20 agosto 2008

Tragedia, Vida y Azar


La vida es una especie de juego de azar, donde todo el mundo piensa que el de al lado sabe qué esta pasando.
Barbara Probst Solomon

“Por fin vacaciones. Por fin esos días en la playa, alejados de cualquier estrés. Los ahorros de todo el año invertidos en nuestro descanso estival, alejados de todo, sin más preocupación que la de si tomar el sol boca-arriba o boca-abajo. Y ya nos vamos. Ya despega…”

Seguramente algún pasajero del avión que hace pocas horas acaba de estrellarse al despegar desde el aeropuerto de Madrid tenía estos pensamientos en la cabeza. Y es que la muerte nos acecha todos los días y no somos conscientes de ello.

¿Cuántos aviones despegan y aterrizan todos los días en Barajas? ¿Cuántos años llevan haciéndolo? ¿Cuántos kilómetros llevaría hechos el avión hoy siniestrado? Y es que la vida y la muerte están separadas por una delgadísima capa que puede ser rota fácilmente por el azar.

Cuando suceden estas tragedias nos acordamos de todas las veces que hemos cogido un avión; y somos incapaces de sentir un leve escalofrío, un ligero reparo a volver a coger otro avión. Traemos al consciente el riesgo que supone viajar en avión; riesgo que había quedado relegado a la rutina, que había sido marcado como ínfimo.

¿Qué pensará la persona, en caso de que lo haya, que no haya cogido ese vuelo porque estaba completo, o porque le surgió otro más barato a otra hora? Debe sentir que ha vuelto a nacer, que ha sido tocado por la providencia, que Dios, el azar, o por lo que quiera que se rija el mundo, ha sido condescendiente con él.

Probablemente esa persona sufra un repentino misticismo, una repentina vuelta a la vida, a la valoración de ésta y a la conciencia de lo cerca que le pasó la muerte. Sea Dios, o sea lo que fuere, la muerte nos roza todos los días y ni nos damos cuenta. Sólo cuando pasan estas tragedias tan cerca es cuando vemos la realidad. Pero ¿quién no ha cogido un avión en su vida? Pues pudo haber sido él.

Precisamente por eso debemos agradecer nuestra supervivencia de la mejor manera posible: viviendo intensamente cada día y alegrarnos de estar vivos.

3 comentarios:

Bomarzo dijo...

Qué día más terrible, amigo.

Ank-Su-Ra dijo...

bueno... yo no he cogido nunca un avión.
no puedo evitar cada vez que veo las noticias ver como se me ponen los pelos de punta y se me saltan las lágrimas ante tanta pena y tanta "mala suerte".
en 50 años, 20 accidentes. es una buena estadística. cuantos muertos hay en accidentes de coche? innumerables. pero nos hemos acostumbrado a escucharlo en las noticias y ya casi ni miramos al verlo en las noticias rozando el aburrimiento y el morbo que dan los medios a "La Muerte".

esta tragedia es eso, una tragedia. como las guerras o las catástrofes naturales. se diluirá en nuestra memoria antes o despues.

el que no fuera ahi montado ha vuelto a nacer. igual que el que no cogiera el coche esa noche, o la moto. nosotros solo podemos aprovechar cada segundo que tenemos.

un besico gonzalin

Gonsaulo Magno dijo...

La diferencia también con los coches y otros vehículos de carretera es que un accidente de avión, de tren o de barco es infinitamente más espectaculas, y por supuesto más trágico y nefasto.

Pero vamos, hemos de alegrarnos de seguir vivos cada día