09 octubre 2006

El arte y el artista

literagon

Nada más comenzar un nuevo libro me encuentro con el siguiente prefacio, que a mi parecer no tiene desperdicio. El libro es el Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, un regalo de una amiga que por fin voy a disfrutar.

“El artista es el creador de las cosas bellas.
Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte.
El crítico es el que puede traducir de otra manera o con un nuevo material la impresión que tiene de las cosas bellas.
Tanto la forma de crítica más elevada como la más baja son un tipo de autobiografía.
Los que encuentran significados desagradables en las cosas bellas están corrompidos sin ser encantadores. Es un defecto.
Los que encuentran significados hermosos en las cosas bellas son los cultos. Para ellos hay esperanza. Son los elegidos, para los que las cosas bellas significan únicamente Belleza.
No existen libros morales ni inmorales. Los libros están bien escritos o mal. Eso es todo.
La aversión del siglo diecinueve por el Realismo es la rabia de Calibán al verse el rostro en el espejo.
La aversión del siglo diecinueve por el Romanticismo es la rabia de Calibán al no verse el rostro en el espejo.
La vida moral de un hombre forma parte del contenido del artista, pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto.
Ningún artista desea demostrar nada. Incluso las cosas verdaderas pueden ser demostradas.
Ningún artista tiene inclinaciones éticas. La inclinación ética en un artista es un imperdonable manierismo de estilo.
Ningún artista es morboso. El artista puede expresarlo todo.
El pensamiento y lenguaje son para el artista instrumentos de un arte.
El vicio la virtud son para el artista instrumentos de un arte.
Desde el punto de vista de la forma, el arte por antonomasia es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, es el oficio del actor.
Todo arte es a la vez superficie y símbolo.
Los que van por debajo de la superficie lo hacen a su propio riesgo.
Los que interpretan los símbolos lo hacen a su propio riesgo.
Es al espectador, y no a la vida, a quien de verdad refleja el arte.
La diversidad de opiniones acerca de una obra de arte demuestra que la obra es nueva, compleja y vital.
Cuando los críticos difieren, el artista está de acuerdo consigo mismo.
Podemos perdonar a un hombre por producir algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para producir algo inútil es que uno lo admire intensamente.
Todo arte es totalmente inútil.”

Oscar Wilde

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