27 diciembre 2007

Indiferencia


Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría
Anatole France

Quizás uno de los sentimientos encarnados en una piel de cordero, pero que en su fondo contiene alma de lobo es la indiferencia. Aparentemente inofensiva, la indiferencia transcurre alegremente en nuestros días; felices quienes la poseen por “no hacer daño a nadie”, pero ignorantes de “lo que dejan de hacer”.

La indiferencia puede llegar a ser más cruel que el odio; ya que su aparente tranquilidad alberga en su interior y desprecio solemne y cuantioso. El hecho de no decidir, no de postularse ante un dilema puede significar una ignorancia o desconocimiento; o a su vez puede ser un símbolo de total repelencia.

¿Qué es si no un voto en blanco en unas elecciones? No es, como los políticos quieren interpretar, un voto indiferente. Quien es indiferente de verdad no acude a votar, se queda en su casa haciendo cosas más interesantes que mostrar su indiferencia en forma de papeleta. Sin embargo, quien vota en blanco se queja de todos los candidatos, por unos u otros motivos.

La indiferencia no es tan inocente como parece. Es ruin y miserable. No sentir interés por algo o alguien es realmente indeseable; es triste y duro.

1 comentario:

Ank-Su-Ra dijo...

como todo en la vida...

lo sentimientos siempre van encadenados. y algo será lo que hace que aparezca la indiferencia como que aparezca la felicidad... son sentimientos. son impredecibles.

el tiempo libre da... tiempo para pensar. no pienses!