09 agosto 2007

Madurez


La madurez hace al hombre más espectador que autor de vida social.
Gilbert Keith Chesterton

Continuamente oigo frases del tipo “¡qué inmaduro!” o ¡qué maduro es ese muchacho!”. Hablamos de la madurez con mucha holgura, naturalidad y sin miramientos; pero ¿qué es la madurez?

La madurez creo haber deducido no es más que un orden de las prioridades, un correcto orden de dichas prioridades. Un niño tiene unas preferencias ante el juego que ante la comida; y cuando una persona mayor tiene este orden, se habla de inmadurez. Se llama inmadurez a un incorrecto sentido de nuestra vida, a un enfoque distinto al que “debería ser”.

La sociedad o el sentido común establecen un orden de prioridades a determinadas edades. A cierta edad, uno debe empezar a preocuparse por el futuro, por las repercusiones de las acciones, por las apariencias y por la educación y el sentido cívico. Decimos entonces, cuando un adolescente va dejando entrever este tipo de preocupaciones, que está madurando.

¿Y no son admirables acaso las personas inmaduras? Ajenas a toda realidad salvo la suya, preocupados únicamente por sonreír hoy, y tal vez mañana. Vivir cada día sin reparar en mañana. Tal vez de descalabren algún día, pero mientras habrán sido sin duda felices ajenos a preocupaciones. La inmadurez puede también proporcionar felicidad, casi proporcionalmente a la ignorancia.

¿Y no puede ser que personas a los cuarenta años no tengan las prioridades como la sociedad, la tradición o el sentido común lo establecen? ¿No puede ser que una persona en la mitad de su vida, que haya aprendido a través de la experiencia y no de la teoría que el presente es lo que impera y que el futuro quién sabe si llegará; y que sólo tienes que rendirte cuentas a ti mismo? Todos señalaríamos con el dedo a esa persona y la tacharíamos de Dios sabe qué. Y tal vez todo sea porque nosotros también queremos sentir el presente y dejar de rendir cuentas a conciencias ajenas, pero no somos suficientemente valientes como para ello, y necesitemos la seguridad de un futuro cierto.

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