02 enero 2020

El Poder y la Risa

La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos. 

Dario Fo

Es prácticamente una tradición en mi casa visionar el especial de nochevieja de José Mota. Este año siguiendo la costumbre anual lo volvimos a hacer aunque para nuestra decepción fue el cómico quien no siguió la línea que traía consigo desde años atrás. Tal y como yo lo veo, el cómico manchego ha seguido siempre una línea crítica con el poder (de cualquier que haya sido su signo) haciendo especial hincapié en los políticos que andaban en el candelero. Una crítica respetuosa y no por ello exenta de ser inteligente y mordaz. Este año, casualmente, no ha sido así.

La completa ausencia de críticas al poder me llamó la atención, máxime cuando este año ha sido un año tan prolífico en cuanto a materia prima del humor político se refiere: el uso del Falcon, el caso de los ERE, la posible autonomía leonesa, el juicio del “procés”, los altercados en Barcelona tras la sentencia, la dimisión de Ribera, el auge de Vox, el caso de la Arandina, las legislaciones de género, etc. Sin embargo, toda la crítica política ha residido en Trump y Johnson, dos pinceladas breves a los políticos en general y eso sí, la parodia de un Golpe de Estado. Casualidades todo, imagino.

Desde que vi el programa se me ha venido a la cabeza varias veces la novela de Umberto Eco “El nombre de la rosa”. Sin ánimo de destripar la novela a nadie, uno de los pasajes finales y que justifica todo el argumento de la novela es una discusión sobre la risa y cómo, en el fondo, la risa relaja el control de la autoridad (para un análisis riguroso y profundo sobre esta parte de la novela de Eco os recomiendo este enlace; este texto no es más que un mero apunte). La risa (y el humor), en este caso la ausencia de ella, es una forma de control mediante el miedo y, por tanto, de ejercer el poder. No criticar al poder nos hace, en cierto sentido, menos libres. Así se expresa en la novela de Umberto Eco:

"La risa libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y, por tanto, controlable. Pero este libro podría enseñar que liberarse del miedo al diablo es un acto de sabiduría. Cuando ríe, mientras el vino gorgotea en su garganta, el aldeano se siente amo, porque ha invertido las relaciones de dominación: pero este libro podría enseñar a los doctos los artificios ingeniosos, y a partir de entonces ilustres, con los que legitimar esa inversión. Entonces se transformaría en operación del intelecto aquello que en el gesto impensado del aldeano aún, y afortunadamente, es operación del vientre. […] La risa distrae, por algunos instantes, al aldeano del miedo. Pero la ley se impone a través del miedo, cuyo verdadero nombre es temor de Dios. Y de este libro podría saltar la chispa luciferina que encendería un nuevo incendio en todo el mundo; y la risa sería el nuevo arte, ignorado incluso por Prometeo, capaz de aniquilar el miedo"

Cuando leo esto, veo el programa de José Mota y recuerdo los 70.000€ a los que fue condenado un señor por un poema satírico hacia Irene Montero me pregunto si el fiasco del programa del pasado día 31 es la natural consecuencia del declive de toda persona o si poco a poco pretenden recortarnos el humor y la risa.

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