22 mayo 2007

Voluntad


Hoy es un buen día para empezar
Ricardo Arjona

Tendemos a hacer planes. Es una gran parte vital del ser humano, como ya he dicho en otras entradas, en la última para no ir más lejos. Hay que buscarse objetivos y soñar despiertos. Pero también hay que llevarlos a cabo.

Como dice el refrán: del dicho al hecho hay un trecho. Las palabras y los planes son bonitos; pero el mundo no se mueve con frases ni oraciones; se mueve con acontecimientos y acciones. Lo mismo pasa con nuestras vidas. Hay que soñar, hay que planificar; pero hay que llevarlos a cabo, hay que plasmar en realidad las ideas y proyectos.

Normalmente es la pereza el principal obstáculo para que todo esto sea posible. Siempre mañana es preferible a hoy a la hora de realizar cualquier actividad que no suponga una emergencia o un deseo incontrolable y desenfrenado. Pero debemos luchar contra eso, contra el posponer indefinidamente nuestros planes.

También es cierto que con el simple hecho de planificar, ya se disfruta; y aunque no llegue nunca a consumarse, uno ha disfrutado maquinando en su cabeza como va a ocurrir todo. Pero cierto es a su vez que el goce es mayor cuando uno recuerda que ha cumplido lo que se había programado.
La fuerza de voluntad es sin duda una gran virtud. La voluntad nos realiza. Nos hace sentirnos dueños de nosotros, de sentirnos capaces. No hay que esperar a mañana para emprender esas actividades que no son de un solo día, sino que más bien necesitan de cierta constancia para hacerse. Y hoy es un buen día para empezar.

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