13 agosto 2008

Sensaciones y Recuerdos


El recuerdo es el perfume del alma.
George Sand

Le pasa al pasado que en ocasiones se nos convierte en presente a través de sutiles destellos de recuerdos: una canción, una fotografía… Nuestra mente almacena en alguna parte de nosotros recuerdos que nosotros creíamos olvidados, o al menos, que no tenemos presentes día a día.

Por seguir con el ejemplo, cuando estamos en un bar cualquiera, o en el coche y ponemos la radio, y escuchamos una canción concreta; evocamos esos recuerdos, despertamos aquel estado de ánimo en el que fue grabada en nosotros.

Lo que nuestro cerebro almacena, o mejor dicho, lo que evoca, son las sensaciones, las emociones, aquello que sentimos, que experimentamos por dentro; mucho más allá de los hechos en sí.

Dos personas van a un mismo partido de fútbol. Una de ellas es un niño de ocho años que es la primera vez que va a ver a su equipo favorito. La otra, un hombre, su padre, de cuarenta años, abonado al club desde hace más de veinte. Van a ver un partido de la jornada quince de liga, contra un equipo modesto. ¿Tendrá el padre el mismo recuerdo el partido que el niño?

Desde luego que no. El niño será un cúmulo de ilusión y emoción, de ver por fin a su equipo favorito un partido de fútbol. Su primera vez. Y es esa emoción, y esa ilusión la que se guardan. Y el niño vivirá el partido de una manera intensa, aunque sea el partido más aburrido de la historia.

Su padre, sin embargo, sí que sufriría ese aburrimiento. Harto de ver partidos, de ver ganar, de ver perder y de ver empatar. Si por algo recuerda ese partido es por la emoción de llevar a su hijo al partido, por nada más.

Y este ejemplo es extrapolable a otros muchos ámbitos de la vida, donde para la mayoría de las personas son vulgaridades, para nosotros puede ser la cosa más increíble del mundo, o la más dolorosa si fuera el caso. Por eso, la muerte, por ejemplo, afecta de distinta manera a unos y a otros. Pero de eso hablaremos otro día.

4 comentarios:

Bomarzo dijo...

Estimado Gonsaulo, me gustaría que me explicaras algunas cosillas que he visto en tu blog y que me quisiera incorporar en el mío. Mi correo es jardindebomarzo75@gmail.com.
Si quieres mándame tu dirección y hablamos.
Gracias.
Juanjo

Dena Villanueva (dena.villanueva@hotmail.fr) dijo...

Recuerdos...el mayor y más bello tesoro que tiene cada ser humano.

Anónimo dijo...

¿no es el recuerdo de un viaje mucho mejor que el viaje en si? Te copio un poco, y digo que el recordar las cosas incorporan a las vivencias un toque de lo que queríamos que fuera para nosotros aquella vivencia, si era intencionada. En el caso de un viaje o una fiesta o lo que sea, pero programado, es posible que recién concluida la actividad ésta no cumpliera con nuestras espectativas, pero un mes después habrá sido lo mejor en todo el año.
Cuando lo que ocurre es inesperado y un hecho que nos marcará para los restos, el recuerdo estará contaminado con la sensación de sorpresa y satisfacción(en el caso de algo bueno) y de ira y frustración en el caso de una tragedia. Los recuerdos son, como tú dices, lo que signifique lo recordado para uno, si no solamente nos acordaríamos, no recordaríamos.

Gonsaulo Magno dijo...

Sí. Llevas razón. Creo haberlo dicho en alguna entrada anterioir, tal vez por eso no lo haya puesto en este. Pero muy oportunida tu puntalización