Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña.
Adolf Hitler
Ayer se publicaba en el diario “El Mundo” un artículo que daba un revés definitivo a la versión oficial que se ha dado sobre el 11- M. Los explosivos que explotaron en uno de los trenes se corresponde con los explosivos que cargaban etarras en la famosa “caravana de la muerte”: una furgoneta cargada entera de explosivos.
Y ahora bien, si acabara por demostrarse (que se hará) la gran mentira a la que nos ha tenido sometida el Gobierno y su grupo mediático, ¿quién pagará las consecuencias de aquellos tres días entre el 11 y el 14 de marzo? ¿Quién cargará con el vuelco de unas elecciones, con las acusaciones de asesinos a miembros del entonces gobierno de la nación? ¿Quién devolverá a España estos tres años de despropósitos?
Bien dijo Ibarra en su día, que si se demostraba cualquier vinculación del PSOE con el 11M desaparecería el partido. Y espero que así sea, porque a día de hoy es mucho más probable que el PSOE tenga más que ver en el 11M que los supuestos suicidas de Leganés.
¿Cómo se puede pagar el daño que se le ha hecho a España? ¿Quién rehace 192 vidas asesinadas por dar un golpe de estado mediático? Sinceramente no se me ocurre ningún castigo ejemplar. Soy casi partidario de recurrir a la Biblia para aplicar el “ojo por ojo”, porque el odio y el desprecio que siento por todas esas personas que a sabiendas han manipulado la investigación del atentado más grande de Europa por tal de estar aferrados al sillón del poder no va a desaparecer en unos cuantos años.
Todos estos tres años han sido una pura mentira, una farsa. No debería estar Zapatero sentado donde está. No debería estar España tan debilitada. No debería existir esta tensión entre españoles tan pronunciada. España no debería estar así.
Pero la culpa no es sólo suya. La culpa es de todos los españoles que en aquel 14 de marzo votaron a un partido mentiroso, ruin y rastrero; a sabiendo de cómo funciona, a sabiendas del GAL, de Filesa, de Roldán, y de todos sus maravillosos escándalos de corrupción. No entiendo como la gente es tan fácil de engañar, como las palabras vacías hacen tanta mella en los corazones.
Y ahora bien, si acabara por demostrarse (que se hará) la gran mentira a la que nos ha tenido sometida el Gobierno y su grupo mediático, ¿quién pagará las consecuencias de aquellos tres días entre el 11 y el 14 de marzo? ¿Quién cargará con el vuelco de unas elecciones, con las acusaciones de asesinos a miembros del entonces gobierno de la nación? ¿Quién devolverá a España estos tres años de despropósitos?
Bien dijo Ibarra en su día, que si se demostraba cualquier vinculación del PSOE con el 11M desaparecería el partido. Y espero que así sea, porque a día de hoy es mucho más probable que el PSOE tenga más que ver en el 11M que los supuestos suicidas de Leganés.
¿Cómo se puede pagar el daño que se le ha hecho a España? ¿Quién rehace 192 vidas asesinadas por dar un golpe de estado mediático? Sinceramente no se me ocurre ningún castigo ejemplar. Soy casi partidario de recurrir a la Biblia para aplicar el “ojo por ojo”, porque el odio y el desprecio que siento por todas esas personas que a sabiendas han manipulado la investigación del atentado más grande de Europa por tal de estar aferrados al sillón del poder no va a desaparecer en unos cuantos años.
Todos estos tres años han sido una pura mentira, una farsa. No debería estar Zapatero sentado donde está. No debería estar España tan debilitada. No debería existir esta tensión entre españoles tan pronunciada. España no debería estar así.
Pero la culpa no es sólo suya. La culpa es de todos los españoles que en aquel 14 de marzo votaron a un partido mentiroso, ruin y rastrero; a sabiendo de cómo funciona, a sabiendas del GAL, de Filesa, de Roldán, y de todos sus maravillosos escándalos de corrupción. No entiendo como la gente es tan fácil de engañar, como las palabras vacías hacen tanta mella en los corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario