30 octubre 2007

Charlatanes


Lo que más indigna al charlatán es alguien silencioso y digno.
Juan Ramón Jiménez

Estamos acostumbrados a encender el televisor y ver a diferentes personas hablar sin decir nada. Es decir, se dedican a soltar una parrafada inmensa de la que no se pueden sacar conclusiones.


Pero esas personas no existen solo en televisión. La realidad también está llena de ellas (hablo de la realidad como mundo físico). Muchas personas se llenan la boca con palabrejas que jamás han escuchado antes. Otras, hablan sin saber que quieren decir. Hay otro grupo que prefiere el hablar porque sienten que hablando más llevan más razón, o convencen más. Hay también quien habla para convencerse a sí mismo, y a veces lo consigue y ya cree que ha convencido a los demás.

Las palabras pueden ser todo o pueden ser nada, pero los actos siempre son algo. Sin duda el mejor predicador es el que predica con el ejemplo; el que deja la teoría para lo esencial y el que se dedica a actuar. Ese es un buen predicador. El que habla de lo que ha hecho y de por qué lo ha hecho; habla de lo que se debe o no hacer mirándose en un espejo. El que promete y cumple. El consecuente.

El resto de personas, las que usan el lenguaje como herramienta retórica, o el que usan el lenguaje para llenar los vacíos que dejan sus actos, esos merecen la pena. Juzguemos y creamos a los hombres por lo que hacen, no por lo que dicen; y por la concordancia entre ambas.

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28 octubre 2007

¿Por qué escribo?


La fuerza del carácter con frecuencia no es más que debilidad de sentimientos.
Arthur Schnitzler

No sé si en alguna entrada anterior he contestado esta pregunta, o si la he planteado si quiera. El caso es que hoy me la he vuelto a preguntar a mi mismo; y me apetece contestarme.


Empecé a escribir porque por una vez en la vida quería cumplir con lo que me proponía. Siempre he amado la literatura, en varios sentidos. El primero en la facilidad con la que uno puede modelar su realidad, hablar de sí mismo sin hablar, imaginar como sería el mundo de determinadas maneras y crear personalidades y sentimientos que tal vez no sea capaz de adquirir en la realidad.

Por otro lado, y este lado quizás este más vinculado a la lectura y la filosofía, es por la capacidad de teorizar acerca de lo práctico, acerca de la vida. Uno para, se sienta y piensa, y analiza los porqués de este mundo; se analiza a sí mismo, e intenta comprenderse.

Siempre he tenido muchas cosas que decir. Quizás sea demasiado expresivo, demasiado impulsivo; y por eso me aferro a la razón, por miedo a las emociones y a los sentimientos, o por mi incapacidad para domarlos.

Por eso empecé este blog. Para hablar sin hablar; para comentar mi vida en tercera persona y siempre desde un modo profundo y totalmente anónimo. Sin nombres, sin lugares, sin personajes, sin descripciones físicas. Únicamente es una radiografía del alma, una mirada introspectiva, un poner en orden mis pensamientos sin reivindicarlos explícitamente como míos; acudiendo en ocasiones a la metáfora y eludiendo siempre la responsabilidad de la primera persona.

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24 octubre 2007

Ensayo y Error


Si pudiese volver a la juventud cometería todos aquellos errores de nuevo, solo que más temprano.
Tallulah Bankhead

No hay día que pase en el que uno no aprenda. El aprendizaje no tiene por qué tratarse de un conocimiento concreto, una nueva técnica para la resolución de algún problema o cierto dato que se escapaba de nuestra cognición.

Hay aprendizajes en la vida que únicamente son capaces de adquirirse viviendo. Hay para quien este tipo de sabiduría vital es de suma importancia, y hay quien la minusvalora. El hecho de saber actuar ante una sensación o sentimiento es tan o más importante como saber integrar en un examen de matemáticas.

El problema que tiene la vida es que no viene con un manual de instrucciones. No viene con una guía de cómo actuar ante determinadas situaciones. Cuando nacemos, venimos con un gran libro en blanco de experiencia vital, un cuaderno que debemos completar con el paso del tiempo, anotando cada uno de nuestros errores.La vida se basa en el método científico de ensayo y error.

Porque nadie escarmienta en cabeza ajena; y uno debe comprobar en su propia piel cada uno de estos errores. Errar es necesario. Es necesario hacer cincuenta problemas antes del examen y equivocarnos en su mayoría, para cuando nos pongan el examen, sepamos por donde encauzar los ejercicios, y consigamos resolverlos. El problema de la vida es que no te dice cuando te examinas; cuando un examen cuenta más que otro, ni cuanta nota debemos sacar para aprobar. La vida es por tanto imprevisible; y debemos estar preparados para las distintas pruebas que en ella aparecen.

