahora prefiramos aprobar y pasar de curso que tener conocimientos; como el drogadicto droga en vez de una cura; pero el día de mañana, donde el mundo no nos de masticado nada; entonces comprenderemos que nos han engañado y nosotros lo hemos consentido. Será mañana, ante las dificultades, cuando realmente aprendamos.

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