04 octubre 2006

El precio de la Monarquía

politgon


No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
Aristóteles

Leyendo hoy el 20 minutos, me he encontrado con una carta al director, de una tal Esther Molinero que se queja de la constante presencia de la Princesa de Asturias en los medios de comunicación del país. Quizás lleve, y lleva, razón en que es exagerada la publicidad que se le da a los embarazos reales. Pero me temo que el "quid" de la cuestión no es ese.

No conozco de nada a esta señora o señorita, pero seguramente, para estar tan harta de lo que los medios de comunicación ofrecen, ha de ser de aquellas que viven enganchada a la prensa rosa, adictas al salsa rosa y al dónde estás corazón. ¿Qué sucede además? Que esta señora parece ser republicana, ya que cuando dice eso de que parece "la única embarazada del mundo" se olvida de que en los programas que casi seguro ella ve, salen continuos embarazos de todas las "famosas" de España.

Y así es nuestra sociedad, señora. Si usted, junto con el resto de españoles que ven esos programas, que no dejan de ser sino la más clarividente demostración de los intereses y aficiones de los españoles, dejara de ver esos programas, esos programas no existirían. Pero me temo que su enfado es ver a Letizia en los medios.

¿Y por qué sigo opinando eso? Por su último párrafo donde dice "¡qué poca vergüenza!","que se pongan a trabajar en serio","qué cara no sale la Casa Real". Y es aquí dónde deja de manifiesto su máxime rechazo a la Corona española.

Le diré, seguramente para su asombro, que la Presidencia de la República francesa tiene en los presupuestos cuatro veces el presupuesto de la Casa Real española. ¡Qué caro les sale a los franceses la república!

Con esto no estoy defendiendo a la monarquía ni atacando la república. Ataco directamente a las personas, que sin tener ningún reparo en afirmar por afirmar, defienden la república en España con el único lema de que don Juan Carlos de Borbón y su familia vive a costa de los españoles. Y cierto es, como cualquier Jefe de Estado de cualquier país. Lo que a toda este gente se le escapa es la vital importancia que tiene la actual monarquía española, no comparable con el arcaico concepto de monarquía absoluta al más estilo absolutista que esta gente suele tener en la cabeza; así como los dos fracasos absolutos que han supuesto la Primera y Segunda República en nuestro país.

Por ello, recomiendo a los defensores de la república, o más bien, a los atacantes de la monarquía, que estudien el periodo de historia comprendidos entre 1975 y 1978 en España, y quizás así sepan apreciar la importancia de nuestra actual monarquía parlamentaria, totalmente legítima y democrática.

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