Perspectiva

El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.

Gustave Flaubert

Realmente, cosas importantes en la vida es tanto saber ver las cosas con perspectiva como trazar la correcta perspectiva de las mismas. Aunque la frase a priori pueda parecer un simple juego de palabras, más digno de un trabalenguas que de otra cosa, cuando analizamos con tranquilidad la frase, entendemos que en efecto las dos sentencias difieren en quién es el protagonista de las acciones, si los sucesos, o la perspectiva.

Cuando hablamos de ver las cosas con perspectiva, referimosnos a situar los eventos y acciones en un contexto, en un marco. Le damos una trascendencia a la época en la que se suceden los hechos, relacionamos una serie de prioridades en ella y otorgamos entonces al hecho que nos referíamos una prioridad, una puntación de relevancia, que es la que ordenará la perspectiva. Este mirar las cosas con perspectiva habla indudablemente de una mirada hacia atrás, de un giro de cabeza hacia el pasado; donde una vez acontecidos los desenlaces, podemos indagar en los porqués y en los cómos.

Sin embargo, darle una perspectiva a las cosas trata acerca de ver las cosas hacia un futuro, orientas los hechos y las acciones hacia unas consecuencias u otras acciones aún no realizadas. Dar perspectiva es trazar el futuro, planear el destino hacia dónde nos lleva el presente, alzar la vista sobre el hombro del futuro y atrevernos a augurar y situar dichas acciones en un futuro. Mirar los hechos y sucesos con perspectiva no es más que asignarle una trascendencia y una importancia de cara a hechos y sucesos venideros.

Dar perspectiva a la vida no es más que mirar la vida desde fuera, ya sea hacia adelante o hacia atrás; pero desde fuera. Comprender el pasado y modelar el futuro es la tarea principal del presente. Contestar los porqués y diseñar los cómos.

Tanto el pasado como el futuro se pueden ir ampliando progresivamente, se le pueden ir dando más o menos perspectiva, pero el presente no es infinito. El presente es único y necesario, tanto para atrás como para adelante; y es realmente en él dónde hay que gastar la mayoría de los esfuerzos, la mayoría del sudor y las lágrimas en labrarlo, porque tanto el pasado como el futuro dependen continuamente del presente.