Hay personas que tienen miedo a estar equivocándose continuamente. Hay personas que se creen equivocas. No tengamos miedo a los errores: son necesarios. Y muchas veces también, lo que nos ha parecido un error, y hemos seguido insistiendo en un error, ha acabado por convertirse en uno de los mayores aciertos de nuestras vidas. Dudemos lo justo de nuestras acciones; pero seamos firmes en ellas. Dejémonos llevar por la corriente de la vida.

Dudar es necesario. Caer está permitido. Levantarse es una obligación.

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22 octubre 2007

Puntos de Vista


Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.
Henry David Thoreau

Hoy debería escribir la típica entrada de reflexión acerca de los años que pasan, lo mayor que se hace uno, lo que dejamos atrás, los recuerdos, las alegrías de que tus amigos se acuerden de ti y el de sentirte el centro del mundo por un día. Pero no va a ser así.

Hablaré hoy por tanto de algo que solemos olvidar a pesar de nuestro conocimiento. Hablaré de lo que hablo siempre; pero quizás desde un punto de vista diferente, o desde una perspectiva nueva. (No sé si habréis notado que siempre hablo igual y sobre lo mismo).

Un árbol siempre es un árbol. El árbol de mi plaza, siempre es el árbol de mi plaza. Igual de grande, igual de alto, de ancho. Con las mismas hojas, con las mismas flores en primavera, con los mismos frutos del verano.

Sin embargo, según queramos ver ese mismo árbol, que tantas veces hemos visto, que siempre ha sido igual; lo vemos de uno u otra manera. Si un día estamos ofuscado en que ese árbol es más pequeño que su vecino, ese día, argumentaremos lo inargumentable, para demostrarnos a nosotros mismos y a cualquier otro interlocutor, que ese árbol es más pequeño.

Sucederá también, que al cabo de una semana, nos sintamos inferiores, estemos enfadados con el vecino, o necesitemos una muestra de amor propio. Entonces, el árbol, siendo absolutamente el mismo que una semana anterior, será más grande que el mismo árbol del mismo vecino.

Y es que la tozudez humana es así. Nos cegamos en fanatismos a veces inútiles en pro de confirmarnos a nosotros mismos, en pro de confirmar un estado de ánimo o en pro de sentirnos conocedores del mundo. Pero lo que realmente pasa, por muchos argumentos que damos, es que la realidad se mantiene inmóvil, mientras nuestra cabeza se mantiene dinámica y diferente con cada minuto que pasa.

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21 octubre 2007

Levantarse


El día precedente enseña el día que sigue.
Píndaro

Pasamos muchos días sin saber muy bien qué estamos haciendo con nuestras vidas. Nos levantamos un día sí, un día también; sin saber muy bien qué esperamos encontrarnos al abrir la puerta de la calle, sin saber muy qué estamos esperando exactamente.


Pero nos levantamos, por rutina, obligación o compromiso; por ser incapaces de romper unas normas sociales, una rutina o unas conductas. Nos levantamos y salimos a la calle todos los días sin querer; sin estar seguros de los porqués. Pero nos levantamos.

Salimos a la calle, vamos a nuestro trabajo, a nuestra universidad, a nuestro instituto. A donde quiera que vayamos, vamos a veces sin saber por qué; sin saber por qué no nos hemos quedado durmiendo, que es lo que realmente nos apetecía, lo que realmente deseábamos. Pero tenemos unas obligaciones, unos compromisos, unos deberes.

Sin embargo, no somos capaces de romper con eso que nos ata a la pesadumbre, eso que no deseamos hacer, pero necesitamos hacer. Quizás lo hagamos porque consideramos nuestro pesar como pasajero, y sabemos o creemos que pasará; por lo cual necesitaremos de esas obligaciones o esos compromisos. Nos volvemos racionales en mitad de la tormenta de sensaciones. No podemos huir del racionalismo, de la razón, del bien y del mal; de lo mejor y de lo peor.

Quizás continuemos la rutina porque no somos suficientemente fuertes como para romperla en dos, desbaratarla y esparcir sus pedazos por el aire. Nos falta decisión, fortaleza y seguridad. No podemos desprendernos de la rutina, porque no tendríamos donde agarrarnos.

