25 febrero 2007

Pequeñas grandes inquietudes


Tal vez la respuesta sea no preguntarse por qué
Fito & Fitipaldis

¿Qué hay de malo en ser racional? ¿Por qué no puedo coger atajos? ¿Es que debo siempre elegir el camino enrevesado para ganar el mayor premio? ¿Por qué no puedo conformarme con el segundo o el tercero? ¿Qué tiene de malo creer que algo está mal y no hacerlo? ¿Es qué no tengo derecho a una ética? ¿Es que no es el presente el que construye el futuro? ¿Es que no esta más que claro que todos los errores se acaban pagando? ¿Soy acaso peor persona evitando las decepciones? ¿Si no me apetece arriesgar por qué tengo que arriesgar siempre?

¿Qué hay de malo en observar primero y actuar después? ¿Y si quiero pararme, pensar, y luego vivir? ¿Es que eso no es vivir? ¿Es que las cosas impulsivas son más vida que las meditadas? ¿Debo odiarme por pensar? ¿Qué tiene de malo ser frío, racional y correcto? ¿Quién dice sino el tiempo lo que es mejor, peor, bueno, malo o regular? ¿Y qué pasa si no le temo al arrepentimiento? ¿Y si la poca seguridad que tengo la invierto en mis decisiones? ¿Y si el tanto meditar todo, el tanto darle vueltas a situaciones triviales es lo que realmente reafirma mi seguridad? ¿Y si no hago lo correcto? ¿Qué culpa tengo yo que cada instante sea decisivo para el resto de mi vida? ¿Y si por una vez sólo quiero mirar y no actuar? ¿Y qué tiene de malo ser cobarde? ¿Y si quiero perderme ciertas cosas en la vida?

¿Por qué hablamos sin saber? ¿Por qué damos más valor a nuestras propias especulaciones y/o creencias que a lo que de verdad pasa? ¿Por qué confiamos tanto en los sentimientos, en la intuición, cuándo somos incapaces de controlarlos y explicarlos? ¿Cómo sé que alguien es sincero? ¿Cómo se que no me mienten? ¿Y qué pasa si le tengo fobia a la mentira? ¿Por qué no puedo tener verdades en este mundo de mentiras?

¿Por qué todo es un por qué?

¿Y por qué no debería serlo?

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