El que no ama su patria no puede amar nada.
Ayer celebramos los españoles el día de la Hispanidad. Cada año, esta fecha se presenta con más polémica y tensión de la que debiese. Cada vez, los españoles necesitamos más alguna excusa para poder mostrar con normalidad nuestro orgullo de ser españoles así como nuestro amor patrio.
Lo ideal sería que un español pudiera sentirse español todos los días del año en su país. Pero los complejos históricos, las rencillas nacionalistas y la vergüenza ajena de ver a alguien que expresa su patriotismo impiden que demostrar una aceptación y orgullo a la patria pueda desarrollarse con normalidad.
El patriotismo excesivo no es la solución. Es tan malo o incluso más que la ausencia de éste; y con esta acusación pública y esas miradas atónitas ante quien se siente español no hace más que radicalizar las posturas de los que se sienten españoles. Prohibir alimenta el deseo.
Por eso este país no tiene remedio. Conociendo su historia, sigue cayendo en los mismos errores de siempre, permitiendo las mismas atrocidades de siempre y dividiéndose más. Y la culpa es nuestra, que caemos en los absurdos juegos de ser más español que nadie, o menos que nadie; sin poder sentirnos simplemente españoles, o ciudadanos del mundo, con total normalidad. Cada vez es más difícil encontrar a una persona que sienta indiferencia hacia este tema; ahora lo que está de moda es estar posicionado entre español o anti-español, juego que propone el nacionalismo catalán y vasco, y nosotros, que nos dejamos sucumbir por él.
Y así, año tras año, los separatistas consiguen su objetivo: separar. La mejor estrategia para desmantelar una organización es dividirla. Divide y vencerás que aplicaría Julio César. Y esta estrategia están aplicando: la de dividir a los españoles para poder ellos incidir en la política nacional con más facilidad.
Lord Byron
Ayer celebramos los españoles el día de la Hispanidad. Cada año, esta fecha se presenta con más polémica y tensión de la que debiese. Cada vez, los españoles necesitamos más alguna excusa para poder mostrar con normalidad nuestro orgullo de ser españoles así como nuestro amor patrio.
Lo ideal sería que un español pudiera sentirse español todos los días del año en su país. Pero los complejos históricos, las rencillas nacionalistas y la vergüenza ajena de ver a alguien que expresa su patriotismo impiden que demostrar una aceptación y orgullo a la patria pueda desarrollarse con normalidad.
El patriotismo excesivo no es la solución. Es tan malo o incluso más que la ausencia de éste; y con esta acusación pública y esas miradas atónitas ante quien se siente español no hace más que radicalizar las posturas de los que se sienten españoles. Prohibir alimenta el deseo.
Por eso este país no tiene remedio. Conociendo su historia, sigue cayendo en los mismos errores de siempre, permitiendo las mismas atrocidades de siempre y dividiéndose más. Y la culpa es nuestra, que caemos en los absurdos juegos de ser más español que nadie, o menos que nadie; sin poder sentirnos simplemente españoles, o ciudadanos del mundo, con total normalidad. Cada vez es más difícil encontrar a una persona que sienta indiferencia hacia este tema; ahora lo que está de moda es estar posicionado entre español o anti-español, juego que propone el nacionalismo catalán y vasco, y nosotros, que nos dejamos sucumbir por él.
Y así, año tras año, los separatistas consiguen su objetivo: separar. La mejor estrategia para desmantelar una organización es dividirla. Divide y vencerás que aplicaría Julio César. Y esta estrategia están aplicando: la de dividir a los españoles para poder ellos incidir en la política nacional con más facilidad.
3 comentarios:
Lord Byron, de mis favoritos.
"Ser español ya no es una excusa, es una responsabilidad"
No estoy de acuerdo para nada con lo de "este país no tiene remedio". Entonces, ¿por qué luchamos?
Publicar un comentario