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18 octubre 2007

Paciencia e Impaciencia


La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.
Inmanuel Kant

Hay muchas ocasiones de la vida en las que la consecución de ciertas acciones no depende de nosotros; en las que los resultados de operaciones, pensamientos, decisiones o circunstancias son totalmente ajenos a nosotros. Es entonces cuando toca esperar.


La espera puede realizarse básicamente de dos maneras: activa y pasiva. La espera activa es aquella que realizamos concurrentemente con otras actividades; es la espera que puede quedar relegada a una segunda posición, o por lo menos comparte la primera. Es una espera que sucede casi sin darnos cuenta, que nuestro cerebro alivia sufrimiento gracias a las realización de otra actividad, y desvía nuestra atención parcial hacia la espera.

La otra, sin embargo, requiere más de nuestra atención. No porque queramos, sino porque cuando algo nos preocupa o aturde, o creemos que algo está inconcluso, o albergamos cualquier tipo de incertidumbre, le dedicamos tiempo en nuestro pensamiento; como si el hecho de pensar más o menos fuera acaso a cambiar el resultado.

Hay quien lleva la espera mejor, y quien la lleva peor. También depende mucho de lo que uno está esperando. Si uno tiene confianza en que todo sucederá conforme tiene previsto, la espera es fácil. Por otro lado, si eso que espera no tiene importancia alguna, o apenas la tiene, la espera tampoco se hace ardua.

Por lo tanto, las personas pacientes son aquellas que o bien confían en el desenlace positivo de las cosas, y por tanto caen en el lado de los optimistas; o por otro lado, saben relativizar las cosas. Las personas pacientes, saben que nada es para siempre, que todo es relativo, y que no hay mal que por bien no venga. Saben buscar solución a los problemas, saben restar importancia a los males o saben perfectamente quitarle trascendencia a la vida, asumiendo que insignificancia de cada uno de nosotros.

Generalmente, el paciente es a la vez optimista, y el optimista suele generalmente también saber relativizar las cosas, contextualizarlas, y comprender que realmente nada merece la pena tanto como la felicidad o el bienestar. Los impacientes no obstante, suelen ser trascendentes, creen que cada momento puede ser el último, que cada acción que uno realiza en la vida es determinante, y que cada momento es una aventura.

Una vez más sacrificamos la estabilidad a favor de la pasión, la emoción y los nervios.

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17 octubre 2007

Autoestima


El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.
Antoine de Saint-Exupery

Creer en uno mismo no siempre es fácil. A veces, carecemos de amor propio por modestia, otras por prudencia, e incluso a veces llegamos a pecar de ausencia de confianza por falta de fe en uno mismo.

Creemos que nos conocemos, pero no siempre es así. A veces emitimos juicios sobre nosotros mismos sin haber exprimido nuestra capacidades; y en ciertas ocasiones antes incluso de haber explorado la mayoría. Dudamos de nuestras aptitudes, cuando de lo que carecemos es de actitud.

Sin embargo, hay también muchas personas a las cuales no les cuesta creer en sí mismas. A estas personas las llamamos orgullosas o soberbias; y este calificativo que les damos no es más que el reflejo de una gran envidia que sentimos hacia ellos, de un sentimiento de inferioridad hacia ellos, hacia los que no tienen miedo a caerse, porque saben que se levantarán; o los que fingen que todo les da igual, porque nada tiene más valor que la opinión que uno tiene sobre sí mismo.

Mientras el resto, los que miran a izquierda a derecha siempre, para comprobar que o está solo, o para inquirir aprobación a las personas circundantes, siguen dando pasos tambaleantes, siguen mirando al suelo antes de apoyar el pie en vez de mirar al frente, para divisar lo que uno tiene delante, ya que uno está seguro de dónde pisa.

Es importante creer en uno mismo, porque si no es la propia persona quien cree en lo que hace, ¿quién lo va a hacer por ti? Somos capaces de lo que nos propongamos, somos mucho mejores de lo que creemos; pero tenemos cierta reticencia a demostrarlo, no vaya a ser que nos estemos equivocando.

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13 octubre 2007

Día de la Hispanidad


El que no ama su patria no puede amar nada.
Lord Byron

Ayer celebramos los españoles el día de la Hispanidad. Cada año, esta fecha se presenta con más polémica y tensión de la que debiese. Cada vez, los españoles necesitamos más alguna excusa para poder mostrar con normalidad nuestro orgullo de ser españoles así como nuestro amor patrio.

