04 agosto 2011

La Vuelta a Casa

Una casa es el lugar donde uno es esperado.
Antonio Gala

Sin duda, el viaje de ida siempre es más interesante que el viaje de vuelta. Cuando uno emprende el camino hacia algún lado siempre va acompañado de fantasías acerca de ese lugar al que va a visitar: se proyecta en un futuro inmediato en aquel que será su destino, recreándose en cuánto disfrutará, aprenderá o conocerá.

La vuelta, sin embargo, suele ser más cansada. Los paisajes ya nos son familiares. El cansancio se acumula. Nuestro destino es más que conocido por nosotros. No obstante, en el regreso de ciertos viajes que se hacen, uno se vuelve emprendedor, intentando aplicar ideas que viera donde estuviera, o bien realizar proyectos meditados durante el viaje. No hay duda de que los viajes son inspiradores.

Esta vuelta descrita arriba son para aquellos viajes cortos, en los que uno no ha llegado a echar de menos el hogar, la familia, las amistades, el clima ni ningún otro factor que es tan importante para nosotros pero que, debido a su cotidianidad, somos incapaces de apreciar con suficiencia.

Cuando el viaje emprendido es largo, la vuelta al hogar se asemeja más a la ida en un viaje corto que a la vuelta en una de estos. Se vuelve a casa cargado de experiencia, proyectos, comparaciones y nostalgia.

Al fin y al cabo, el hogar es aquel sitio donde está aquello con lo que hemos crecido, aquello que se recuerda en cada uno de nosotros como “de siempre”, “de toda la vida”.

Cierto es también (cada ser humano vive, siente y piensa diferente; no podemos olvidarlo tampoco) que hay quien tiene un espíritu más dinámico, que tiene un sentimiento interior que lo obliga a cambiar, a irse del origen, a partir, por el mero hecho de cambiar, por el verse a sí mismo fruto de una evolución. Y poniendo tierra de por medio es una forma más que evidente del cambio individual.

No hay comentarios: