09 octubre 2007

Líderes


La multitud por sí sola nunca llega a nada si no tiene un líder que la guíe
Hermann Keyserling

En toda agrupación de personas, la figura del líder es fundamental. Desde tiempos inmemoriales, desde las primeras sociedades primitivas, la existencia de una figura que coordine y gestione al grupo para confirmar un objetivo ha sido primordial.


Un grupo de personas por muy numeroso que sea no es nada sin una organización. Dicha organización corre a cargo de una, o varias personas, que asume el papel de coordinador del conjunto y consigue aunar las fuerzas y voluntades de las personas que tiene al cargo. La unión hace la fuerza; y lo que esta unión representa es la coordinación y cooperación entre los miembros que se unen.

Los líderes de cualquier grupo no son designados al dedo por una persona; son el producto de la confianza que los miembros del grupo le otorgan transformada en un poder tácito. No se le puede imponer un líder o dirigente a un grupo: uno no nace líder, uno se hace líder; y para llegar a ser uno líder de una agrupación de personas, debe ganarse el respeto y apoyo de sus integrantes.

Muchas batallas se perdieron por la caída de un líder en la contienda, o por la ausencia de uno capaz de aunar fuerzas. El liderazgo es necesario en cualquier sociedad, en cualquier colectivo. Un líder forzado está condenado al rechazo por parte de la multitud y/o del nivel siguiente en una escala jerárquica. Los líderes deben contar con el apoyo de quiénes sufrirán ese liderazgo, debe contar con el respaldo y la legitimidad que únicamente le puede otorgar la comunidad la cual lidera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los líderes no se hacen, se eligen.
(Eso me dijo alguien una vez y me gustó)