Lo ideal sería que un español pudiera sentirse español todos los días del año en su país. Pero los complejos históricos, las rencillas nacionalistas y la vergüenza ajena de ver a alguien que expresa su patriotismo impiden que demostrar una aceptación y orgullo a la patria pueda desarrollarse con normalidad.

El patriotismo excesivo no es la solución. Es tan malo o incluso más que la ausencia de éste; y con esta acusación pública y esas miradas atónitas ante quien se siente español no hace más que radicalizar las posturas de los que se sienten españoles. Prohibir alimenta el deseo.

Por eso este país no tiene remedio. Conociendo su historia, sigue cayendo en los mismos errores de siempre, permitiendo las mismas atrocidades de siempre y dividiéndose más. Y la culpa es nuestra, que caemos en los absurdos juegos de ser más español que nadie, o menos que nadie; sin poder sentirnos simplemente españoles, o ciudadanos del mundo, con total normalidad. Cada vez es más difícil encontrar a una persona que sienta indiferencia hacia este tema; ahora lo que está de moda es estar posicionado entre español o anti-español, juego que propone el nacionalismo catalán y vasco, y nosotros, que nos dejamos sucumbir por él.

Y así, año tras año, los separatistas consiguen su objetivo: separar. La mejor estrategia para desmantelar una organización es dividirla. Divide y vencerás que aplicaría Julio César. Y esta estrategia están aplicando: la de dividir a los españoles para poder ellos incidir en la política nacional con más facilidad.

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09 octubre 2007

Líderes


La multitud por sí sola nunca llega a nada si no tiene un líder que la guíe
Hermann Keyserling

En toda agrupación de personas, la figura del líder es fundamental. Desde tiempos inmemoriales, desde las primeras sociedades primitivas, la existencia de una figura que coordine y gestione al grupo para confirmar un objetivo ha sido primordial.


Un grupo de personas por muy numeroso que sea no es nada sin una organización. Dicha organización corre a cargo de una, o varias personas, que asume el papel de coordinador del conjunto y consigue aunar las fuerzas y voluntades de las personas que tiene al cargo. La unión hace la fuerza; y lo que esta unión representa es la coordinación y cooperación entre los miembros que se unen.

Los líderes de cualquier grupo no son designados al dedo por una persona; son el producto de la confianza que los miembros del grupo le otorgan transformada en un poder tácito. No se le puede imponer un líder o dirigente a un grupo: uno no nace líder, uno se hace líder; y para llegar a ser uno líder de una agrupación de personas, debe ganarse el respeto y apoyo de sus integrantes.

Muchas batallas se perdieron por la caída de un líder en la contienda, o por la ausencia de uno capaz de aunar fuerzas. El liderazgo es necesario en cualquier sociedad, en cualquier colectivo. Un líder forzado está condenado al rechazo por parte de la multitud y/o del nivel siguiente en una escala jerárquica. Los líderes deben contar con el apoyo de quiénes sufrirán ese liderazgo, debe contar con el respaldo y la legitimidad que únicamente le puede otorgar la comunidad la cual lidera.

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07 octubre 2007

Deseo y Voluntad


Si tuviésemos suficiente voluntad casi siempre tendríamos medios suficientes.
François de la Rochefoucauld

El ser humano tiende a planificar su vida. Las planificaciones pueden ser a corto, medio o largo plazo; y según sean de una u otra índole, los temas a planificar son más o menos factibles y difusos.


Los planes a largo plazo sólo sirven para soñar despierto un rato, para poner una meta final, para colocarnos un objetivo inalcanzable. Y aun sabiendo que éste es inalcanzable, solemos ilusionarnos con él, y solemos interpretar inconscientemente el papel de ingenuos, ya que a veces guardamos la esperanza de que se cumpla.

Pero estos planes a largo plazo son impredecibles. No tenemos control apenas sobre el futuro, y esta planificación a largo plazo requiere que la vida sonría demasiado. Por desgracia, y como bien anunciaba Borges, con el tiempo uno aprende a que el futuro es un ligar inestable para planes.

No ocurre igual, sin embargo, con los planes a corto plazo, los planes factibles. Estos planes requieren de fuerza de voluntad, de un mínimo sacrificio, de decisión. Para estos planes si es posible predecir un final, ver una luz al final del túnel, e imaginar de forma más o menos fiel cómo serán.

El problema llega cuando deseamos simplemente por desear, cuando planificamos por planificar, por entretener la mente, por hacer ejercicios con las neuronas. Entonces estos planes no se llevan a cabo. El hecho de desear algo, desear algo verdaderamente, querer que algo se cumpla o que algo cambie requiere voluntad. Tendemos demasiado a sentarnos en el sofá a ver cómo nuestros planes se ejecutan solos.

