12 febrero 2007

La Carrera

politgon

Educación es lo que la mayoría recibe, muchos transmiten y pocos tienen.
Kart Kraus

Se ve más cerca el final, cada vez más; aunque aún quede el último esfuerzo, que quizás sea el más duro, pero el más definitivo, como en las carreras de fondo de atletismo, donde la última vuelta al estadio es la que decide si alcanzas la gloria, o todo se queda en un vano intento, en un desperdicio de esfuerzo.

La diferencia de los exámenes con las carreras de fondo, entre otras, es que en éstos hay más ganadores; que cada uno corre su propia carrera. Quizás por eso tenga el nombre que tiene: “la carrera”.

Si nos ponemos a analizarla fríamente, la carrera no es más que una lucha contra uno mismo, en la que el único ganador o perdedor eres tú. En los tres o cinco, o los años que le tengas que echar al estudio universitario, ya no se trata como era en el instituto de aprobar todo, de llevar muchos sobresalientes a tu casa para que papá y mamá te compren la vídeo-consola, o la bicicleta, o cualquier otro capricho. No. Ahora te estás formando para el futuro, ahora lo que aprendes es lo que cuando estés en un trabajo vas a saber. Allí no habrá chuletas, ni miradas al compañero de al lado, ni quinielas sobre lo que entra o no entra.

El hecho de tener este planteamiento equivocado, y extender a la universidad el espíritu del instituto es probablemente el motivo por el que la chapuza se esté extendiendo por el mundo cada vez más. Imagínense, en un quirófano, donde se decide la vida de una persona; y el médico debe incidir sobre una arteria concreta, pero resulta que ese día, cuando lo explicaron en la facultad de medicina, ese hombre jugaba a las cartas en la cafetería, o simplemente, ese tema “no suele caer en el examen”, y por tanto no se estudió.

Es triste, pero es así. Pero la culpa no sólo la tienen alumnos irresponsables que estudiamos, si no el sistema; es el sistema el que permite estas cosas; el que permite que haya “marías” en las carreras, que los exámenes sean idénticos a los de otros años, etc.

En definitiva, creo que la educación, tanto a nivel de alumnado como a nivel de sistema necesita un cambio radical, empezando por la base, por la primaria; donde mucha gente promociona sin saber leer ni escribir bien; y sin apenas conocimientos matemáticos. Y se promociona para no “discriminaros”, cuando la verdadera discriminación la sentirán cuando echen currículum. Promocionar sin saber lo básico es simplemente el principio del fin de esa persona.

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