El precio de la grandeza es la responsabilidad.
Hay personas que intentan a toda costa evadir cualquier responsabilidad. No se plantean a veces si son o no capaces; ya de antemano vienen con una respuesta pre-concebida y sin deliberar. Esto ocurre muchas veces por simple pereza, flojera ante la organización de personas o ante la respuesta a personas o instituciones.
Otras veces, y tal vez la mayoría, esta negativa ante la responsabilidad proviene de la inseguridad de uno mismo para consigo. No nos vemos capaces de liderar u organizar una actividad en la que intervienen más personas y de la que encima debemos responder.
Liderazgo y responsabilidad van casi de la mano, o por lo menos caminan en la misma dirección. Para ejercer una responsabilidad de manera notable es necesario liderazgo ante los que eres responsable; y cuando no se tienen el suficiente liderazgo, la responsabilidad no se efectúa como debiera.
Asimismo, el liderazgo supone una responsabilidad. Los líderes son responsables de sus seguidores, son los veladores de éstos. Muchas veces sucede que cuando un líder se ve en una situación extrema o al menos adversa, éste desarrolla al máximo su capacidad de actuación, impulsado por el sentido de la responsabilidad.
Muchas veces, cuando nos sentimos responsables de personas y colectivos, nos vemos obligados a actuar de tal manera que se obtenga el mayor beneficio o bienestar. Cuando somos responsables de algo o alguien, es cuando podemos explotar todo nuestro potencial de liderazgo, toda nuestra capacidad de organización.
Wiston Churchill
Hay personas que intentan a toda costa evadir cualquier responsabilidad. No se plantean a veces si son o no capaces; ya de antemano vienen con una respuesta pre-concebida y sin deliberar. Esto ocurre muchas veces por simple pereza, flojera ante la organización de personas o ante la respuesta a personas o instituciones.
Otras veces, y tal vez la mayoría, esta negativa ante la responsabilidad proviene de la inseguridad de uno mismo para consigo. No nos vemos capaces de liderar u organizar una actividad en la que intervienen más personas y de la que encima debemos responder.
Liderazgo y responsabilidad van casi de la mano, o por lo menos caminan en la misma dirección. Para ejercer una responsabilidad de manera notable es necesario liderazgo ante los que eres responsable; y cuando no se tienen el suficiente liderazgo, la responsabilidad no se efectúa como debiera.
Asimismo, el liderazgo supone una responsabilidad. Los líderes son responsables de sus seguidores, son los veladores de éstos. Muchas veces sucede que cuando un líder se ve en una situación extrema o al menos adversa, éste desarrolla al máximo su capacidad de actuación, impulsado por el sentido de la responsabilidad.
Muchas veces, cuando nos sentimos responsables de personas y colectivos, nos vemos obligados a actuar de tal manera que se obtenga el mayor beneficio o bienestar. Cuando somos responsables de algo o alguien, es cuando podemos explotar todo nuestro potencial de liderazgo, toda nuestra capacidad de organización.
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