01 septiembre 2009

El Presente y el Futuro del Otoño


El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.
George Sand

Vuelve una vez más septiembre. Para unos pocos, septiembre supone el último mes del año; para otros, el comienzo. Un mes triste, nostálgico del verano. Los días cada vez más cortos. Las rutinas y lo cotidiano acuden de nuevo a nuestras vidas. Cada vez más frío, cada vez más oscuros.

Es curioso que siendo la primavera y el otoño estaciones “paralelas” (ambas son de entre-tiempo, las temperaturas y los días suelen ser similares) sean tan diferentes. El motivo, me temo, es porque cada una de ellas tiene tendencia totalmente opuesta: el otoño tiende al invierno y la primavera al verano, estaciones antagónicas entre sí.

Y es que el presente no sólo contempla el hoy como hoy. El presente (en el contexto de presente, pasado y futuro) contempla una parte del futuro. Se trata tanto del momento actual en el que estamos, el “donde estamos”, como el “hacia dónde vamos”. Cuando hablamos de presente también llevamos implícitos el hacia dónde nos dirigimos, la parte de futuro que desearíamos para nosotros. Durante el presente, estamos labrando parte del futuro.

Realmente no somos dueños del presente: somos dueños del futuro más inmediato. Es lo que realmente construimos, lo que realmente nos preocupa, por lo que realmente vivimos. Por mucho que queramos detenernos en el momento actual, ese momento sólo es una leve pausa para pronto seguir caminando hacia ese futuro cercano que es el que pretendemos alcanzar.

Todo aquel que no tiene miras en su vida, siente un vacío. La completitud llega cuando pretendemos alcanzar una meta, cuando vemos una meta, cuando tenemos un objetivo. La ilusión y el esfuerzo por concretar ese objetivo es el que nos mantiene con vida.

Es probable que sea por eso por lo que el otoño siempre se nos antoja más triste que la primavera, porque está avocado irremediablemente al invierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues el otoño también tiene sus encantos. Todo se basa en saber sacarle lo bueno a todo, presente o futuro (inmediato)