11 septiembre 2007

Ambiente de Estudio


El arte del descanso es una parte del arte de trabajar.
John Ernst Steinbeck

Septiembre es un mes de exámenes para quién no lo ha hecho lo suficiente durante el curso. Ya no sé si es un consuelo para los universitarios que nos vemos obligados a completar los cursos en septiembre, o es realmente así, pero el curso acaba en septiembre.

Como en toda preparación de exámenes se requiere una cierta concentración, y un ambiente determinado que acompañen al estado del espíritu. Pero, ¿en qué consiste, o debe consistir, realmente este espíritu?

En un estado ideal este espíritu y este ambiente podría consistir en estudiar durante día y noche sin descanso ni fin, enriqueciendo el alma de sabiduría, dejando aparcado el ocio prácticamente en su totalidad y tener como única ocupación el subrayado, la síntesis y la memorización.

Pero la realidad se aleja bastante de dicho ideal. La realidad es que la mente humana tiene sus limitaciones, y después de determinadas horas sentados delante de un libro (cada persona tiene sus topes) el cerebro deja de rendir. Quizás por eso, el tiempo, pequeño pero tiempo, de ocio durante la época de estudio pueda ser el más importante.

En estos tiempos de ocio la mente debe quedar totalmente despajada e intacta para poder retomar la ardua tarea del estudio. Tan importante para el estudio es estar concentrado cuando uno está estudiando, como tener la mente despejada y vacía cuando uno está descansando. Tan importante es el esfuerzo como el descanso.

Aunque como ya se sabe, cada persona es un mundo; y cada persona se siente segura con unos determinados hábitos y costumbres. A veces deberíamos abrir la mente e intentar probar otros caminos y aprender de los demás.

2 comentarios:

MyKe dijo...

Anda que no habré escuchado veces la famosa frase "el curso termina en Septiembre". Resulta un trance complicado, primero porque el calor no es el principal aliado de estudio, los días son más largos y ese exceso de luz natural trastoca un poco nuestros ritmos circadianos y nos hace tener más energías... energias que no disipamos con el estudio y nos podemos sentir ligeramente agobiados o frustrados (a veces no tan ligeramente...).

Muy cierto lo que resaltas: en épocas de estudio intensivo, se realzan o enfatizan los momentos en los que no estamos frente a los libros. Bajo mi propia experiencia, a veces el estudio se convertía en una especie de convivencia: desplazarse hasta una sala de estudio acompañado de otra gente, desayunar juntos, comer, hablar en los descansos... sirve tanto para efectivamente desconectar eficientemente del estudio, como de tener una oportunidad extraordinaria de conocer mejor a esas personas con las que compartes tantas horas en esos duros días. Después la vuelta a casa, atravesando toda tu ciudad y contemplando sus calles, su gente, y llegar a casa, ducha, cena y algo de relax, mañana será otro día. Una cosa que siempre he tenido clara: la noche se hizo para dormir y descansar. Asegurar un buen descanso durante la noche, nos garantizará un mayor rendimiento durante el día.

Solo aquel que disfruta de momentos breves de ocio, los valorará correctamente.

Un saludo.

Ana Cervantes dijo...

Uff Uff... septiembre y los exámenes... Yo es que acabo de salir de una ápoca muy mala y la primera semana de septiembre ha sido semimortal jajaja... Sé que eres fiel defensor del lema -Querer es poder- pero yo no sé aplicarlo. Tenia un examen el dia 4 y entre problemas y mas problemas (de salud y personales) no he sido capaz de poder presentarme.

Envidio esa capacidad de abstracción que tiene la gente. No se si es fortaleza, ganas, autoestima o yo que sé, pero a mi esta vez me ha fallado. A veces se quiere, pero no se puede... no sé si estarás de acuerdo.

En fin, mucho ánimo para este mes tan raro.

Muack!