Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande.
Sin duda las palabras de la señora Nebrera no han sido afortunadas. El ataque a una persona por el acento es tan deleznable como por el color de la piel o de los ojos. Sin embargo, no deja de asombrarme la reacción que han generado dichas declaraciones. De repente, el pueblo andaluz se siente ofendido por su modo del habla, cuando está siendo más que pisoteado en el terreno político y económico.
Lo que a mi verdaderamente me ofende (más bien me decepciona) es que estas palabras sean un asunto de Estado y la gestión del gobierno andaluz una mera anécdota. Me ofende que este gobierno presidido por Chaves nos tome por estúpidos. Que compre aprobados de los profesores por 6.000€ para reducir el fracaso escolar. Que el plan de formación para los trabajadores de Delphi sean visitas al parque zoológico (por supuesto con el dinero de todos los andaluces). Que revele por sms las soluciones de oposiciones a sus amigos. Y un largo sinfín de etcéteras.
Desde luego que a todo el mundo estas palabras le han venido bien a todos: al Gobierno, que ha conseguido que se hable menos de la mala (o nula) gestión de la ministra de Fomento o del paro (más de 3.100.000 parados). Y al PP, expedientar con pseudo-argumentos a una rival política (se presentó en contra de la candidatura de “consenso” de Rajoy); por lo que es normal que hasta el señor Arenas se haga el ofendido.
No pretendo justificar, por si queda alguna duda, las declaraciones de esta señora. Pero estimo que hay cosas mucho más importantes que una opinión, que nos afectan en algo más que en el “orgullo” y que verdaderamente atacan y ofenden a los andaluces. Y nadie se queja ni las denuncia. Desde luego hay que pedirle explicaciones, y exigirle una rectificación. Pero estimo que los ataques y las movilizaciones son desproporcionados en cuanto a importancia. Aunque, como ya he dicho alguna vez por aquí copiando al anuncio, la vida es cuestión de prioridades. ¿Y qué es prioritario: un empleo o una ofensa?
Pues así somos. Sacando pecho y orgullo cuando se meten con nuestro habla; pero despreocupados por el fracaso escolar y por las colas del SAS. A veces pienso que no tenemos remedio.
Voltaire
Sin duda las palabras de la señora Nebrera no han sido afortunadas. El ataque a una persona por el acento es tan deleznable como por el color de la piel o de los ojos. Sin embargo, no deja de asombrarme la reacción que han generado dichas declaraciones. De repente, el pueblo andaluz se siente ofendido por su modo del habla, cuando está siendo más que pisoteado en el terreno político y económico.
Lo que a mi verdaderamente me ofende (más bien me decepciona) es que estas palabras sean un asunto de Estado y la gestión del gobierno andaluz una mera anécdota. Me ofende que este gobierno presidido por Chaves nos tome por estúpidos. Que compre aprobados de los profesores por 6.000€ para reducir el fracaso escolar. Que el plan de formación para los trabajadores de Delphi sean visitas al parque zoológico (por supuesto con el dinero de todos los andaluces). Que revele por sms las soluciones de oposiciones a sus amigos. Y un largo sinfín de etcéteras.
Desde luego que a todo el mundo estas palabras le han venido bien a todos: al Gobierno, que ha conseguido que se hable menos de la mala (o nula) gestión de la ministra de Fomento o del paro (más de 3.100.000 parados). Y al PP, expedientar con pseudo-argumentos a una rival política (se presentó en contra de la candidatura de “consenso” de Rajoy); por lo que es normal que hasta el señor Arenas se haga el ofendido.
No pretendo justificar, por si queda alguna duda, las declaraciones de esta señora. Pero estimo que hay cosas mucho más importantes que una opinión, que nos afectan en algo más que en el “orgullo” y que verdaderamente atacan y ofenden a los andaluces. Y nadie se queja ni las denuncia. Desde luego hay que pedirle explicaciones, y exigirle una rectificación. Pero estimo que los ataques y las movilizaciones son desproporcionados en cuanto a importancia. Aunque, como ya he dicho alguna vez por aquí copiando al anuncio, la vida es cuestión de prioridades. ¿Y qué es prioritario: un empleo o una ofensa?
Pues así somos. Sacando pecho y orgullo cuando se meten con nuestro habla; pero despreocupados por el fracaso escolar y por las colas del SAS. A veces pienso que no tenemos remedio.
3 comentarios:
Gonsaulo, es cierto que tenemos carencias y problemas. Pero el error de bulto de esta señora ha sido permitir, con chiste zafio, que se desvíe la atención.
Lo lógico es usar esa vía abierta. Y es una profesional de la cosa, ojo. O se supone que lo es.
Como una tontaca. Así ha quedado.
Sí, sí, si ha sido ella sola la que se ha enterrado.
Sí, sí, si ha sido ella sola la que se ha enterrado.
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