Y esto ocurre únicamente porque o somos demasiado perezosos, o no lo deseamos de verdad.

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04 octubre 2007

Fuertes y Débiles


En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.
Oscar Wilde

Depende de la importancia que le demos a determinadas cosas, nos esforzamos y volcamos en ellas más o menos. Como ya bien he dicho una sarta de veces, y sigo manteniéndolo, la vida es cuestión de prioridades.


En un grupo, en una competición, o en cualquier ámbito de la vida donde se requiere una competitividad, un esfuerzo y una demostración del valor de cada uno, hay dos reacciones posibles.

La primera reacción posible es entender esta competitividad como un reto personal, como algo que hay que vencer, sacar pecha, afrontar el problema y abordarlo con confianza y seguridad; que en ciertas ocasiones puede mezclarse con dosis de soberbia.

La alternativa a esta reacción es despertar el complejo de inferioridad que hay en cada uno de nosotros, achantarnos ante el peligro, renunciar a la lucha por tal de no salir derrotados, cultivar el miedo a perder y desconfiar cada vez más en nosotros mismos.

Las personas débiles o que no creen en sí mismas, tiendo por lo general a optar por la segunda opción. Sin embargo, aquellas personas que se conocen bien, aquellas que dan mucha más importancia a las opiniones cercanas y dejan para otros las opiniones de aquellos que ocupan el perímetro de su vida, y a veces incluso están fuera; aquellas son fuertes, creen en sí mismo, y por lo general también consiguen lo que se proponen.

Lo que nos pasa a las personas normalmente es que no nos conocemos suficientemente, no conocemos nuestras capacidades, y por ende, no confiamos en ellas. Pero realmente, somos capaces de mucho más de lo que imaginamos. Tan sólo hay que tenerle dedicación, y ser un poco ambiciosos. Querer es poder. Siempre, o muy casi siempre.

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02 octubre 2007

Segunda Modernización


Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.
Oscar Wilde

Con motivo del aniversario del blog, acompañado siempre de una dosis de aburrimiento y no saber qué hacer, he reformado el blog (aunque a efectos visuales sigue absolutamente igual) con la actualización de versión de blogger (que lleva un año, y ahora la incluyo yo) .


No descarto hacer nuevos cambios de aspecto, y por supuesto se admiten todo tipo de sugerencias.

Con motivo del aniversario agradecer enormemente los comentarios, sobre todo de las personas que desconocía que leyeran este blog. Muchas gracias tanto a comentaristas como a anónimos. Me gusta cree que vuestras palabras son completamente sinceras. Gracias a todos una vez más por el apoyo y el seguimiento.

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01 octubre 2007

I Aniversario


A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.
Victor Hugo

Hoy, por muy increíble que parezca, o por lo menos a mí me lo parece; hace un año que estrené este blog; y a diferencia de otros muchos proyectos en los que me embarco, este sigue vigente y activo.


Este blog ha sido el ejemplo práctico de la fuerza de voluntad, por mi parte; siempre reacio y perezoso a continuar proyectos que requieran continuidad. Sin embargo hoy, orgulloso de ello, puedo afirmar que he escrito en un blog durante un año; lo que ha sido un total de 146 entradas, 105 hojas de word y unas tres mil visitas. Gracias a todas ellas, y en especial a los que repiten y han dejado comentarios, ya que implica que han quedado satisfecho con el contenido de este espacio personal; y siempre es un motivo más por el cual seguir escribiendo, sentir que lo que uno escribe tiene un significado y sentido.

Este blog nació como una vía de escape ante la realidad. Como la oportunidad de plasmar por escrito lo que tantas veces se pase por mi cabeza pero no acaba por convertirse en un pensamiento claro y completo; y gracias a la escritura y a la necesidad de ordenar ideas, muchas veces he acabado encendiéndome a mí mismo.

También nació este blog como una “obligación” ante la escritura, arte del que soy aficionado. Con el blog me he obligado durante un año a sentarme a escribir procurando una diferencia entre entradas de 3 días como máximo; siempre siendo flexible en épocas de exámenes y de vacaciones en las que me encontraba ausente de mi ordenador.

Para este año también hay nuevos propósitos. Algunos relacionados con la escritura, y otros más aplicados a la vida en sí, a la vida práctica, al vivir. Espero el año que viene poder contaros que la experiencia ha sido igual de productiva y beneficiosa, y que la fuerza de voluntad venció a la pereza.

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