La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente.
Francisco Ayala
Por los pasillos del metro de Madrid me he cruzado con un cartel publicitario de las fiestas de moros y cristianos de Calpe. Ha llamado mi atención porque tiene un colorido intenso y, aunque no hubiera sido así, seguramente lo hubiera leído. El cartel no tenía nada más extraordinario salvo el pequeño detalle de que estaba todo, absolutamente todo, escrito en valenciano. Lo cual me lleva a hacerme una serie de preguntas.
¿Tiene sentido que en Madrid, donde el 100% de la población es castellanohablante haya un anuncio, supuestamente turístico y supuestamente con la finalidad de atraer turistas a las mencionadas fiestas, en una lengua donde nadie habla salvo quizás los valencianos que residen actualmente en Madrid? ¿Cuál es el objetivo del cartel? Si suponemos que es la atracción de gente a las fiestas de moros y cristianos, ¿no es algo elemental incluir la publicidad en el idioma nativo del respecto? ¿Se imagina alguien un panfleto para ir a Alemania de vacaciones escrito íntegramente en alemán? ¿No es un principio básico de la comunicación publicitaria, del marketing, la seducción del posible cliente o respecto del mensaje?
La otra posibilidad es que se trate de propaganda nacionalista, obsesionada en los últimos tiempos con la lengua y la identidad cultural. ¿Qué sentido tiene entonces la publicidad nacionalista a cientos de kilómetros del público objetivo? ¿Por qué gastar el dinero que puede costar una campaña de publicidad de carteles en el Metro de Madrid?
Lo mire por donde lo mire me parece un despilfarro la campaña (amén de legitimidad o moralidad que la acompañe, que sería para otro entrada). Por un lado, es una nefasta campaña de publicidad, y por otro, una nefasta campaña de propaganda, ya que sus posibles votantes no van a estar en el Metro de Madrid.
¿Hay algún responsable político de este despilfarro? ¿Alguien va a pedir cuentas por esta campaña?
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