La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible.
La entrada de hoy es un tanto especial, porque se sale de mi dinámica habitual de escritura, la cual consiste en tratar un tema que directa o indirectamente ha surgido en mi vida, o sobre el que puedo reflexionar en primera persona. Esta vez, esta entrada, es una sugerencia, es un “por qué no escribes sobre…?”. Más bien es un “¿y por qué no?.
El tema que me han sugerido ha sido la sonrisa. ¿Qué es una sonrisa? Claramente el quid de la cuestión no se encuentra en el qué; sino en el qué representan. Una sonrisa implica bienestar cuanto menos, simpatía, paz, receptividad, acogida. Nos enamoramos de las sonrisas no por su forma ni por su estética, sino por lo que transmiten, por lo que imaginamos a través de ellas. Porque vemos la felicidad en una boca, y ansiamos beber de ella.
Las sonrisas son motores del mundo, son las mensajeras de la paz, los frutos de la alegría y los nietos de la felicidad. Una sonrisa, al igual que una imagen, puede decir más que mil palabras; puede contar secretos inconfesables y puede delatar estados del alma.
Al igual que todo en la vida hay muchos tipos de sonrisas: alegres, melancólicas, corteses, hipócritas, celestiales, perversas, irónicas, sarcásticas. El mundo está lleno de ellas, y aun que no seamos conscientes de ello, pasamos la vida buscando la sonrisa perfecta, mirando rostros en busca de aquella que consiga transmitir lo que tanto andamos buscando: felicidad.
Sin duda las sonrisas han sido el delirio de poetas y artistas. El mismo Da Vinci consiguió sembrar el misterio acerca de la sonrisa más célebre del planeta. Las sonrisas son y seguirán siendo uno de los grandes misterios del ser humano.
Orison Swett Marden
La entrada de hoy es un tanto especial, porque se sale de mi dinámica habitual de escritura, la cual consiste en tratar un tema que directa o indirectamente ha surgido en mi vida, o sobre el que puedo reflexionar en primera persona. Esta vez, esta entrada, es una sugerencia, es un “por qué no escribes sobre…?”. Más bien es un “¿y por qué no?.
El tema que me han sugerido ha sido la sonrisa. ¿Qué es una sonrisa? Claramente el quid de la cuestión no se encuentra en el qué; sino en el qué representan. Una sonrisa implica bienestar cuanto menos, simpatía, paz, receptividad, acogida. Nos enamoramos de las sonrisas no por su forma ni por su estética, sino por lo que transmiten, por lo que imaginamos a través de ellas. Porque vemos la felicidad en una boca, y ansiamos beber de ella.
Las sonrisas son motores del mundo, son las mensajeras de la paz, los frutos de la alegría y los nietos de la felicidad. Una sonrisa, al igual que una imagen, puede decir más que mil palabras; puede contar secretos inconfesables y puede delatar estados del alma.
Al igual que todo en la vida hay muchos tipos de sonrisas: alegres, melancólicas, corteses, hipócritas, celestiales, perversas, irónicas, sarcásticas. El mundo está lleno de ellas, y aun que no seamos conscientes de ello, pasamos la vida buscando la sonrisa perfecta, mirando rostros en busca de aquella que consiga transmitir lo que tanto andamos buscando: felicidad.
Sin duda las sonrisas han sido el delirio de poetas y artistas. El mismo Da Vinci consiguió sembrar el misterio acerca de la sonrisa más célebre del planeta. Las sonrisas son y seguirán siendo uno de los grandes misterios del ser humano.
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