01 abril 2021

La rebeldía ya no es lo que era

“Lo sagrado: ahí está el enemigo.”
Pintada en Nanterre, en mayo del 68

La rebeldía ya no es lo que era. O al menos, esa es la impresión que tengo. Mis últimas lecturas me han devuelto a unas generaciones anteriores que se comparaban con las contemporáneas y creo distinguir elementos diferentes en las proclamas de la juventud, que suele abanderar las causas de la rebeldía.

La generación de mis padres y las inmediatamente anteriores también fueron rebeldes en su época. No sólo en el contexto español, donde la dictadura hacía de diana para cualquier instinto subversivo, sino incluso en el contexto europeo. Pensemos en el mayo del 68 y el conjunto de revueltas estudiantiles que acontecieron en Europa sobre esos años. Los grafitis en la Sorbona y en otros puntos de la geografía urbana parecían tener una aspiración clara: la libertad, la libertad de poder elegir modos de vidas alternativos al occidental tradicional, la libertad de no seguir unas normas concretas (con especial mención a las sexuales), de poder cada cual dirimir las suyas. Eliminar, en definitiva, ciertas sacralizaciones de la época que ejercen de corsé. Secularizarlo lo máximo posible, esto es, abolir tabúes, derribar dogmas y exiliar los “porque sí” heredados de otras épocas.

El punto de mira, sin embargo, ha cambiado. Hoy los jóvenes no lanzan proclamas en pos de la libertad del individuo ni de su emancipación, hoy los mensajes (su mayoría en redes sociales) de los que se autoconciben como revolucionarios versan sobre cómo ha de comportarse el buen ciudadano. Miles de mensajes didácticos sobre cómo ha de ser la conducta del “buen ciudadano” y cómo cuidar el medio ambiente o cómo tienes que hacer si quieres ser, en definitiva, buena persona. Las redes están inundadas hoy de moralinas que pretenden encorsetar en un concepto concreto de bien y que pretenden postergar y señalar a todo el que no comulgue con los nuevos dogmas.

Hoy los rebeldes señalan a los nuevos herejes que viven sus vidas de otra manera (incluida la sexual). Hoy la rebeldía consiste en seguir una guía de “buen ciudadano” o, mejor dicho, de “ciudadano bueno”. La libertad y la emancipación hoy no forman parte de los objetivos de la rebeldía. Como decía, la rebeldía, hoy, ya no es lo que era.

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