Pau Gasol
El 11 de julio de 2010 será un día siempre recordado en España. Por fin, tras las incontables decepciones en campeonatos del mundo, España ha conseguido subir a lo más alto del cajón y levantar la copa hasta el cielo. Copa, por cierto, sufrida y merecida.
Sigo todavía fascinado por cómo un deporte ha conseguido unir el sentimiento de un país. Absolutamente todo un país se sintió ayer español. Toda España cantaba ayer a los cuatro vientos que era española. Hubo un orgullo patrio, un sufrimiento común y una gloria que nos pertenece a todos.
Ayer, por fin, se podían sacar banderas a la calle, cantar sin complejo “yo soy español” y gritar el nombre de tu país, con todas las letras, con todas tus fuerzas. Pude comprobar cómo ayer, cómo hoy, toda España tiene un sentimiento de pertenencia a un mismo país. Como todos los españoles se sienten partícipes del triunfo de nuestra selección de fútbol. Hoy somos todos españoles. Hoy todos ondeamos la misma bandera.
Quien haya visto la película “Invictus” sabrá el poder que tiene el deporte para unir a personas. La competición genera sentimientos comunes a todas las personas que son afines a un mismo objetivo, a un mismo equipo. Hoy el fútbol ha conseguido hacer sentirse españoles a todos ellos.
Ya sólo nos queda aprovechar este tirón unificador español para extrapolarlo a otros ámbitos del país. Seamos país no sólo para el deporte, sino también para la política, la cultura, la economía y la prosperidad. Seamos españoles sin complejos. Un todo compuesto por diferentes partes. Que, también en política, los árboles no nos impidan ver el bosque.
Hoy, tal vez más que nunca, estoy orgulloso de ser español. ¡Viva España!
Sigo todavía fascinado por cómo un deporte ha conseguido unir el sentimiento de un país. Absolutamente todo un país se sintió ayer español. Toda España cantaba ayer a los cuatro vientos que era española. Hubo un orgullo patrio, un sufrimiento común y una gloria que nos pertenece a todos.
Ayer, por fin, se podían sacar banderas a la calle, cantar sin complejo “yo soy español” y gritar el nombre de tu país, con todas las letras, con todas tus fuerzas. Pude comprobar cómo ayer, cómo hoy, toda España tiene un sentimiento de pertenencia a un mismo país. Como todos los españoles se sienten partícipes del triunfo de nuestra selección de fútbol. Hoy somos todos españoles. Hoy todos ondeamos la misma bandera.
Quien haya visto la película “Invictus” sabrá el poder que tiene el deporte para unir a personas. La competición genera sentimientos comunes a todas las personas que son afines a un mismo objetivo, a un mismo equipo. Hoy el fútbol ha conseguido hacer sentirse españoles a todos ellos.
Ya sólo nos queda aprovechar este tirón unificador español para extrapolarlo a otros ámbitos del país. Seamos país no sólo para el deporte, sino también para la política, la cultura, la economía y la prosperidad. Seamos españoles sin complejos. Un todo compuesto por diferentes partes. Que, también en política, los árboles no nos impidan ver el bosque.
Hoy, tal vez más que nunca, estoy orgulloso de ser español. ¡Viva España!
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