02 marzo 2008

Inactividad


Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto.
Leonardo Da Vinci

Llevo una semana que no he parado para escribir nada. Uno de los factores es que no he parado por mi casa, me he permitido el lujo de después de exámenes de tomar el sol y estar en la calle el tiempo que me ha dado la gana, sin sentir cargo de conciencia.

Tampoco es que me haya surgido nada interesante estos días, ni tengo la inspiración filosófica que otras veces. Es más, estoy convencido que el peor enemigo de la inspiración es el tiempo libre y el descanso. Uno se enajena de todo y se desvanecen hasta las inquietudes.

Se vive muy cómodo panza arriba, sin ninguna presión, sin nada que hacer. Es fácil y hasta divertido; pero no es del todo práctico. Sucede igual con los jubilados, que ante tiempo libre y ante la ausencia de actividad desesperan y empeoran sus estados físicos y mentales. Y es que la actividad es parte de todo ser humano.

El parar en seco y desocuparte de tus obligaciones hace que nuestro ocio más activista, como la escritura o lectura, se desvanezcan a favor del ocio más simple, como es un video-juego, una serie de televisión o simplemente el sueño.

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