Descripción del hombre: dependencia, deseo de independencia, necesidad.
Siguiendo un poco con la retahíla que traigo estas últimas entradas, vengo pensando la suma dependencia que tenemos hacia ciertas personas, actividades y cosas. Pero, ¿es buena esa dependencia?
La dependencia hacia nuestro entorno está en todos nosotros, auque a veces se nos presente de manera más clara, y otras de forma más turbia. Ésta es gradual, es decir, aumenta o disminuye dependiendo de lo que estemos hablando, o de quién estemos hablando.
Esta dependencia nos proporciona felicidad, o al menos seguridad y estabilidad; y su pérdida puede provocar un gran trastorno en nosotros. Por ejemplo, el trabajo. Eso de que tanto renegamos y nos quejamos; y sin embargo, si lo perdiéramos, sentiríamos un gran vacío en nosotros, un gran dolor y un gran pesar.
Igual sucede con las personas. Somos adictos a ciertas personas, y a veces no sabemos muy bien por qué; y sin embargo, en el momento que dejan de estar, o fallan o sucede lo que sea; sentimos un vacío, un dolor. Y por otro lado, cuando más cerca nos sentimos, más dependemos de éstas para nuestra propia felicidad, más dicha sentimos y más felicidad abarcamos.
Y es que en esto de las relaciones, ya sea con personas, con actividades o con ciertos objetos; hacemos una inversión sentimental. Cuando más nos volcamos, más nos gusta, más nos deleitamos; pero en el momento en que desaparece, sentimos un profundo vacío. Y sin embargo, con aquello a lo que no dedicamos apenas tiempo y/o esfuerzo, no podemos sentir nada más que indiferencia, o a lo sumo una ligera nostalgia.
Y es por eso la importancia de lo que dependemos, de elegir con criterio, a la par de muchas cosas. Porque si elegimos suficientes, en el momento en que una falle, podemos agarrarnos a las otras para rellenar el hueco temporalmente mientras buscamos sustituto.
Blaise Pascal
Siguiendo un poco con la retahíla que traigo estas últimas entradas, vengo pensando la suma dependencia que tenemos hacia ciertas personas, actividades y cosas. Pero, ¿es buena esa dependencia?
La dependencia hacia nuestro entorno está en todos nosotros, auque a veces se nos presente de manera más clara, y otras de forma más turbia. Ésta es gradual, es decir, aumenta o disminuye dependiendo de lo que estemos hablando, o de quién estemos hablando.
Esta dependencia nos proporciona felicidad, o al menos seguridad y estabilidad; y su pérdida puede provocar un gran trastorno en nosotros. Por ejemplo, el trabajo. Eso de que tanto renegamos y nos quejamos; y sin embargo, si lo perdiéramos, sentiríamos un gran vacío en nosotros, un gran dolor y un gran pesar.
Igual sucede con las personas. Somos adictos a ciertas personas, y a veces no sabemos muy bien por qué; y sin embargo, en el momento que dejan de estar, o fallan o sucede lo que sea; sentimos un vacío, un dolor. Y por otro lado, cuando más cerca nos sentimos, más dependemos de éstas para nuestra propia felicidad, más dicha sentimos y más felicidad abarcamos.
Y es que en esto de las relaciones, ya sea con personas, con actividades o con ciertos objetos; hacemos una inversión sentimental. Cuando más nos volcamos, más nos gusta, más nos deleitamos; pero en el momento en que desaparece, sentimos un profundo vacío. Y sin embargo, con aquello a lo que no dedicamos apenas tiempo y/o esfuerzo, no podemos sentir nada más que indiferencia, o a lo sumo una ligera nostalgia.
Y es por eso la importancia de lo que dependemos, de elegir con criterio, a la par de muchas cosas. Porque si elegimos suficientes, en el momento en que una falle, podemos agarrarnos a las otras para rellenar el hueco temporalmente mientras buscamos sustituto.
1 comentario:
"Y es por eso la importancia de lo que dependemos, de elegir con criterio, a la par de muchas cosas. Porque si elegimos suficientes, en el momento en que una falle, podemos agarrarnos a las otras para rellenar el hueco temporalmente mientras buscamos sustituto."
Cuánta verdad tienen tus palabras... Me ha encantado esta entrada, me alegro un montón de teneros! olé por las magdalenas! :D
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