20 enero 2007

Tener razón


Somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón.
Johann Wolfgang Goethe

El ser humano nunca dejará de sorprenderme. Yo mismo me descubro cada día, días para bien, y otros no tan bien. Las diferencias entre los distintos individuos hacen que discusiones o distintos puntos de vista se conviertan en auténticas batallas por tener razón.

Pero, ¿qué es la razón? Pues ahora mismo sería incapaz de responder. Será esa parte de nosotros que tiende a hacer absoluto lo nuestro, a hacer universal el ego y cualquier creencia o sensación derivada de él. Creemos y asumimos que somos la verdad, que estamos en lo cierto, que no fallamos; y el resto de opiniones ni nos paramos a analizarlas ni contemplarlas.

Y llega un momento en esas discusiones en las que uno ya ha perdido el rumbo, en las que ya no sabe ni por qué defiende lo que defiende; pero lo defiende, por orgullo por obstinación. Si alguien quisiera definir infinito, podría utilizar la mezquindad humana como definición. Que importante se nos hace el hecho de tener razón. Nos supone como un reconocimiento ante los demás, un punto más en la escala. Pero lo que realmente es meritoria es poder intercambiar impresiones sobre un tema, con un tono medio, y abordando realmente los temas que hay que abordar, los porqués, y los comos.

Una vez más, hoy es un magnífico día para empezar.

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