28 enero 2008

Confianza y Sociedad


Si yo digo que estoy volando, y tu mes ves volando, entonces estoy volando
George Orwell

Cierto es que somos seres sociales, incluidos en un grupo o varios sociales, y que sin nos quitaran esa parte de la existencia, si nos quitaran el resto de individuos con los que interactuamos, primero no seriamos como somos y segundo el ser humano sería totalmente diferente.

Cuando se pretende hacer uno las cosas por sí mismo, es decir, sin que las opiniones que procedan de otro lugar que no sea nuestra propia conciencia intervengan en la toma de decisiones cae uno en la cuenta de que es imposible. Todo lo que hacemos está influido por alguien. Desde la imitación a la fobia de comentarios acerca de nuestro comportamiento.

No podemos desinhibirnos, no podemos escapar del mundo cuando nos da la gana. Siempre le tenemos que rendir cuenta a alguien, o nuestras acciones van en pro o en contra de alguien; no podemos ser individualistas; porque el ser humano no es un ser individual, sino colectivo para la gran mayoría de sus acciones, empezando por la más básica, por lo menos desde el punto de vista biológico como es la reproducción.

Ser uno mismo no es más que encajar entre los demás. Es optimizar nuestro beneficio y satisfacción minimizando el disgusto ajeno.

El problema que genera esta dependencia en nuestros semejantes, amén de las ya mencionadas arriba, es que perdemos confianza en nosotros mismos, perdemos seguridad. ¿Por qué? Seguramente porque seamos conscientes de nuestro rol en el grupo, porque nuestro “estatus social” dentro de quién nos observa nos importa más que la consecución de las acciones que pretendemos. Vamos, que al final, lo que piensen los demás es más importante que lo que hagamos.

Y en parte puede que sea así. Porque al final, si yo creo que estoy volando, y tú crees que estoy volando; entonces estoy volando; aunque esté totalmente parado en el suelo.

2 comentarios:

Pakithor dijo...

Gonsaulo, quiero recomendarte el libro de Jose Antonio Marina "Las arquitecturas del deseo". En él se habla de esto, como también, en el fondo es de lo que venimos hablando en Elegancia Perdida.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

El ser humano aprende por repeticion, por imitacion, así que en efecto, nadie es uno mismo, es la fusión de aquellas facetas y actitudes que ha ido recopilando desde el nacimiento... aprendemos a hablar por imitación, a aplaudir por imitación. tal vez el caminar sea de las pocas cosas que se aprenden por uno mismo, pero no es exclusivo de cada uno. el hombre es además un animal social, no puede desarrollarse si no es en grupo. es en el clan donde se crea su propia identidad, tal vez porque es el lugar donde se le reconoce su identidad. la tuviera o no, si vive aislado nunca sabremos si desarrollaría una serie de criterios propios o no, porqeu se ha desarrollado en otro ambiente.... es un tema muy curioso. pero yo creo que todo el mudno es lo que es por lo que le rodea. cambiar una única cosa de ese ambiente es lo que hace que seamos distintos...además, evidentemente, de las predisposiciones de cada uno.

Gabriela